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Reseña del libro: Montoneras. Una historia de la Agrupación Evita, 1973-1974, de Karin Grammático

Aletheia, volumen 2, número 4, julio 2012. ISSN 1853-3701

Reseñas y crónicas/ Pis Diez en PDF

                                                                                                                                                                                      Nayla M. Pis Diez*

UNLP

2012

La Plata, Argentina.

alyan_77@hotmail.com

 

 Pis Diez-1

 

Resumen:

El presente texto se propone reseñar el trabajo de Karin Grammático, “Mujeres Montoneras", publicado a fines del año 2011. Se van a reconstruir los núcleos centrales de la investigación que la autora nos presenta: la conformación de la Agrupación Evita como frente político de Montoneros, las diversas experiencias de las mujeres militantes, sus actividades y tareas principales, para llegar a su disolución en el convulsionado año de 1974.

 

Palabras clave: Mujeres, Montoneros, Historia Reciente.

 

            El trabajo que Karin Grammático nos presenta reconstruye la historia de la Agrupación Evita, el frente político de mujeres que la organización Montoneros creó en septiembre de 1973. A lo largo de sus páginas, se realiza un recorrido por la trayectoria de la Agrupación a partir de lo que podemos presentar como dos dimensiones: por un lado, se analiza el lugar que la Agrupación ocupó en el complejo escenario político de esos años y en la estrategia que Montoneros se dio para actuar en él; por el otro, se reconstruye la experiencia de las mujeres que participaron en ella, la militancia cotidiana, los discursos y concepciones sobre su lugar en la lucha revolucionaria. De esta manera, el trabajo se reconoce en una doble inscripción historiográfica: por un lado, como parte del campo de la Historia Reciente y los estudios sobre la militancia revolucionaria, por el otro, se piensa dicho pasado desde una perspectiva que problematiza las relaciones de género que constituyen las identidades y las relaciones sociales. En este sentido, se sostiene como hipótesis que la dinámica propia de esta agrupación de la izquierda peronista, dio lugar a experiencias no contempladas en su constitución: en el transcurrir de su experiencia política, muchas mujeres llevaron a cabo un cuestionamiento sobre el lugar de subordinación que ocupaban en sus casas, en sus relaciones de pareja; pero también en la política, en la estructura de Montoneros y en su lucha por el socialismo.

            El libro está organizado en cuatro capítulos, indagando cada uno en un aspecto y momento del recorrido y devenir de la Agrupación Evita: el contexto sociopolítico y los motivos de su conformación e inserción en la Rama Femenina del peronismo; el modo de organización interna y los discursos que estructuraron la convocatoria a la militancia en este frente específico; las principales tareas y actividades desarrolladas y el saldo de las mismas en la subjetividad de las militantes. Por último, se atiende al proceso de su disolución en septiembre de 1974, cuando en un contexto signado por la violencia y el avance de la derecha peronista, Montoneros decide pasar a la clandestinidad.

            Como decíamos, el capítulo primero expone los motivos que llevaron a la constitución, a mediados de 1973, de la “Agrupación Evita de la Rama Femenina". Dicha denominación, y los objetivos de Montoneros para con ella, deben entenderse en un contexto sumamente complejo. La autora, al reconstruirlo, hace énfasis en una serie de elementos centrales: desde principios de 1973, el llamado a elecciones democráticas y la decisión de Juan D. Perón de participar en ellas (con Héctor Cámpora como candidato presidencial), abrió un período de legalidad en la vida política nacional que implicó una revisión del accionar de muchas organizaciones armadas. En el caso de Montoneros, se va a fortalecer su práctica política no armada (o “de superficie") a través de la Juventud Peronista y de la creación de diversos frentes políticos de masas: universitarios, sindicales, villeros, de mujeres. A su vez, estas organizaciones iban a apuntalar la correlación de fuerzas de Montoneros en el marco de la disputa con el peronismo ortodoxo por la hegemonía del Movimiento. En este contexto, la autora identifica dos motivos que llevaron a Montoneros a crear la Agrupación Evita: uno de ellos tiene que ver con que el frente de mujeres se constituyó como una corriente interna del espacio institucional femenino del peronismo (la Rama Femenina, hegemonizada por la ortodoxia y con representación en el Consejo Superior del Movimiento), por lo que, señala Grammático, la Agrupación debe ser vista como una herramienta más que Montoneros utilizó en su enfrentamiento con la “derecha". En segundo lugar, se encuentra el papel que históricamente el peronismo otorgó a las mujeres: la autora sostiene que el frente de mujeres fue una manera de actualizar un postulado que supo definir al peronismo, y al hacerlo carne, Montoneros buscaba subrayar su inscripción en él.

            Ahora bien, Grammático señala que, si bien es cierto que la Agrupación fue un “invento de la conducción" (es decir, el producto de la decisión política de los dirigentes montoneros), no lo es menos que la misma supo canalizar y capitalizar toda una serie de experiencias y trayectorias que se venían desarrollando en los territorios, en los barrios y las Unidades Básicas. Así, en el capítulo segundo, encontramos diversos relatos de experiencias militantes de las que Montoneros se nutrió y encauzó en sintonía con la lucha por el socialismo nacional. No obstante dicha continuidad, la autora señala que en el momento en que eran informadas del “traspaso", las militantes manifestaron distintas reacciones, entre las que sobresalen las de resistencia: muchas reaccionaban con enojo y preguntas del estilo “Pero ¿y yo qué hice?", expresando la idea de “castigo" o “despromoción" con que se asociaba el nuevo destino. La propuesta no resultaba del todo atractiva, pues el trabajo político con mujeres era visto como uno con escaso potencial: para muchas militantes la Agrupación Evita no parecía ser el ámbito más destacado para contribuir en la lucha revolucionaria.

            A lo anterior, la autora agrega un dejo de incomodidad y sospechas de discriminación, “¿Por qué las mujeres aparte?" era una pregunta que muchas militantes realizaban. Este elemento nos conduce al análisis de los discursos que la Agrupación tenía sobre sí misma. Según la misma Agrupación los motivos que justificaban la “organización aparte" remitían a la deficitaria preparación política de las mujeres respecto de sus pares varones, lo que era adjudicado a las tareas de “madres/esposas”  que muy poco tiempo dejaban  “para leer el diario y concurrir a la Unidad Básica a enterarnos qué hay que hacer y cómo hay que organizarse para las tareas del momento" (Grammático, 2011:63). Pero, aun cuando la Agrupación se expresó sobre las limitaciones y desigualdades que las funciones maternales y domésticas implicaban, la autora señala una tensión en sus discursos: se apeló principalmente a la condición de “madres/esposas", es decir, a los mandatos tradicionales asignados socialmente a las mujeres, para interpelarlas políticamente y promover su militancia.

            El capítulo tercero está dedicado a las principales actividades y tareas que se desarrollaban en el seno de la Agrupación. Y aquí también se encuentra un elemento que vuelve sumamente rica y compleja su experiencia. Como decíamos, las acciones que la Agrupación Evita llevó adelante reproducían los mandatos atribuidos a las mujeres (apelando, por ejemplo, a la condición de “madres peronistas" en una convocatoria), no obstante, la autora encuentra que muchas de esas actividades tenían un tinte contestatario (dado más bien por las consignas, los cánticos, las anécdotas, que por el formato de las actividades). A ello, debemos sumar dos elementos propios de la dinámica militante: las mujeres salían a las calles en defensa del ámbito doméstico, asumiendo roles antes impensados; las reuniones de la Agrupación comenzaron a incorporar debates que cuestionaban y “desnaturalizaban" aquellos mandatos. De esta manera, la militancia cotidiana de las mujeres dio lugar a la emergencia de cuestionamientos y aprendizajes políticos que ponían en evidencia situaciones de subordinación, violencia o discriminación vividas por las militantes, tanto en su espacio de militancia como en sus hogares.

            Sin embargo, afirma Grammático, estos cambios en la subjetividad de las mujeres no tuvieron un correlato en la organización madre, pues no prosperaron debates respecto del lugar de las mujeres en la militancia revolucionaria, como tampoco respecto de la representación femenina en los puestos más altos de la conducción montonera. Existen algunas razones que pueden pensarse a modo de hipótesis: el tiempo en primera instancia, pues la Agrupación se disolvió en el correr del año 1974, cuando Montoneros decide pasar a la clandestinidad y la estructura política de la organización se subordina a la militar. Por otra parte, la autora nos habla de la ausencia de un proyecto de la organización hacia las demandas propias de las mujeres y de un compromiso por combatir la desigualdad entre géneros (incluso va a afirmarse que acá no hay hombres y mujeres, hay explotadores y explotados").

            Teniendo en cuenta lo anterior, creemos que el aporte del trabajo aquí presentado se encuentra en el rescate y la indagación acerca de las experiencias militantes y los aprendizajes políticos de las mujeres de la izquierda peronista, los que se hicieron lugar en la vida de la organización y sus militantes sin haber sido contemplados en la constitución de la Agrupación Evita, tendiendo puentes (sin proponérselo) con las consignas de la militancia feminista. Dichas indagaciones echan luz sobre una problemática aún poco estudiada, como es la relación entre las mujeres y la política (y más específicamente, la militancia revolucionaria) en la Historia Reciente de nuestro país.

 

Notas

 

(1)   Karin Grammático. Montoneras. Una historia de la Agrupación Evita, 1973-1974. Año 2011. Buenos Aires: Ediciones Luxemburgo, 129 pp.

 

 

* Nayla M. Pis Diez. Licenciada en Sociología por la UNLP. Es adscripta a la cátedra Problemas de Historia Argentina, “La Historia desde la perspectiva de género" (FaHCE-UNLP) y participa en el  Proyecto de Investigación “Sociedad y política en Argentina (1955-1976): la ‘nueva izquierda’ entre  la protesta social y la política revolucionaria” (UNLP). Actualmente está comenzando sus estudios de postgrado en el Doctorado en Ciencias Sociales de la UNLP.

 

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