Andrea Raina y Florencia Basso. Acerca de la imagen de tapa.

Vida revolucionaria

Imagen de tapa: Vida revolucionaria 1, 2011, óleo sobre tela.180 x 250 cm. 

Fotografía: Gustavo Lowry.

Palabras: Florencia Basso y Andrea Raina.

¿Cómo dialogar desde el lenguaje artístico con la historia de las revoluciones?, ¿cómo trasmitir las vivencias de procesos históricos cruciales?, ¿cómo reflexionar y activar el presente desde la pintura que mira a la historia de las revoluciones? Preguntas en este sentido rodean a Magdalena Jitrik en su manera de abordar la producción artística.

En su muestra “Vida revolucionaria” (2011-2012), se retratan momentos de la historia de la revolución Rusa desde el presente del espectador. Tanto la pintura de tapa de este número de la revista, como las que pertenecen a la misma serie son obras que no responden a esa noción caduca de la pintura como “descripción” o “ilustración” de la realidad. Esto es así no sólo porque creemos que toda pintura está cargada de una activación política –no existe pintura “apolítica”-, sino porque, además, Magdalena piensa en todos los planos en que una obra produce significado: en la elección de un tema –las revoluciones en la historia y los movimientos de izquierda-; la estética –en esta serie vemos claramente una filiación con la estética de vanguardia rusa visible en las propagandas revolucionarias, el constructivismo ruso-; las formas de nombrar y construir significados -algunos de sus títulos de muestras fueron Manifiesto, Revueltas, Museo Libertario, Socialista, Fondo de Huelga, Red de Espionaje, Orquesta Roja, Linterna Internacional, Vida Revolucionaria, Imaginación Moderna-; los lugares de exposición –Vida Revolucionaria se realizó en una fábrica abandonada-; el momento específico que se elige para exponer –Socialista se expuso en el contexto de la Argentina del 2001-; y el trabajo colectivo que está presente en muchos proyectos –con asambleas populares, organizaciones sociales, colectivos artísticos, entre otros. Hay que mirar sus pinturas, entonces, teniendo presente todo el entramado que se teje por detrás desde una postura crítica: “(…) van a decir que es nostálgico cualquiera que revisita las vanguardias, como el que hace algún tipo de referencia a las revoluciones (…). Entonces yo no pienso así, digamos yo estudio el pasado, lo visito y lo recreo de algún modo, lo traigo al presente, porque considero que la historia no se terminó. Con las insurrecciones en el 2001 yo tenía una exposición colgada que se llamaba Socialista, (…) y en el mismo día ese cayó el gobierno, hubo barricadas en Buenos Aires. Entonces yo en vez de ser una nostálgica más bien estuve en el futuro inmediato” (Entrevista a Magdalena Jitrik, 2015).

Imagen: Pintura Moderna 1, 2014, óleo sobre tela 140 x 180.