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Aletheia es una revista electrónica semestral sobre problemáticas de historia y memoria colectiva en torno al pasado reciente argentino y de las sociedades latinoamericanas, en sus aspectos sociales, económicos, políticos y culturales.

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Introducción al dossier “Espacios de memoria en Latinoamérica: conflictos, dilemas y desafíos en tiempo presente”

Aletheia, volumen 8, número 16, junio 2018. ISSN 1853-3701

Larralde, Salvatori, Diz / Artículo en PDF

 

Florencia Larralde Armas*

CIS-CONICET/IDES

Samanta Mariana Salvatori**

Comisión Provincial por la Memoria – Fahce-UNLP

María Luisa Diz***

CIS-CONICET/IDES

2018, La Plata.

 

 

 

 

Dentro del campo de estudios sobre memoria e historia reciente, la indagación sobre las materialidades de la memoria y su transmisión ocupan un lugar específico atravesado por la problematización de las políticas de la memoria, los actores sociales que las construyen y las formas en las que el pasado es representado. En este dossier de la Revista Aletheia proponemos reflexionar sobre sitios, espacios y marcas de la memoria en Latinoamérica, así como sobre los dilemas y desafíos de las derivas y la realización de políticas de memoria a través de esos dispositivos. Para ello convocamos a académicos y gestores de esos espacios de distintos países para problematizar y reflexionar en torno a las siguientes preguntas: ¿Cuáles son las relaciones y tensiones que estos sitios mantienen con los diferentes contextos histórico-políticos presentes en los que se inscriben?, ¿y con las diferentes agencias estatales con los que construyen políticas de la memoria?, ¿cómo se reactualizan las narrativas, y cómo impactan en la escena pública y política?, ¿cuáles son las luchas por los pasados de terrorismo de Estado y conflicto armado interno que se materializan en el hoy de aquellos lenguajes y sitios?, ¿qué actores sociales las estimulan y dinamizan?, ¿qué resistencias políticas y/o dificultades políticas presentan? y ¿qué nuevas discusiones sobre la construcción de la memoria se presentan ante el contexto político actual en el marco de las políticas llevadas por estos espacios?

En el libro “En busca del futuro perdido” Andreas Huyssen (2001) indaga los factores que intervinieron en la emergencia de lo que denomina como “cultura de la memoria’’. Según el autor, desde las últimas décadas del siglo XX, se habría revertido la tendencia tan característica de la modernidad de privilegiar al futuro y comenzó a ponerse el foco en el pasado convirtiendo a la memoria en una “obsesión cultural de monumentales proporciones en el mundo entero’’ (Huyssen, 2002: 21). En este contexto de apogeo de la memoria, Huyssen señala la propagación de prácticas de “musealización’’, es decir, de prácticas generalizadas que no se restringen al ámbito del museo en tanto establecimiento, sino que abarcan usos sociales ampliados vinculados a un historicismo en expansión. En Latinoamérica este proceso se ha iniciado desde mediados de la década de los noventa a partir de un proceso de marcación y refuncionalización de lugares donde se desarrollaron violaciones a los derechos humanos en el marco de dictaduras y de procesos de conflicto armado; como también espacios que fueron significativos para la militancia política en particular en los años 70 en la Argentina (como casa Teruggi, Nono Lizaso, Casa Gau Berardi). Estas iniciativas fueron protagonizadas por distintos actores y organismos de la sociedad civil que funcionan como verdaderos “emprendedores de memoria” (Jelin, 2002), es decir, seres activos en los procesos de transformación simbólica y de elaboración de sentidos del pasado. A lo largo de los artículos que componen este dossier los autores reflexionan sobre distintos lugares y políticas de la memoria en Colombia, México, Chile, Argentina, Brasil y Uruguay.  Los procesos de memoria estudiados son llevados a cabo fundamentalmente por familiares de víctimas del terrorismo de estado y la represión estatal, sobrevivientes, organismos y militantes de derechos humanos que movilizan la creación de lugares de memoria a lo largo de distintas regiones de América del Sur, siendo la relación entre los “afectados directos” y el Estado una temática nodal en la creación de este tipo de proyectos memoriales.

Esta diversidad de casos permite iluminar las diferentes experiencias y procesos que tienen estos sitios, espacios y marcas de la memoria, a la vez que es posible diferenciar dos tipos de momentos de activación de la memoria en Latinoamérica, debido a que la dinámica de la memoria depende de distintos momentos o coyunturas de activación; momentos de silencios o aún de olvidos. Un primer momento se da en medio del conflicto, este es el caso de Colombia y México donde los sitios, museos, memoriales y prácticas conmemorativas se conciben como formas de resistencia y sanación de distintos episodios de violencia que no dejan de ocurrir. Mientras que el segundo, se trata de un proceso de activación memorial en democracia, donde estas políticas están delineadas bajo las ideas de reparación, transmisión y no repetición, pero atravesadas por momentos de impunidad; este es el caso de los trabajos que abordan las experiencias chilena, argentina, brasileña y uruguaya.

Los casos analizados puestos en diálogo invitan a repensar sobre las distintas naturalezas de estos espacios, así como las formas de representación y conmemoración que posibilitan. Al respecto nos gustaría volver sobre algunas conceptualizaciones claves para este tipo de objetos memoriales. En su investigación Lieux de mémoire, Pierre Norá (1984) formula el concepto de “lugares de memoria” en tanto restos (que incluyen pero a la vez exceden los lugares físicos, como museos o monumentos), que nacen y viven del sentimiento de que no hay memoria espontánea. Por eso es posible historizarlos, examinar su gestación, circulación, usos y resignificaciones a través del tiempo. Ya que según Norá el lugar de memoria es un lugar doble; un lugar encerrado en sí mismo, cerrado en su identidad y recogido sobre su nombre, pero constantemente abierto en sus significaciones. En el caso latinoamericano el ímpetu por crear lugares consagrados a la memoria del terrorismo de Estado mantiene una cierta cualidad de urgente, de protección y resguardo a los sitios; y de denuncia y advertencia en un gesto que surge del pasado pero que se orienta al presente y al futuro. Debido a esto, los sentidos sobre el pasado reciente no están cristalizados y se encuentran en constante disputa, cuestión que convierte a estos sitios, espacios y marcas memoriales en arena de disputa permanente sobre cómo transmitir memorias sobre el pasado y qué tipo de representaciones y voces son legitimadas. Dado que hablar de estas luchas por la inscripción del pasado en los sitios, es hablar de la dimensión política de la práctica memorial. Las memorias son plurales porque sostienen interpretaciones plurales de las experiencias vividas, y de la significación de las mismas para la acción presente, es decir, para la política (Calveiro, 2012).

En cuanto a las naturalezas de esos lugares, Dolff Bonekamper (2010) sostiene que existen los “lugares de acontecimientos’’ o los “sitios auténticos’’ (Robin, 2014), es decir los lugares donde se produjeron los hechos que se recuerdan. Dolff Bonekamper sostiene que “un lugar de acontecimiento, a su vez, sólo puede ser un lugar de memoria para los que estuvieron presentes, es decir, para los testigos. Para todos los demás, es un lugar de aprendizaje, un lugar en el que se pueden adquirir saberes y conocimientos que a su vez se convertirán en recuerdos rodeados por las circunstancias emocionales y situacionales del aprendizaje’’ (Dolff Bonekamper, 2010: 27). Y tal como veremos, una de las preocupaciones prioritarias de los casos analizados consiste en pensar cómo esos lugares en tanto “lugar de acontecimientos’’ se convierten en “lugar de aprendizaje’’, qué mediaciones, dispositivos y vehículos de la memoria se construyen para su transmisión para las futuras generaciones. Mientras que los monumentos, marcas y prácticas de conmemoración que no tienen que ver con la refuncionalización de espacios del horror están atravesadas por otras complejidades y objetivos y la situación de aprendizaje se encuentra mediada por el homenaje, la denuncia, la recordación y el imperativo de “no repetición”.

En este sentido, el trabajo de Ana Guglielmucci destaca a Colombia como el único país de Latinoamérica donde se ha establecido y consolidado un trabajo en red de lugares de memoria a nivel nacional y su integración en una red regional de sitios.  Analiza el surgimiento de la Red Colombiana de Lugares de Memoria, sus objetivos y principales líneas de acción. Examina las características de los lugares que conforman esta red y reconstruye los debates en torno a su institucionalización. Se pregunta por los desafíos de la red en torno al sostenimiento predominante de lo estatal, y los inconvenientes que esto trae aparejado en cuanto a su continuidad material y a la inserción de sus demandas en una política de Estado a escala nacional. También reconstruye los debates sobre la creación de un museo de la memoria, que se han dado en otros países, pero que en el caso colombiano no sólo refieren a la construcción de un guión sobre los efectos de la violencia masiva, sino también sobre las formas de participación que deben ser garantizadas estatalmente. Indaga sobre la distinción de los lugares de memoria colombianos, dentro del panorama latinoamericano, como espacios que documentan la continuidad de la violencia política en el presente, y que se definen como lugares de encuentro y reconstrucción social en el contexto del conflicto armado interno. Por último, investiga cómo la diversidad entre los lugares de memoria se expresa en los lenguajes y recursos simbólicos utilizados, y en las temporalidades diacrónicas y sincrónicas en torno al conflicto, las narrativas comunitarias y sus constreñimientos presentes para configurar y transferir socialmente cierta información.

Desde México, Lilian Paola Ovalle y Alfonso Díaz Tovar, integrantes de RECO de México (un proyecto de investigación videodocumental que, a través del arte, promueve la reflexión, la memoria y la elaboración del duelo social) presentan en su artículo un recorrido por lugares que han sido marcados por intensas prácticas de conmemoración de las víctimas de la llamada “guerra contra el narco”, que generó en la última década una crisis humanitaria a lo largo del territorio mexicano; más de 37 mil desaparecidos, más de 200 mil muertes violentas, más de 100 mil desplazados, decenas de periodistas asesinados, violencia de alto impacto, corrupción, impunidad y violación a los derechos humanos expresan la situación del país. Desde la reelaboración de la noción de antimonumento, contextualizan las diferentes acciones que muestran lo que los discursos oficiales callan, omiten, borran y olvidan. Un proceso de memorialización, subalterno y obstruido, en medio del conflicto.

“Institucionalización y patrimonialización de sitios de memoria en Chile. Una lectura desde la experiencia de Londres 38” es el título del trabajo que presenta Gloria Elgueta Pinto, quien tiene un largo recorrido de trabajo y militancia en el sitio de memoria Londres 38 ubicado en la ciudad de Santiago en Chile. Allí funcionó hasta el golpe de Estado de 1973 una de las sedes del Partido Socialista, y una vez ocupado por el Ejército fue escenario de una intensa represión y desaparición selectiva de integrantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), del Partido Socialista y del Partido Comunista. Su trabajo realiza un recorrido sobre las políticas de memoria en Chile y las complejas relaciones entre el Estado y las organizaciones de memoria y defensa de los derechos humanos con respecto en particular a la gestión de los sitios de memoria. A partir de reflexiones, desde lo personal y lo colectivo, Elgueta se aleja de la idea de entender a los sitios de memoria como museos -en un sentido más tradicional- para pensarlos como lugares donde se invite a comprender los procesos históricos más que aprender, a construir conocimiento más que a recibir, a intercambiar más que a ver. Lugares para desacralizar los relatos del pasado e intercambiar con las nuevas generaciones.

Silvina Mariel Fabri en su artículo titulado “Acerca de memorias patrimonializadas y patrimonios memoriales. El caso del Predio Quinta Seré” reflexiona sobre las políticas de patrimonialización del ex centro clandestino de detención Mansión Seré, perteneciente al partido de Morón, Argentina. Su análisis se centra en pensar sobre los procesos de nominación legal de este espacio y sus derivas sociales y culturales en medio del cambio de gobierno nacional. Para ello retoma tres episodios: el primero corresponde a la declaratoria del predio como Lugar Histórico Nacional; el segundo, en el que se halla una pintada intimidatoria en el frente al sitio de memoria y, el tercero, se trata de una jornada de contra- pintada y muralización organizada por la gestión de ese sitio de memoria como forma de responder a esa afrenta y reconstruir sentidos de pertenencia respecto de propio lugar de la memoria. El análisis de nominación, marcación y demarcación espacial posibilita el estudio de este sitio de memoria en proceso y cuestiona la idea de que la memoria pueda ser cristalizada.

Por su parte, Ana Paula Brito, miembro de la Dirección del Núcleo de Preservación de la Memoria Política de São Paulo (desde 2014 hasta 2017), se centra en pensar al trabajo de memoria en Brasil en tanto proceso inacabado y lo hace a partir de una escala nacional. En su artículo la autora recupera las demandas de los grupos de víctimas y sus familiares al Estado en relación con la memoria y la verdad respecto al accionar de la última dictadura brasileña y logra construir una cartografía de las marcaciones y sitios de memoria instalados a lo largo del país. En su análisis es problematizada la relación entre los grupos de afectados y activistas y el Estado en la construcción de políticas públicas de la memoria y proyectos museísticos. Su reflexión concluye con las derivas de estas políticas con el cambio de gobierno, los retrocesos de esas políticas, la vuelta a la censura y la circulación de discursos pro dictadura, dando cuenta también de un proceso de memoria en constante movimiento, relectura, disputa y redefinición.

Finalmente, Mariana Risso y Manuela Abrahan, desde la investigación y la pedagogía se han vinculado a la labor en la defensa de los DDHH y construcción de la memoria de la dictadura en Uruguay (1973-1985). A su vez, son parte del equipo de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (INDDHH), una entidad del Estado, pero independiente y autónoma que funciona monitoreando el cumplimiento de los derechos humanos en Uruguay y se dedica a la transmisión de las memorias de la dictadura. Risso y Abrahan en este caso presentan un recorrido por la identificación, señalización y recuperación de los espacios represivos que fueron utilizados por el Estado durante la dictadura militar, como así también contextualizan las políticas de reparación, y la ausencia de las mismas, en los diferentes gobiernos del período democrático. La particularidad en este caso es que al momento de cierre de este número de esta revista se sancionó la ley de sitios y se inauguró uno de los dos único ex centros clandestinos de detención y tortura convertidos sitios de memoria en Uruguay, la sede del Servicio de Información de Defensa, donde funciona actualmente la INDDHH. Esta apertura del espacio y la ley expresan, en una lectura apresurada y comparada con las experiencias de Argentina y Chile, una política tardía del caso uruguayo hacia la conversión de dichos espacios –lugares del horror- en sitio de memoria. Sin embargo, como plantean las autoras, el desafío es comprender las singularidades de los procesos de rememoración y las políticas llevadas adelante en Uruguay, más que forzar comparaciones, y sostener para su interpretación herramientas conceptuales propias acordes con dichos procesos. A su vez, subrayan que la apuesta a una ley de sitios que pretende ser sancionada este año, sostiene es su espíritu, más allá de la dimensión memorial, la promesa de producir espacios de debate sobre la acción política y sobre las luchas populares. En síntesis, las autoras realizan un recorrido sobre las políticas de memoria de los últimos años y expresan los futuros pasos que se pretenden en la materia desde el estado como también desde las organizaciones de familiares de víctimas y de ex detenidos organizados.

Concluimos esta introducción con nuestro agradecimiento a quienes han colaborado con la publicación de este dossier: al equipo editorial de Revista Aletheia por su invitación y compromiso con este número, y a los/a autores/as y evaluadores/as por haber aceptado participar con sus aportes a la reflexión sobre la temática abierta por este dossier que invitamos a leer, compartir y poner en debate.

 

 

Bibliografía

CALVEIRO Pilar (2012), “La memoria en tanto ético y político”. En Anne Huffschmid y Valeria Durán (editoras), Topografías conflictivas. Memorias, espacios y ciudades en disputa, Buenos Aires, Nueva Trilce Editorial.

DOLFF BONEKÄMPER, Gabi (2010). “Topografías del recuerdo y colectivos de memoria’’. En Birle, Peter, Carnovale, Vera, Gryglewsk, Elke y Schinder, Estela (Eds.) Memorias urbanas en diálogo: Berlín y Buenos Aires. Buenos Aires: Buenos Libros.

HUYSSEN, Andreas (2001). En busca del futuro perdido. Cultura y memoria en tiempos de globalización. Buenos Aires: Fondo de Cultura económica de Argentina S. A.

JELIN, Elizabeth (2002). Los trabajos de la memoria. Buenos Aires: Siglo XXI Editores.

NORA, Pierre (Dir.) (1984). Les Liex de Mémoire; I: La République. París: Ed Gallimard.

ROBIN, Régine (2014). “Sitios de memoria e intercambios de lugares’’. En: Revista Clepsidra Vol. 1, Número 2. Pág. 122- 145.Buenos Aires: Núcleo de Estudios sobre Memoria.

 

 

*  Florencia Larralde Armas es Doctora en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Magíster en Historia y Memoria y Licenciada en Comunicación Social con orientación en Periodismo de la misma universidad.  Es miembro del Núcleo de Estudios sobre Memoria (CIS-CONICET/IDES), donde participa del grupo de Investigación “Lugares, marcas y territorios de la memoria” y coordina el grupo “Cultura, arte y memorias”, desde el año 2014. Ha impulsado la generación de emprendimientos importantes dentro del ámbito editorial, tales como la Revista Aletheia, Revista de la Maestría en Historia y Memoria (Fahce-UNLP) en la que se desempeñó como Coordinadora Editorial durante el período 2009-2016 y la Revista Clepsidra, Revista Interdisciplinaria de Estudios sobre Memoria en la cual participa del Comité Editor. Actualmente es becaria postdoctoral de CONICET y sus investigaciones giran en torno a las memorias sociales sobre el terrorismo de estado argentino y su transmisión a través de sitios de memoria, dispositivos museísticos, artísticos y tecnológicos.

  

**Samanta Mariana Salvatori es Licenciada en Sociología de la Universidad Nacional de la Plata y docente de la cátedra de “Historia social argentina” de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UNLP. Es directora del Programa de Investigación y Formación de la Comisión Provincial por la Memoria (Buenos Aires), ámbito en el que se desarrollan trabajos de investigación sobre los sitios y espacios de memoria, como también encuentro y jornadas de intercambio entre los equipos de gestión de los mismos.

 

***María Luisa Diz es Doctora en Ciencias Sociales y Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires. Becaria postdoctoral del CONICET e integrante del Núcleo de Estudios sobre Memoria (CIS-CONICET/IDES). Es Coordinadora General -junto con Adriana D’Ottavio- de Clepsidra. Revista Interdisciplinaria de Estudios sobre Memoria. Se desempeña como Docente de la materia “Memoria, Derechos Humanos y Ciudadanía” Cultural, Licenciatura en Gestión Cultural, Universidad Nacional de Avellaneda. Su investigación postdoctoral en curso se titula: “La Casa de las Abuelas de Plaza de Mayo: relatos y memorias visuales de lucha, búsqueda e identidad”.

 

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