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Aletheia es una revista electrónica semestral sobre problemáticas de historia y memoria colectiva en torno al pasado reciente argentino y de las sociedades latinoamericanas, en sus aspectos sociales, económicos, políticos y culturales.

Usted está aquí: Inicio Números Número 17 Reseñas García Aguirre, Aleida (2015). La revolución que llegaría. Experiencias de solidaridad y redes de maestros y normalistas en el movimiento campesino y la guerrilla moderna en Chihuahua, 1960-1968. México: Colectivo Memorias Subalternas.
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García Aguirre, Aleida (2015). La revolución que llegaría. Experiencias de solidaridad y redes de maestros y normalistas en el movimiento campesino y la guerrilla moderna en Chihuahua, 1960-1968. México: Colectivo Memorias Subalternas.

Aletheia, volumen 9, número 17, diciembre 2018 - ISSN 1853-3701

 

Brugaletta/PDF

Federico Brugaletta*

IDIHCS-UNLP/CONICET

La Plata, 2018

fbrugaletta@fahce.unlp.edu.ar

 

 

En abril de 2015 se publicó el primer número de Cuadernos de Aletheia, una iniciativa del comité editorial de la revista ante la conmoción causada por la desaparición de los estudiantes normalistas mexicanos (1). Entre el 26 de septiembre y la madrugada del día siguiente de 2014 un grupo de estudiantes pertenecientes a la Normal Rural de Ayotzinapa “Isidro Burgos” fueron atacados por policías municipales de Iguala y Cocula en el camino hacia una manifestación. En el ataque perdieron la vida 6 estudiantes, 25 resultaron heridos, mientras que 43 estudiantes fueron detenidos y entregados a sicarios del grupo delictivo “Guerreros Unidos” quienes perpetraron su desaparición. Como sostiene Adrián Velázquez en una nota incluida en este primer cuaderno, Ayotzinapa fue el recordatorio de la persistencia de un pasado que se creía haber dejado atrás. Lejos de resultar un hecho extraordinario, lo ocurrido en Guerrero no fue un caso aislado sino la repetición de la violencia política que atraviesa como un “hilo rojo” la historia contemporánea de México (2).

En continuidad con el interés por los procesos políticos y de memoria mexicanos, el 24 de mayo de 2018, la Maestría en Historia y Memoria organizó una conferencia denominada “Estudiantes normalistas y maestros de primaria en la lucha armada en México, años 60 y 70. Historiografías, testimonios y documentos del Estado”. Estuvo a cargo de la Mg. Aleida García Aguirre, investigadora mexicana y doctoranda del Departamento de Investigaciones Educativas del CINVESTAV e integrante de la red Historia del Tiempo Presente en donde desarrolla sus investigaciones sobre historia oral y memoria de izquierda, la historia reciente del magisterio, y de la militancia y organizaciones de izquierda en México. Esta conferencia fue la oportunidad para conocer el libro de su autoría que aquí se reseña.

El libro de Aleida García Aguirre se inscribe en un conjunto de producciones historiográficas mexicanas que hacen de la historia reciente un problema de investigación válido y a la vez complejo. Si bien las investigaciones sobre las organizaciones político-militares en el pasado reciente habían señalado los vínculos y tradiciones que éstas tenían con la red de escuelas normales rurales, eran pocas las que los habían abordado como objeto en sí mismo. El objetivo del libro es justamente dar cuenta de la participación solidaria de maestros rurales y estudiantes normalistas en el desarrollo del movimiento campesino y de grupos de militancia armada durante la década del sesenta en Chihuahua (norte de México). Se propone analizar de qué modos y en qué momentos los estudiantes y maestros articularon acciones de solidaridad con los peticionarios de tierras y la guerrilla rural.

En el primer capítulo titulado “La caravana de Madera a Chihuahua: dos caminos de formación política convergen en un evento público”, Aleida García Aguirre analiza los orígenes de clase y tradiciones pedagógicas que explican la adhesión de los estudiantes de escuelas normales de Chihuahua a los reclamos campesinos en el marco de la “Caravana de la Justicia” organizada en noviembre de 1960 por peticionarios de tierra procedentes de la ciudad de Madera. Como sostiene la autora, los y las jóvenes de 14 años que ingresaron a los normales rurales a fines de los años cincuenta “no eran tabulas rasas”. El grueso de los normalistas eran hijos de ejidatarios, así como también sus profesores y maestros. Fueron los propios maestros y maestras de las escuelas primarias quienes despertaron en estos jóvenes el anhelo de trabajar como maestros en el futuro y oficiaron de hecho como reclutadores para el magisterio. Por otra parte, los estudiantes de magisterio ingresaban a la formación con una visión positiva de la profesión ya que desde ella podían contribuir al mejoramiento de la calidad de vida las familias campesinas y sus pueblos. Como sostiene la autora: “su experiencia como alumno y dentro del salón de clases fue de tal envergadura que incidió en la definición de su interés de convertirse en docente, y más precisamente, en un docente interesado en algunos conflictos sociales” (García Aguirre, 2015, p. 49).

El segundo capítulo denominado “Solidaridad en movimiento: las invasiones de tierras”, la autora analiza las formas de participación de los y las estudiantes normalistas en la lucha de los solicitantes de tierras de Chihuahua luego de la caravana de 1960. Se explica de qué modo los estudiantes normalistas desarrollaron formas de “solidaridad” con el movimiento campesino, solidaridad que se enfrentó a impugnaciones de sectores conservadores locales, que sostenían que los estudiantes debían “dedicarse a estudiar” y los consideraban “piezas maleables” de intereses de maestros y sindicalistas agrarios. Los estudiantes normalistas estaban insertos en una tradición pedagógica socialista heredera de la revolución mexicana que a inicios de los años sesenta fue adquiriendo nuevos significados. Como plantea la autora,  “en la geografía de las normales, el clima era el de las doctrinas revolucionarias: bien de la revolución institucionalizada de Lázaro Cárdenas, bien de la revolución socialista y de la Revolución Cubana; algunos habían leído profusamente, otros estaban convencidos de que el materialismo histórico era la teoría que explicaba la realidad porque convivían diariamente con sus postulados a través de compañeros hombres y mujeres que leían, y por pláticas de sus maestros” (García Aguirre, 2015, p. 93).

El tercer capítulo lleva como título “La guerrilla y el advenimiento de la revolución” en el cual Aleida García Aguirre describe la conformación de una organización político militar vinculada a las luchas campesinas de Chihuahua: el “Grupo Popular Guerrillero” (GPG) que se desarrolló entre los años 1963 y 1965. La opción armada no supuso una novedad en términos del repertorio de lucha de las organizaciones campesinas. Existía ya como forma de negociación y disputa con hacendados y autoridades desde la misma revolución de 1910. Sin embargo, a fines de los años cincuenta, ante las amenazas y atentados por parte de grandes propietarios y ganaderos, los campesinos comienzan a organizar grupos de autodefensa. La autora analiza el caso particular de Arturo Gámiz como ejemplo de la participación de los normalistas en la guerrilla rural. Gámiz era un joven maestro de 21 años cuando llegó a un poblado serrano de Chihuahua a inicios de los sesenta y comenzó a desarrollar desde allí distintas acciones de escolarización, organización política y denuncia de la situación de los campesinos a través de la prensa local. Aleida García Aguirre reconstruye de qué modo estudiantes normalistas, maestros y campesinos se integraron al GPG y las tensiones que el discurso de Gámiz presentaba para cierta tradición magisterial. Para Gámiz la escuela debía estar subordinada a la lucha política, horizonte que compartía con muchos estudiantes normalistas que percibían la inminencia de la revolución. La radicalización del discurso y de las prácticas políticas supusieron un quiebre con las prácticas normalistas centradas en la acción escolar. Sin embargo, como sostiene la autora, estas nuevas modalidades de organización armada pudieron sostenerse gracias a las redes magisteriales tejidas en los grupos de trabajo en distintas comunidades campesinas.

El último capítulo que compone este libro se titula “Los maestros federales de la Sierra Tarahumara y el Grupo Popular Guerrillero Arturo Gámiz. Redes magisteriales y estructura institucional conectadas a la guerrilla”. Allí la autora analiza de qué modo los maestros pertenecientes a la IV Zona Federal desarrollan vínculos de solidaridad con la nueva organización “Grupo Popular Guerrillero Arturo Gámiz” (GPGAG). Esta nueva organización surge de un desprendimiento del Movimiento “23 de septiembre” creado en 1966 con un gesto de reivindicación del nombre y figura del maestro combatiente asesinado. El accionar de este nuevo grupo guerrillero se apoyó sobre una trama social preexistente tejida por varias generaciones de maestros en la región. Aleida García Aguirre analiza el modo en que este grupo se vincula con la red de maestros en torno a la figura del inspector Manuel Reynaldo Gaytán. Los inspectores fueron funcionarios relevantes del sistema educativo mexicano no sólo porque se dedicaban a acompañar pedagógicamente a los maestros en su tarea cotidiana, sino porque además debían velar por las políticas sociales de la comunidad y la organización sindical del magisterio. Como señala la autora, para el GPGAG fue fundamental la conexión con el inspector y con esta red de maestros ya que no contaban con el conocimiento previo del territorio ni tampoco con vínculos directos con los solicitantes de tierras. Maestros y campesinos colaboraron con ellos suministrando refugio y alimentos. Sin embargo, hacia el año 1968, el grupo fue derrotado militarmente por parte de las fuerzas de seguridad.

En las páginas finales del libro, a modo de conclusión y epílogo, la autora desarrolla una serie de reflexiones que complejizan lo analizado y abren interesantes aristas para futuras indagaciones. Problematiza allí las relaciones entre trabajo político y tarea pedagógica en el normalismo mexicano, los desafíos que conlleva el trabajo en archivos para quienes buscan conocer las mentalidades y prácticas políticas de los campesinos, el rol de los maestros como mediadores de los peticionarios de tierras ante la burocracia estatal, la tensión presente entre la subjetividad política de quien investiga y las memorias de los sujetos que ofrecen sus testimonios, así como también el lugar dado en la historiografía a los aspectos morales y afectivos de la militancia revolucionaria.

El libro La revolución que llegaría resulta un valioso aporte para la historia reciente de la educación en América Latina. La reflexión historiográfica que ofrece la autora, la riqueza de los documentos y testimonios con los que trabaja, así como la fundamentación teórica con la que sostiene sus argumentos, hacen de este libro un material más que recomendable para conocer una etapa de la historia del normalismo mexicano y de la radicalización política del continente. El libro constituye el primer título editado por “Memorias Subalternas”, colectivo creado en 2015 en el marco del 50 aniversario del asalto al cuartel militar de ciudad Madera y la desaparición forzada de los normalistas de Ayotzinapa. En la intersección entre estos dos acontecimientos es donde la autora despliega un aporte significativo. Como sostiene ella misma en las primeras páginas que presentan el texto: la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa se inscribe en la discriminación y la criminalización estructural desplegada contra las poblaciones que habitan los normales rurales y el abandono y represión estatal en un largo plazo de la historia de la educación mexicana. Conocer este largo plazo permite ir más allá de los efectos represivos y poner en foco también las tradiciones políticas y militantes que forjaron al magisterio rural mexicano y que le siguen dando sentido.

Notas

(1)        El número completo de Cuadernos de Aletheia puede descargarse a través del siguiente enlace: http://www.aletheia.fahce.unlp.edu.ar/numeros/numero-10/pdfs/Cuadernos%20de%20Aletheia%20OK..pdf

(2)     El “hilo rojo” que atraviesa la historia política de México fue la hipótesis de trabajo propuesta por el Dr. Adrián Velázquez en el marco del seminario “Violencia política y subjetividad en la historia contemporánea de México” ofrecido por la Maestría en Historia y Memoria en el año 2016.

 

* Profesor en Ciencias de la Educación por la Universidad Nacional de La Plata. Estudiante de la Maestría en Historia y Memoria y del Doctorado en Ciencias de la Educación en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Ayudante Diplomado en la materia Historia de la Educación General y becario interno doctoral del CONICET con sede en el IDIHCS. Miembro de la Sociedad Argentina de Historia de la Educación.

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