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Aletheia es una revista electrónica semestral sobre problemáticas de historia y memoria colectiva en torno al pasado reciente argentino y de las sociedades latinoamericanas, en sus aspectos sociales, económicos, políticos y culturales.

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Imágenes en duelo.Víctimas del conflicto armado colombiano en la cámara de Erika Diettes

Aletheia, volumen 5, número 10, abril 2015. ISSN 1853-3701

Cardona González/Prácticas artístico -culturales en PDF

Lorena Cardona González*

UNLP-CONICET

La Plata, Argentina

2015

lorenacardonagonzalez@gmail.com


Ver:  Galería de imágenes. Selección de las series “Rio Abajo”, “Sudarios” y “Relicarios”, de Erika Diettes.

 

Resumen: La propuesta de este texto es la de hacer un perfil artístico de la fotógrafa colombiana Erika Diettes. Su trabajo ha estado enmarcado en los últimos años por el encuentro testimonial y fotográfico con las víctimas del conflicto armado colombiano, en éste se destaca un profundo ejercicio de memoria visual en el que las víctimas han aportado, no solo su rostro o los objetos de familiares desaparecidos, sino su palabra y su memoria traumática. Este trabajo, traducido en exposiciones, obras e instalaciones ha recorrido diferentes lugares del mundo, pero ante todo ha vuelto a sus productores originales, que son las víctimas, las mismas que se reencuentran en la palabra y en la imagen reelaborada que Diettes construye con su cámara. A través de un recorrido por los trabajos: –“Rio Abajo”, “Sudarios” y “Relicarios”- se buscará plantear una visón ampliada del conflicto, de la mano del arte y el testimonio, en la palabra e imagen de la artista visual destacada.

 

Palabras clave: fotografía, duelo, conflicto armado, Colombia

  

Un buzo negro, de algodón, marca Cotton Wers…

 12 de febrero de 2015. Erika Diettes y yo estamos en su estudio fotográfico en el centro de Bogotá, en un momento determinado ella se para de su asiento y busca algo parecido a un diario de campo, de sus manos se desdobla el apartado de un periódico y me muestra unas escandalosas imágenes de los despojos que ha dejado el conflicto en Colombia. “¿De quién son esos zapatos? ¿Quién era? ¿Por qué la mataron? ¿La estará buscando una anciana atormentada con el recuerdo de una hija perdida? ¿O no la está buscando nadie?”Estas son las primeras líneas que leo en el artículo del diario El Tiempo de la autora Luz María Sierra, se titula: “Colombia busca a sus muertos” (1) y la imagen que formula estas preguntas son las de unos huesos humanos afincados a unas botas, que al parecer pertenecían a una mujer. El texto hace referencia a una comisión de búsqueda de fosas comunes de la Fiscalía, que para el año 2007 había recibido más de 3.710 denuncias. Los cuerpos hallados eran más de 500, sin embargo sólo se habían logrado identificar 13 vía ADN y 173 por prendas, tatuajes y vestigios de las víctimas. (Sierra, 2007)

 “Un buzo negro, de algodón, marca Cotton Wers, talla M y un yin marca Ortfer, talla 32, de color verde hallados en una sepultura sin nombre en el cementerio de Berrugas, en San Onofre (Sucre), hace sospechar que los restos encontrados allí pertenecen a Julio Rafael Navarro Méndez, conocido como Macayepo. Sin embargo, falta la prueba científica”. (Sierra, 2007: prf 34)

Con estas palabras finaliza el texto. Erika lo dobla y me empieza a hablar de las diversas variables que se presentan al momento de construir una obra como la suya. Tempranamente fotógrafa y con una pasión irrefrenable por el retrato, hace más de una década que se introduce con su cámara en los silencios más profundos de las víctimas del conflicto en Colombia. Su trabajo es un duelo compartido, una mezcla de imágenes narradas que dan cuenta de la naturaleza siniestra de la guerra, pero también de la vida que aún queda detrás de ella, de las conquistas vitales que se logran ante la arbitraria muerte que se despliega en Colombia. 

Como hija de General de la Policía, Erika creció bajo la dinámica del mando, de los traslados constantes por ciudades, viviendo en batallones, al son de las dianas y del repicar del himno nacional a las seis de la mañana. Su noción de patria es tan amplia como su amabilidad, la misma que me manifiesta cada vez que nos juntamos a hablar a medio camino de un café o una aromática. Su narrativa es poderosa, llena de anécdotas conmovedoras y desconcertantes, en sus palabras y fotografías lleva las consignas de más de 300 víctimas que generosamente se han entregado a su escucha y a su flash.

 En un país en el que hablar produce miedo, instalar su atención y su cámara no ha sido una tarea sencilla, como ella misma afirma: el dolor es algo que nos desborda, algo que ya no podemos aguantar más.

 Muchas veces narrar la historia del país implica narrar en silencio, implica narrar sin narrar y yo creo que el arte es un espacio privilegiado para esto ¿no? Un espacio donde… de la forma como he construido la obra… las victimas pueden dar su testimonio, pueden decir, pueden llorar en público, sin que su vida corra peligro y yo creo que eso es una de las cosas más complicadas de lograr hacer. (Diettes: 02/11/2014)

El punto de inicio y a la vez de quiebre, lo que la enfrenta con la violencia es la abrupta muerte de su tío, -director seccional occidente del INPEC (2)- asesinado brutalmente por la guerrilla. “Muy recién llegados de Washington, un día, una noche, 16 de diciembre [1997], encendimos el televisor y estaba allí pasando como boletín de última hora que acababa de haber un atentado en Medellín, sicarios muy al estilo de esta época… las imágenes daban cuenta de un carro con los vidrios completamente quebrados, sangre en las sillas… y de repente, pues bueno… vemos la fotografía de mi tío…” (Diettes: 02/11/2014)

 Sin embargo, Erika no considera que su forma de trabajar las imágenes del conflicto provenga de una condición adjudicada de víctima. El acontecimiento de su tío fue un alto reflexivo que le posibilitó no sólo pensar el conflicto en imágenes sino también mirarse autobiográficamente para comprender lo que significa la imagen de la muerte en los ámbitos de la comunicación y los medios.

 Ahí es donde yo empiezo a enfrentarme un poco al tema de lo autobiográfico. Yo había hecho una pequeña obra en torno a la muerte de mi tío que se llama: “Quebrado”. La obra es un tríptico, que consiste en la proyección de las imágenes de los noticieros. Yo hice fotogramas, tomé fotos del televisor, las proyecté en diapositivas a través del vidrio de la sala, donde nosotros vimos la noticia. Coincidencialmente, cuando yo decido hacer esa obra, esa casa estaba abandonada y el vidrio estaba roto, el de la sala. Entonces, todas las imágenes son proyectadas a través de ese vidrio roto. De ahí que se llame “Quebrado” porque está quebrada la casa, fue el quiebre de mi familia. Fíjate que quebrar a alguien es una forma que los sicarios utilizan: ¡a este toca quebrarlo! El asesinato de mi tío fue un asesinato sicarial, dos personas en una moto, en esa época de violencia. (Diettes: 12/02/2015)

Su trabajo es ante todo un encuentro con el duelo, con la condición del doliente y con la remembranza del ser querido ausente. No obstante, su cruce con la muerte devenida imagen no partirá desde la violencia colombiana; su mirada será más íntima, más coincidente. La muerte de la abuela de su esposo [Ruth Rosenberg] y una foto que ilustraba el momento en que ella abandona la Alemania Nazi en busca de un destino en Colombia se convertirá en un abanico de posibilidades y escuchas. [Imagen 1 de la galería de imágenes]

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 De la narrativa de Auschwitz y de la Segunda Guerra Mundial, nacerá su obra “Silencios”, en la cual se aglutinan las fotos y los relatos de 30 sobrevivientes que rehicieron su vida en Colombia, una labor casi detectivesca en la que recorriendo ciudades como: Bogotá, Cali, Medellín y Barranquilla se retrata el dolor y la entereza de personas que lo perdieron todo y lograron reconfigurarse. En una de sus imágenes aparece Max Kirschberg [Imagen 2 de la galería de imágenes], antiguo socio comercial de su suegro, al que le pide ser fotografiado y él accede con la única condición de que no le pregunte nada.

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Cuando yo vi a Max por primera vez, recuerdo el brillo de sus ojos, es una persona que tiene unos ojos muy brillantes, es como yo decido ahí fotografiarlo con 50 milímetros que te obliga a estar muy cerca, muy cerca; es un lente con el que tú tienes que respirar prácticamente encima de la persona para poder fotografiar. Ya mirando, digamos, como en sus ojos… imaginándome esa sentencia que él me había puesto: ¡lo que usted ha visto en las películas, eso es! Entonces empieza tu repertorio visual a funcionar ¿no? Te empiezan a deambular los fantasmas de Shoah, de Noche y Niebla, empiezas a andar como con esta cosa. Y yo caigo en cuenta que yo no le hubiera podido formular ninguna pregunta, ya sentada frente a él, fotografiándolo, recibiendo esa invitación abierta, de que él está de camisa de manga corta, ver ese número, porque además ese número de Max es un número que es muy burdo, yo solo me podía imaginar el dolor, tantas cosas que te pasan ahí estando en frente que yo la única reacción que tuve fue… saqué un cuaderno que llevaba en mi cartera y le dije: pues si no quieres que te pregunte nada, […] entonces yo le dije que escribiera lo qué quería que no se olvidara de la guerra. Y lo que me llamó la atención es que escribió su nombre en todo el centro de la página, muy grande. Entonces cuando yo veo esa caligrafía hecha de cierta manera… como si el mensaje fuera que no se olvidara su sufrimiento. (Diettes: 12/02/2015)

 “Silencios” es una obra construida bajo la premisa del proceso, de la negociación, de la responsabilidad y del consentimiento. Un trabajo complejo en el que la autora se encuentra con los dilemas de la vida y el valor que tiene la misma: “A partir de allí, me enfrento por primera vez ante testigos directos de atrocidades, tal vez digamos de una de las atrocidades más grandes y más fuertes que fueron los campos de concentración” (Diettes: 02/11/2014). Exhausta y abatida por este trabajo, decide “darse un aire”. Comienza su maestría en Antropología y es en este espacio en donde las preguntas personales, los análisis teóricos, el contexto nacional y las vivencias de las víctimas se conjugan para darle forma a lo que serán sus series más comprometidas con la violencia en Colombia.

 

Río Abajo

 

“Si ellos hablaran, si tan sólo los ríos hablaran nos dirían donde están…”

 

Regreso al artículo de Luz María Sierra, sus palabras confirman una de las realidades más complejas del conflicto colombiano, el despojo de los cuerpos en los ríos.

 Cada una de las historias de las víctimas es conmovedora.Un abogado que recorrió durante ocho meses el río Magdalena buscando los restos de su hermano o la mujer que casi con las uñas ha cavado en rastrojos y encontró una fosa que no es la de su hijo, son apenas unas de ellas. (Sierra, 2007: prf 16)

El agua es testigo de una de las mayores atrocidades en Colombia. Más allá de una metáfora, los ríos han sido uno de los métodos de desaparición más recurrentes en el conflicto. No basta la tortura o la muerte; los cuerpos pasan a ser desmembrados y descuartizados con la única intención de no ser reconocidos. “¿Por qué descuartizar?” Se cuestiona Sierra, “Por un pragmatismo macabro: para correr menos riesgos con la justicia por crímenes de lesa humanidad, los tenían que enterrar. Y para ahorrar esfuerzos decidieron que era mejor partirlos en pedazos y no tener que cavar fosas profundas”. (Sierra, 2007: prf 8)

En medio de la entrevista Erika afirma: “Encontrarse uno con la perversidad del río como cementerio, de las aguas como cómplices del horror eso marca para mí una cosa impresionante”. (Diettes: 12/02/2015) Justamente en abril de 2007, cuando se están dando los operativos de la fiscalía para hallar las fosas comunes del paramilitarismo, sale a la luz este artículo. El mismo que ella me muestra y que me entrega explicándomelas razones de su obra.

 En esos días sale un artículo de Luz María Sierra que es el de “Colombia busca sus muertos”,  es decir el cruce de lo que yo estaba leyendo, entre el momento digamos como… es que un proyecto artístico es un momento en el que se te alinean como muchas cosas y aparecen. Esta primera página, más esa literatura, más esta cosa del río como cementerio, la idea que de ti quedan los huesos y las botas y que es a partir de ahí que ojalá te identifique alguien ¿no? Este es el origen de “Río Abajo”. Esta es la génesis de “Río Abajo”.(Diettes: 12/02/2015)

 La premisa de “Río Abajo” es sencilla: tomar fotos de prendas de desaparecidos entre el agua para mostrar que los ríos de Colombia son un cementerio. Sin embargo, acceder a estos elementos no lo fue.

 … lo que yo quiero representar es que una de las formas de desaparición es destrozar los cuerpos y despojarlos en los ríos, pero decido hacerlo desde la memoria de los familiares, no es en sí desde la violencia. Yo empiezo un recorrido muy grande por el país a través de diferentes asociaciones de víctimas y me entrevisto con las madres, particularmente las madres, pues también hay hermanos, esposas, familiares de personas desaparecidas; y les pido si me prestan un objeto que ellos guarden y allí se abre un universo de duelo impresionante; los objetos empiezan a ocupar el lugar del desaparecido en el hogar, todas las prendas que me fueron prestadas por los familiares son prendas que son sujetos de diferentes rituales: como lavar la camisa favorita del hijo el día de su cumpleaños, hay madres que dormían con las ropas de sus hijos todas la noches, las utilizan para dormir, hay madres que duermen con las prendas debajo de la almohada, que no permiten que otro hijo se la ponga… digamos como que es el tema de qué está ocupando ¿cuál es la presencia del desaparecido en el hogar? Y eso ocurre a través de sus objetos. […] yo quería que la obra fuera muy bella, porque fíjate que estos objetos son guardados con mucho amor, no es un objeto cualquiera, son reliquias, son prendas perfumadas, planchadas en navidad. (Diettes: 02/11/2014)

 Los desafíos para Erika en “Río Abajo” pasaban por resolver elementos visuales tales como: la profundidad, la claridad del agua y las distorsiones hasta por devolver los objetos que le fueron facilitados a cada uno de los familiares de las víctimas que intervinieron en la obra.

 “La primera persona que me prestó a mí un objeto de su hijo fue doña Emperatriz de Guevara, en ese momento al Mayor [Julián Ernesto Guevara (3)] ya se sabía que había muerto en cautiverio, pero el cuerpo… es esta época donde doña Emperatriz es muy mediática pidiendo el cuerpo de su hijo, este el primer cuerpo ausente, al que yo me acerco y a ella le agradezco infinitamente porque fue supremamente generosa, me entregó todo. (Diettes: 02/11/2014) Kirschberg [Imagen 3 de la galería de imágenes]

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 Ella me dijo: sabe qué ¡yo le creo! ¡Venga a mi casa! Y me entregó… yo me vine de esa casa con dos cajas. Me entregó el uniforme de gala, el uniforme de diario que ella tenía, el saco, los dos quepis, cartas que le mandó él desde el cautiverio a ella, un cuadro enmarcado de un dibujito que le hizo él a la hija desde el cautiverio. Toda una generosidad de esa señora impresionante. Siempre hay un primero que se aventura, porque luego al segundo ya tienes algo que mostrarle, al primero le cuentas la idea. (Diettes: 12/02/2015)

La misma generosidad de Emperatriz se replicó en 150 personas.150 familiares: madres, hermanas, hijos de víctimas que depositaron su confianza en ella y decidieron apostarle a un trabajo de una enorme potencia testimonial y visual. Claramente, no todas las victimas que se acercaron a Erika contaban con una prenda o con algo que los ligara a sus familiares. El trabajo de curaduría se basó en 26 fotografías en las que variables como: género, geografía y relato tuvieron una preponderancia. No obstante, aquello que trasciende las exposiciones es lo que más impacta en su trabajo.

 […] Una señora se me acerca en un encuentro de víctimas y me dice que ella sabía que yo estaba buscando prendas de personas desaparecidas, pero que ella del hijo no tenía nada, que sólo tenía un árbol de guanábana que el hijo le había sembrado en el patio de la casa y llegó con una servilleta y tres pedazos de ramita, -tronquitos del árbol- y entonces me abre así la mano y me dice: ¿eso quiere decir que mi hijo no le sirve para su proyecto? Entonces ahí entiendes, y empecé a recibir todo tipo de objetos, que mi idea inicial era la ropa, por eso digamos que eso se mantuvo para la exposición, pero en “Río Abajo” hay una cantidad de imágenes que son otro tipo de cosas: hay llaveros, carteras. Una señora se me acercó y me dijo que el hijo era constructor y me entregó la plomada del hijo. Toda una serie de objetos que si bien yo sabía no contaban lo que yo quería que contara “Río Abajo”, -pues, porque la ramita dentro del agua ¡no se entiende! Eso no es legible para el espectador- yo sabía que tenía que aceptar todo tipo de objetos y segundo hacer que esos objetos hicieran parte de otra exposición, entonces por eso es que yo me invento el formato pequeño, donde puedo incluir todos los objetos y se vuelve una exposición que puede ser transportada y por eso recorro 18 municipios.  (Diettes: 12/02/2015)

 Subestimando la recepción de su pedido y con la creencia de no poder recoger más de quince objetos,“Río Abajo” fue una muestra pensada, inicialmente en un gran tamaño: 1.70 x 1.00 metros, con cada una de las fotografías impresas sobre cristal. No obstante, su acogida y posterior masificación de objetos, obligan a Erika a presentar esta obra en dos formatos. Uno grande con una muestra de 26 imágenes y uno pequeño, que presenta mayores facilidades logísticas para ser transportadas a las regiones de donde provienen las imágenes, como los familiares de las víctimas. Uno de los aspectos más interesantes del trabajo de Erika es que aparte de exponer su obra en diversas galerías y museos del mundo, sus fotografías siempre vuelven a las regiones de sus productores originales. Su obra es un registro comprometido con las víctimas, las mismas que a través de su narrativa le ofrecen las pautas de sus exposiciones, sus objetivos y sus sinopsis.

 La primera exposición que yo hago ocurrió en Granada y en la Unión (Antioquia). Esa fue una exposición que se organizó dentro de un evento que se llama “La jornada de la luz”. La Jornada de la Luz, tu sabes que eso es organizado por las asociaciones de víctimas y era una cosa que se hacía para el encuentro anual de víctimas. Lo que hacían básicamente, es que la gente marchaba con velas y hacían oraciones, digamos como a manera de vía crucis por decir algo, a sitios donde habían ocurrido actos violentos. Hacían una oración y luego terminaba la marcha pidiendo por la paz. Lo que hicimos en ese caso es que la marcha terminara en la exposición. […] Y bueno la gente ahí entraba con las velas. (Diettes: 12/02/2015)

 La dinámica museográfica para Erika jamás está preestablecida, los recorridos y narrativas se construyen tomando en cuenta los espacios disponibles –Casas de Acción Comunal, Escuelas, Galerías, Museos o Iglesias, según sea el caso. Sus muestras dependen en gran medida de una pericia observadora y de la respuesta ágil a las necesidades de los lugares y a las pautas que las personas le imponen a la obra.

 “Rio Abajo” a mí me da un aprendizaje enorme y es cómo adaptarme a los espacios, aprender a hacer una museografía instantánea. Ok tenemos este salón: ¡hagámoslo de esta manera! La narrativa es tal, entramos por aquí y salimos por acá. Yo compré velas en Granada. El salón no tenía luz. Entonces yo dije: No, recibamos a la gente con velas en el espacio, las pusimos en el espacio y luego ya la gente entraba con las velas de la marcha. ¿Qué paso? En esa exposición yo aprendí a hacer el resto de las exposiciones, me di cuenta… es decir, esta primera exposición es una exposición donde las madres que me prestaron ropa, -muchas- se encontraban con su objeto, como venían de esta marcha que digamos, ya tenía un tono, ya tenía una cuestión como solemne marcada, yo me empecé a encontrar que la gente empezó a rezar en frente de su cuadro y la gente tocaba el cuadro, lo agarraban, tú has visto las fotos, los agarraban así [aprieta las manos elevadas a la altura de la cabeza]. (Diettes: 12/02/2015) [Imagen 4 de la galería de imágenes]

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 Eso es muy interesante porque obedece a dos cosas: estamos viendo una obra que es de cristal, estamos sin luz, está la luz del piso, la gente tiene su vela, pues el instinto es inmediatamente iluminar. Esto cobra otro sentido, cuando la que está agarrando el cuadro e iluminado el cuadro es la mamá de la persona representada en el cuadro ¿Qué pasa? La gente empieza a rezar. Yo me di cuenta. Esa exposición la dejamos; dormimos esa noche en Granada y al día siguiente la desmontábamos al medio día, hubo gente que volvió después con más familia a visitar el cuadro. Entonces, digamos este carácter sagrado de la obra, que luego yo ya lo tomo y lo potencio.(Diettes: 12/02/2015) [Imagen 5 de la galería de imágenes]

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 Todo esto son elementos que yo fui aprendiendo, elementos que me fueron dados por la gente. Digamos que hay una cuestión que yo creo que es muy sugestiva en mis proyectos y es que finalmente es una construcción comunitaria, o sea decirle yo a la gente: ¡esto es sagrado! Pues sería un acto de soberbia  muy grande, ese carácter sagrado se lo dieron los familiares, entonces yo ya luego tomo eso y digo: Ok, esto se mueve dentro de este registro. (Diettes: 12/02/2015)

“Río Abajo” es una exposición que se encuentra con el espectador, su dimensión en gran formato busca establecer una relación entre pares, una comunión con el dolor, un cruce entre personas que jamás se conocieron, pero que pueden coincidir en el reflejo de cada una de las prendas y objetos allí expuestos.

Yo tenía la intención de este formato, que la gente recorriera por delante y por detrás, la idea de que tu estés como uno a uno, que la escala esté uno a uno, que tú te sientas reflejado, entonces cuando caminas por “Río Abajo” tú dices: esta camisa de cierta manera puedo ser yo, digamos que hay una cuestión allí con la corporalidad del espectador que yo tenía muy clara desde el principio. (Diettes: 12/02/2015)

Encuentros de luto, espacios reflexivos que habitan lugares inabordables, romerías que arriban a una exposición en la que imágenes cristalinas y acuosas le brindan momentáneamente un descanso a las víctimas, “Río Abajo” también es esto: la composición visual de cientos de historias.

Rio Abajo para mí tiene las gafas. Es una imagen para mi muy importante. La relaciono con la vista, la visión. Finalmente es algo que estuvo, la persona que estuvo detrás de las gafas lo vio todo a través de, entonces para mí las gafas son lo fundamental. A parte de que es una imagen bellísima en el agua, el agua me fascina, el agua en esa imagen. (Diettes: 12/02/2015) [Imagen 6 de la galería de imágenes]

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Está la camisa del sacerdote, es súper importante para mí también. De él encontraron el cuerpo, encontraron el cuerpo después de “Río Abajo”, entonces para mí es como una imagen que ya descansa, entonces tengo una cuestión con esa imagen que me parece muy linda. (Diettes: 12/02/2015) [Imagen 7 de la galería de imágenes]

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Y sí, hay un jean [Imagen 8 de la galería de imágenes], un jean que tiene huecos de balas, ese es importante. (Diettes: 12/02/2015)

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Sudarios

 

“cuales no serían mis penas que el Santo Cristo lloró”

Llorona. Chavela Vargas

 

 Las historias son diversas: a una mujer le asesinaron de frente a su padre, a otra a su esposo quien cayó a sus pies y su victimario le impidió recogerlo apuntándole con su arma en la frente; otra alcanzó a ver el momento en el que varios tiros atravesaban salvajemente el cuerpo de su hijo; a otra de ellas le obligaron a ver la forma como torturaban a su madre, sacándole los ojos, cortándole la lengua y la obligaron a estar allí hasta el momento en que su madre finalmente murió; otra de ellas fue violada por seis hombres armados durante horas interminables; a otra le asesinaron también a su esposo en frente y su reacción ante el hecho fue recoger la sangre que iba derramándose de ese cuerpo y beberla desesperadamente, en un acto inútil por contener dentro de sí algo de su ser amado. ¿Un acto demencial? ¿Loca ella? ¿O locos todos en Colombia y en el mundo por permitir que escenas como estas y probablemente algunas peores se repitan una y otra vez? (Diettes 01/08/2012)

Estos son los cuestionamientos que hace Erika Diettes en medio de la inauguración de su exposición “Sudarios” en el Monasterio Santa Catalina de Buenos Aires (4). Fue allí en donde me encontré por primera vez con ella y en donde hablamos también, por primera vez de su trabajo. Sus palabras retumbaban en los espectadores que paso a paso seguían el compás de estas historias que iban sumando en espesor y desconsuelo. Y es que una obra como “Sudarios” es algo más que simples retratos de mujeres espectadoras del horror. “Sudarios” es una imagen-testigo del momento de recaída de sus narrantes, del flash que asiste a la ruptura, cuando el dolor no da para más y allí, justamente allí, se captura la tristeza. En su alocución Erika explicaba:

“Esta obra está compuesta por las historias de 20 mujeres víctimas, dolientes. Seres humanos que tuvieron que sufrir como parte de su propia tortura la obligación de ver la violencia ejercida sobre sus seres amados y fueron dejadas con vida para que sirvieran de testigos de este horror. Pero quiero hacer la salvedad, que estoy segura que esta serie es lamentablemente atemporal, universal e infinita. (Diettes 01/08/2012)

[Imagen 9 de la galería de imágenes],

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No existe una transición distante entre los diferentes trabajos de Erika: “Silencios”, “Río Abajo” y “Sudarios” se constituyen como capas acumulativas de sentido, son progresiones visuales enmarcadas por las figuras del duelo y la muerte a las que se les van sumando otras variables.

 “Sudarios” es una obra que surge obviamente a partir de todo el recorrido de “Río Abajo”, yo los sudarios los vi una y otra vez. Fueron imágenes que se me aparecieron. Se me manifestaron allí, recogiendo los testimonios de los familiares donándome los objetos de “Río Abajo”, yo veía siempre las caras de la gente del dolor más profundo y eran unas caras muy particulares, porque hay un momento en que el dolor es tal que ya te desprendes de este mundo ¿no? Hay una cuestión como de un desplazamiento, de un deseo de morir, de un éxtasis, si se quiere, literal.(Diettes: 02/11/2014)

 En este caso, “Sudarios” goza de ser una obra en la que el testimonio deviene su principal herramienta de trabajo, a diferencia de “Silencios” en que la imagen se producía sin el relato,- o al menos, éste no era el propósito nodal del trabajo-“Sudarios” es un encuentro de escuchas en el que la palabra del doliente y la cámara de Erika se conjugan para generar un retrato.

 El proceso para realizar los “Sudarios” consistió en disponer un estudio y sentarnos de la misma forma en la que se hace una sesión de retratos, en este acto de mutua aceptación, en donde el modelo se abandona a sí mismo ante la capacidad del fotógrafo para inmortalizar ese instante, teníamos claro que las imágenes resultantes no iban a obedecer a la idealización de sus rostros sino a la trascendencia de su dolor. Tanto ellas como yo, en compañía de una terapeuta estuvimos dispuestas a transitar por lugares oscuros. Ellas a contarme el momento en el que quedaron condenadas a recordar, ya que la posibilidad, a partir de ese momento, de olvidar así sea el más mínimo detalle, ya no existe. Y yo a registrar ese momento para poder construir esta obra. (Diettes 01/08/2012)

 Según Erika, en este lugar de la representación aparecen tres planos narrativos. En el encuentro con el relato se expresa la figura de un recuerdo, una semblanza dolorosa que ancla a las víctimas a un presente irrenunciable: al momento de la muerte o la tortura. Una mirada que antes era fija se eleva, aparece el recuerdo del victimario y la narradora cae en el llanto y en la rabia. “Yo estoy allí muy atenta fotografiándolas. Quiero lograr ese instante en el que está presente tanto el victimario como el amor que está siendo arrancado de esta vida. Entonces allí hay como una triple representación porque el victimario está presente, ellas están viendo allí al victimario”. (Diettes: 02/11/2014)

 La idea del sudario enmarca precisamente las pretensiones de su obra. Impresas en seda, las fotografías cumplen con la doble idea de revestir el cuerpo de sus cadáveres, de ellas mismas como sujetos entregados a la muerte. Telas suspendidas que dan cuenta del desprendimiento al que fueron sometidas al ser violentamente arrancadas, junto con sus familiares de este mundo.

 Son imágenes que están impresas sobre seda en un formato muy grande. Yo quería todo el tiempo lograr captar esta idea de que ellas están en otro plano, ellas ya están en otro lugar, porque después del encuentro con la violencia… esa es la frase que ellas utilizan literalmente. Es que después de eso ¡yo quede muerta en vida! (Diettes: 02/11/2014) [Imagen 10 de la galería de imágenes],

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 En al acto de ser fotografiado hay una entrega, una confianza manifiesta. El ejercicio que antecede una imagen está cargado de gestos de responsabilidad y compromiso, y eso es algo que Erika respeta y establece en cada uno de sus trabajos.

Mira, yo creo que hay una cosa muy importante y creo que se plantea en la relación fotógrafo-modelo, modelo-fotógrafo; modelo no es la palabra, sujeto-fotógrafo, digamos. Y es que… tú la confianza… una vez tú dices: a esta persona le interesa fotografiarse para este proyecto es que estamos de acuerdo antes. Hay una complicidad que se teje antes de la foto. Muchas veces se piensa como… como si uno le estuviera robando una imagen al sujeto y no. Cuando alguien se sienta en una sesión de fotos a hacerse retratos está demás que esté acuerdo contigo, hay como una rendición, hay como una cuestión, como que la gente se entrega a ti. (Diettes: 12/02/2015) [Imagen 11 de la galería de imágenes]

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[…] en el momento en el que alguien ya está sentado frente a tu lente es porque ya te está permitiendo tomarlo ¿no? Es que finalmente es una sesión de retratos bien hecha. No estamos hablando de una foto paparazzi, de una foto en la que el sujeto no es tu cómplice. Esto es una relación, esto es una cuestión en que tejemos una red. Ya estamos ahí, entonces esto es una cuestión de que ese lazo de confianza se tejió en el momento en que dijiste: ¡te espero a las tres! Es así de sencillo ¿me entiendes? Entonces la gente está dispuesta, la gente está para ti. Tú debes tomarlo de la mejor manera, es lograr… digamos, para mí la responsabilidad en términos de la información, en términos de la imagen, porque finalmente la información resultante en mi trabajo es la imagen, está en lograr la mejor imagen posible que dé cuenta de lo que esa persona quiere que yo cuente. (Diettes: 12/02/2015) [Imagen 12 de la galería de imágenes].

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Son unas imágenes que si bien son duras y son, digamos de una iluminación densa, son imágenes que son llenas de una vida y de una vitalidad impresionante. Entonces, si yo logro contar e interpretar de la mejor manera con los elementos que yo decido poner ahí, porque esa decisión la estoy tomando yo completamente… él me está diciendo: ¡haz de mi lo que tú quieras! Porque en el momento en el que se te sienta –porque además es un momento bellísimo- porque la gente está ansiosa, porque la gente te espera bonita ¿no? Hay una cuestión agradable de: Ok este es mi mejor yo, ahora haz tú con mi mejor yo lo que tu mejor puedas hacer, ese es el sentido. (Diettes: 12/02/2015)

 En “Sudarios” encontramos nuevamente una apuesta con el espectador, su recorrido se plantea en la dinámica que cada una de las telas impone. Un trasegar que conecta con el dolor de las víctimas, un desplazamiento que instala el abismo, la resignación y la desesperanza. Son imágenes de una fuerza visual impactantes, que se expresan en una escala de sensaciones ascendentes. Así lo manifiesta Erika:

 Para hablar de “Sudarios” hay que hablar de tres imágenes: Una de ellas es la mujer que mira al suelo. De hecho, en la exposición ocupan ese lugar: está la de la rabia que es como anclada al infierno, esa mujer, incluso el peso visual de esa imagen… que esa imagen es así como… [Baja las manos]. Si tú a ella le tuvieras que poner un adjetivo es rabia.(Diettes: 12/02/2015)  [Imagen 13 de la galería de imágenes].

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Está la otra, la que te enfrenta  al vacío, que es la mujer de los ojos abiertos. Para mí esa mujer de los ojos abiertos siempre es el ancla de la exposición. Ella siempre está en el centro o está abajo, es la que el espectador se encuentra de frente. Siempre la pongo de acuerdo al espacio como en un punto que yo siento que el espectador cree que ya entendió la exposición -¡ah, son todas con los ojos cerrados! y a esa la pongo ¡pum!, que el espectador se encuentre allí con ese vacío (5). (Diettes: 12/02/2015) [Imagen 14 de la galería de imágenes].

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Y está la mujer que parece una virgen y mira hacia abajo ¡Que es muy bella!- y ella es como la resignación […] Entonces es como un juego que yo hago muy a propósito en la exposición. Me gusta que el espectador tenga que hacer como este recorrido visual y éste recorrido emocional, es como que vas aquí, y luego vuelves y exhalas para volver a bajar. (Diettes: 12/02/2015) [Imagen 15 de la galería de imágenes].

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Relicarios

 

[…] una señora que llegó del Chocó y no llevaba ningún objeto y ella me decía: mire, yo dejaría un relicario vacío porque la guerra es eso, quedamos todos vacíos. (Diettes: 02/11/2014)

             En febrero de 2013, cuando visité a Erika en ocasión de mi trabajo de campo en Colombia, recuerdo haber visto en su estudio una imagen muy bella: ésta reposaba en una pared, en ella aparecía un hombre de tez negra, una muleta a su costado y sostenía en sus manos algo que parecía ser un cubo de gel con dos objetos adentro. A la salida del estudio Erika empezó a hablarme de este cuadro, el cual era parte de su nuevo proyecto artístico. Me dijo que se llamaba “Relicarios” y que ésta era una de las obras más complejas en las que se había embarcado. Cuatro años de búsquedas, cuatro años de objetos que le habían pertenecido a los desaparecidos y asesinados del conflicto colombiano, cuatro años encapsulado y otorgándole un lugar a los que ya no están. Su misión es la de hacer unos 180 “Relicarios”. Al día de hoy, en su estudio del barrio Las Nieves de Bogotá, ha realizado unos cien, le faltan unos cuantos, sin embargo, las historias son miles.

 “Relicarios” es una obra en la que los familiares me están donando objetos de personas desaparecidas o asesinadas. En este caso, me estoy quedando con el objeto, lo estoy encapsulando en un material que se llama Tripolimero de caucho, estoy haciendo como una especie de lápidas, miden 30 cm por 30 y 14 de alto. Entonces el objeto queda allí preservado, es como una gelatina flotante, no es tan duro como una resina, ni tan suave como un gel, es un estado intermedio. Entonces el objeto queda allí preservado. (Diettes: 02/11/2014) [Imagen 16 de la galería de imágenes].

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“Relicarios” es una entrega consagrada a la memoria de los dolientes, un ejercicio de donación en la que con vigilia metódica, Erika se encarga de hallarles un espacio solemne a todas las personas ausentes que arrancó el conflicto.

 Es una obra que ha sido de un recorrido maravilloso, es una obra que yo pensé 4 años […] yo creo que me quedan unos dos. Es una obra que yo empecé con mucho temor porque es el tema de la donación de los objetos dije: ¡va a ser muchísimo más difícil! Porque “Río Abajo” implicaba el préstamo, yo me devolví a regresar el objeto y [éste] ha sido todo lo contrario. Las mismas comunidades se han organizado, he trabajado con comunidades del Chocó, de Urabá, de diferentes municipios de Antioquia, de aquí de Bogotá. Las personas de Chocó que fueron al estudio y vieron parte de la obra dijeron que se sentían muy emocionadas porque aquí quedaban con compañeros [sus familiares] el esposo, una señora me dijo eso: ¡queda acompañado! Ya no es solo comida de gallinazos (6), aquí queda en algún lugar. Entonces, el tema que la gente está buscando un espacio digno para la memoria de su ser querido, que es un tema latente en Colombia.(Diettes: 12/02/2015) [Imagen 17 de la galería de imágenes].

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Retornar la identidad del desaparecido, de aquel que no está, es también una constante en el trabajo de Erika. Su pretensión traspasa las improntas de la violencia, su intención es la de dar cuenta de algo que va más allá de la muerte y del destierro, que es ante todo la vida. De ese momento en el que todo se fracturó para sus familiares y los condenó a la tristeza más profunda. Hablar de la vida desafiando a la muerte es una burla mordaz a la violencia en Colombia, sin embargo esa es la postura de Erika, mostrar con imágenes que todavía hay vida antes y después de la muerte. 

 Yo creo que también hay que pensarlo como de una forma que entendí, digamos en palabras hasta hace muy poco: ¡el muerto no siempre fue un muerto! Es como muy elemental; el desaparecido en algún momento existió ¿no? Entonces cuando tú aprendes a mirar las historias desde los dolientes, porque finalmente mi trabajo más que de la violencia, es desde el duelo. Entonces es como devolverle éste paso por ésta tierra y no dejarlo únicamente en el triunfo de la violencia, porque el triunfo de la violencia es el que te convierte en el muerto o en el desaparecido.  Estos proyectos le devuelven la identidad al hijo de Teresita, le devuelven a la hija de Raquel, a la mamá de no sé quién. Tenemos toda una narrativa que con “Relicarios” se ve aún más ¿no? Que es como que la gente escoge el trofeo, entonces tú dices: ¡Wow! Si es un chico que tiene tres medallas probablemente era bueno jugando fútbol. (Diettes: 12/02/2015) [Imagen 18 de la galería de imágenes].

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Objetos, retratos, imágenes cargadas de una valía incalculable son las que acompañan la vida y obra de Erika Diettes, como bien lo expresa ella, su manera de existir es la cámara y su lenguaje para hablar de la violencia en Colombia son sus imágenes contenedoras de una inmensa poesía visual y testimonial: “mi labor ha sido la de escuchar cada historia, escribir nombre por nombre, recibir uno a uno objeto por objeto, observar despacio cada gesto y tratar de develar desde allí ese sentimiento en el que tal vez nos podamos sentir identificados los unos con los otros y es el duelo”. (Diettes 01/08/2012)

  Entre el café, las palabras y el desconsuelo cae la noche en el centro de Bogotá, Erika me despide con un par de imágenes y algunas anécdotas que cierran la charla. El recorrido que le planteo desde las fotos y las narrativas que de ellas surgen, culminan con el relato de dos “Relicarios” impactantes:

 […] hay uno que me encanta porque es bello, es inocente, es precioso; que es un peluchito, un perrito, ese perrito fue el último regalo que le dio ese niño a la mamá de día de la madre ¿ú te imaginas el niño que compró ese… el lacito?, casi que le puedes sentir el olor a humedad, es una cosa bien, bien impactante. Porque se ve allí flotando en una inocencia muy grande. (Diettes: 12/02/2015) [Imagen 19 de la galería de imágenes].

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Y digamos, bueno en términos de impacto, me gusta mucho el de Ricardina. Ricardina es el nombre de la víctima que está representada en los “Relicarios”, ella es hija de Yolanda. -Yolanda es una líder de víctimas, y digamos por eso cuento su historia. Es una líder de víctimas, ella fue al estudio, me contó la historia de su madre. A su madre la matan porque denuncia una injusticia muy grave […] se va con el hermano- y a la mamá la matan, el tiro que mata a la mamá de Yolanda le atraviesa la pierna al hermano, o sea al tío. Tiempo después va el tío al estudio, yo ya tenía el cubo de Ricardina hecho y tengo una imagen grandiosa del tío de Yolanda abrazando el cubo, que lo tiene sobre las manos y sonríe. La historia de la sonrisa de esta foto, que para mí es como… este señor viene a ser como un maestro, realmente. Él me hizo la sinopsis de “Relicarios”. Es una cosa maravillosa porque… él llega al estudio, él llega con su muleta, ve a Ricardina, –yo ya tenía un pedacito de cementerio, como 40 “Relicarios” en el piso- y yo sabía que él venía, entonces yo puse a Ricardina más adelante ¿no? Entonces él la ve, la ve; hasta que yo le pregunto que si se la paso, entonces se la paso, él empieza a mirarla, la empieza a acariciar. En algún momento me acerco a decirle: ¿se la recibo? Entonces, él se queda mirándome y me dice: ¿Por qué? ¿No me puedo quedar con ella? ¿Ya se la tiene que llevar? ¿No me puedo quedar con ella un momentico más? [Imagen 20 de la galería de imágenes].

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 Me quedé callada -se queda mirándome así sonriendo. Yo le digo: pero ¿Por qué sonríe tanto? Y dice: es que usted todavía no entiende lo que usted está haciendo…Entonces me dice: yo vine para mostrarle mi cicatriz, porque usted quería objetos que representen la guerra, mi cuerpo representa la guerra, pero es que es esta la última imagen que yo tengo de mi hermanita… es que ella me cayó sobre las piernas, así. Y entonces es como él empieza a abrazar la imagen y es que aquí yo la veo como si no le hubiera pasado nada. Usted lo que me está devolviendo es el recuerdo de mi hermana viva. Entonces digamos que esa imagen, esa sonrisa y ese encuentro como con una memoria transformada. Finalmente él me hizo la sinopsis del proyecto. Ahí es donde yo digo: bueno, uno tiene que estar atento, uno tiene que escuchar y pensar que la memoria sino transforma no sirve para nada.(Diettes: 12/02/2015)

 El cruce entre la palabra atenta y la acción que la asiste en la imagen es, sin lugar a dudas, la más interesante virtud del trabajo de Erika. Al instalarse entreel conflictoy sus víctimas en un dialogo permanente con su cámara, Erika permite entrever que las imágenes tienen un sentido invaluable y una entrega absoluta. Cada fotografía de su obra es una invitación en la que el espectador a modo de cuerpo y observador se enfrenta con cientos de relatos que tocan las fibras más intensas de la guerra. Ya sea en una serie en la que se relate el paradigma de las violencias del siglo XX como es el Holocausto, o bien, otra en la que recorrido de los cuerpos por los ríos de Colombia nos hablan de nuestras ausencias, pasando por las instancias desgarradoras de mujeres condenadas al horror y objetos que encapsulan las relaciones significativas con los que ya no están, todas ellas desembocan en el aporte de una visión rica y necesaria para el país. Hablar del conflicto bajo la perspectiva del arte no parece ser una instancia novedosa, sin embargo sus respuestas, consignas e iniciativas siguen expresando una urgencia constante, la de establecer otros lenguajes en los que se pueda hablar de los superlativos que impone la guerra esos en los que el dolor excede y el entendimiento se desborda en Colombia.

 

Notas

 

(1)   http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-2466248

(2)   Instituto Nacional Penitenciario Carcelario.

 (3)   El mayor de la policía Julián Ernesto Guevara fue secuestrado en una toma guerrillera de Las FARC en la conocida toma de Mitú, -capital del departamento de Vaupés- el 1 de noviembre de 1998. Su muerte fue registrada a finales de enero de 2006 en condición de cautiverio. En medio de fuertes disputas con el Gobierno Nacional, la guerrilla se niega a entregar su cuerpo, situación que generó un enrome impacto mediático en el país. Sumado a los petitorios de su madre Emperatriz de Guevara, más la colaboración de autoridades internacionales y la mediación de la entonces Senadora, Piedad Córdoba su cuerpo fue entregado el 1 de abril de 2010.

 (4)   1 de agosto de 2012.

 (5)   Uno de los aspectos que se remarcan a la hora de capturar un retrato es la de atender al cuidado de que la persona a fotografiar abra los ojos. En “Sudarios” no se puede concebir este gesto, porque precisamente el encuentro con el horror no admite la vista, la mirada fija.

 (6)   Buitres.

  

Bibliografía

 SIERRA, Luz María. “Colombia busca a sus muertos”. 2007, 04,24. El Tiempo. [Colombia] El Tiempo.com, Recuperado de: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-2466248

 

 Vídeo

 ROCHANovoa Adrian. [Fotomundo TV]. (2012, Agosto 1). Erika Diettes (Colombia) Charla sobre la muestra “Sudarios”  [Archivo de video]. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=xFB5WERb0UA

 

 Entrevistas

 

DIETTES, Erika. (2014, Noviembre 2) Entrevista con Blu Radio [Real Media File] Recuperado de:http://www.bluradio.com/81330/narrar-la-historia-de-nuestro-pais-creo-que-es-una-obligacion-erika-diettes

 

DIETTES, Erika. (2015, Febrero 12)Entrevista con Lorena Cardona González. Versión no disponible

 

 

Fotografías

 

DIETTES, Erika. (2005). Silencios. [Fotografía 1. Ruth Rosenberg] Recuperado de: http://static1.squarespace.com/static/54918f84e4b0b437af2bbcf0/5493a727e4b069e2a123e630/5493a776e4b00b78c5084e4f/1419289988036/031c.jpg?format=1500w

 

DIETTES, Erika. (2005). Silencios. [Fotografía 1. MaximilianKirschberg] Recuperado de:http://static1.squarespace.com/static/54918f84e4b0b437af2bbcf0/5493a727e4b069e2a123e630/5493a73de4b0496d827361fc/1418963172348/010.jpg?format=1500w

 

DIETTES, Erika. (2008). Rio Abajo. [Fotografía 2. Rio Abajo # 11] Recuperado de: http://static1.squarespace.com/static/54918f84e4b0b437af2bbcf0/5493619ae4b064f2d3426865/5493652fe4b0074e4217efd3/1418945982511/011g.jpg?format=500w

 

DIETTES, Erika. (2009). Rio Abajo. [Fotografía 3. Carmen de Viboral (Antioquia)] Recuperado de:http://static1.squarespace.com/static/54918f84e4b0b437af2bbcf0/5493619ae4b064f2d3426859/5493633ee4b071186be8ba64/1418945343569/rioabajo08.jpg?format=1500w

 

DIETTES, Erika. (2009). Rio Abajo. [Fotografía 5.Cocorná (Antioquia)]Recuperado de:http://static1.squarespace.com/static/54918f84e4b0b437af2bbcf0/5493619ae4b064f2d3426859/54936342e4b00f01de9dc7a3/1418945347272/rioabajo07.jpg?format=1500w

 

DIETTES, Erika. (2008). Rio Abajo. [Fotografía 6. Rio Abajo # 6] Recuperado de: http://static1.squarespace.com/static/54918f84e4b0b437af2bbcf0/5493619ae4b064f2d3426865/54936527e4b0074e4217efae/1418945939194/006g.jpg?format=500w

 

DIETTES, Erika. (2008). Rio Abajo. [Fotografía 7. Rio Abajo # 8] Recuperado de: http://static1.squarespace.com/static/54918f84e4b0b437af2bbcf0/5493619ae4b064f2d3426865/5493652ae4b0074e4217efc1/1418945952358/008g.jpg?format=500w

 

DIETTES, Erika. (2008). Rio Abajo. [Fotografía 8. Rio Abajo # 22] Recuperado de:http://static1.squarespace.com/static/54918f84e4b0b437af2bbcf0/5493619ae4b064f2d3426865/54936544e4b0074e4217f032/1418946071930/022g.jpg?format=500w

 

DIETTES, Erika. (2011). Sudarios. [Fotografía 9. Sudarios  # 2] Recuperado de: http://static1.squarespace.com/static/54918f84e4b0b437af2bbcf0/54933477e4b064f2d341a46e/5493347ee4b064f2d341a495/1418933433057/002g.jpg?format=750w

 

DIETTES, Erika. (2011). Sudarios. [Fotografía 10. Museo Iglesia de Santa Clara (Bogotá)] Recuperado de:http://static1.squarespace.com/static/54918f84e4b0b437af2bbcf0/5492e7f1e4b07719aacc7aff/5492e805e4b0a01f83b37f4c/1418931554535/sudarios10.jpg?format=1500w

 

DIETTES, Erika. (2011). Sudarios. [Fotografía 11. Sudarios  # 16] Recuperado de:http://static1.squarespace.com/static/54918f84e4b0b437af2bbcf0/54933477e4b064f2d341a46e/5493348fe4b0b52b21c33c90/1418933516540/016g.jpg?format=750w

 

DIETTES, Erika. (2011). Sudarios. [Fotografía 12. Sudarios  # 3] Recuperado de: http://static1.squarespace.com/static/54918f84e4b0b437af2bbcf0/54933477e4b064f2d341a46e/5493347be4b00f01de9cf9e6/1418933438802/003g.jpg?format=750w

 

DIETTES, Erika. (2011). Sudarios. [Fotografía 13. Sudarios  # 19] Recuperado de:http://static1.squarespace.com/static/54918f84e4b0b437af2bbcf0/54933477e4b064f2d341a46e/54933492e4b00f01de9cfa5d/1418933538506/019g.jpg?format=750w

 

DIETTES, Erika. (2011). Sudarios. [Fotografía 14. Sudarios  # 20] Recuperado de: http://static1.squarespace.com/static/54918f84e4b0b437af2bbcf0/54933477e4b064f2d341a46e/54933494e4b00f01de9cfa6f/1418933544954/020g.jpg?format=750w

 

DIETTES, Erika. (2011-2015). Relicarios.[Fotografía 15. Relicario # 1] Obra en proceso no disponible.

 

DIETTES, Erika. (2011-2015). Relicarios.[Fotografía 16.Vista Relicarios en el Edén (Antioquia] Obra en proceso no disponible.

 

DIETTES, Erika. (2011-2015). Relicarios.[Fotografía 17. Relicario # 45] Obra en proceso no disponible.

 

DIETTES, Erika. (2011-2015). Relicarios.[Fotografía 17. Relicario # 71] Obra en proceso no disponible.

 

DIETTES,Erika. (2011-2015). Relicarios.[Fotografía 18. Relicarios Retratos] Obra en proceso no disponible.

 

* Socióloga (Universidad de Caldas, Colombia), Becaria Conicet América Latina y doctoranda en Historia de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina), estudiante activa de la Maestría en Historia y Memoria de la Universidad Nacional de La Plata. Sus intereses investigativos se centran en el estudio de las migraciones judías y alemanas en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, como de las Representaciones de la Shoah en Colombia.

 

 

 

 

 

 

 

 

           

 

 

 

 

 

 

 

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