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Aletheia es una revista electrónica semestral sobre problemáticas de historia y memoria colectiva en torno al pasado reciente argentino y de las sociedades latinoamericanas, en sus aspectos sociales, económicos, políticos y culturales.

Usted está aquí: Inicio Números Número 10 Reseña del libro: Exilios: militancia y represión. Nuevas fuentes y nuevos abordajes de los destierros de la Argentina de los años setenta de Silvina Jensen y Soledad Lastra (Editoras) (1)
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Reseña del libro: Exilios: militancia y represión. Nuevas fuentes y nuevos abordajes de los destierros de la Argentina de los años setenta de Silvina Jensen y Soledad Lastra (Editoras) (1)

Aletheia, volumen 5, número 10, abril 2015. ISSN 1853-3701

Basso/Reseñas en PDF

María Florencia Basso*

Maestría en Historia y Memoria, FaHCE, UNLP.

2015, La Plata

florenciabasso@gmail.com

 

            

Basso1El presente libro editado por Silvina Jensen y Soledad Lastra constituye un aporte al creciente campo de los estudios sobre los exilios políticos -perteneciente al área más general de la Historia Reciente. Las renovadas miradas de los jóvenes investigadores que publican en esta compilación complejizan las distintas aristas que presenta este objeto historiográfico poliédrico, en tanto que proponen nuevas perspectivas críticas enfocadas en el estudio interdisciplinar, en las escalas de análisis múltiples –trascendiendo las fronteras del Estado-nación-, en los actores poco abordados desde el ámbito académico en su vinculación con los exilios políticos  y en la utilización de nuevas fuentes incorporadas recientemente al estudio de este período.

            En la Introducción titulada “Para una nueva historia de los exilios políticos de la Argentina reciente” las autoras –y editoras del libro- Silvina Jensen y Soledad Lastra plantean, en un primer momento, el estado de la cuestión del estudio de los exilios políticos. Exploran las razones del boom de este tema que, en menos de una década, se dio en la agenda académica a partir de la multiplicación del material bibliográfico, tanto de artículos y libros como de las tesis en curso o realizadas en el marco de maestrías y doctorados; y los espacios de discusión en distintas jornadas –entre ellas las “III Jornadas de Historias de las Izquierdas” bajo el subtítulo Exilios políticos argentinos y latinoamericanos (CEDINCI, 2005); la mesa temática en las “X Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia” (Rosario, 2005); una serie de mesas realizadas en distintas ciudades como Tucumán, Bariloche, Catamarca, Mendoza; y las primeras jornadas dedicadas de forma exclusiva al exilio organizadas en la Universidad Nacional de La Plata en el 2012 y continuadas en el 2014 en la Universidad de la República de Montevideo. A su vez, Jensen y Lastra ponen en diálogo este objeto historiográfico específico tanto en relación con el campo más general de la Historia Reciente y la Historia de las viejas y nuevas Izquierdas, como con la Historia social de la Inmigración –desde los estudios de las inmigraciones ultramarinas coloniales hasta los procesos diaspóricos contemporáneos. En un segundo momento, las editoras develan de forma explícita la trama subyacente que conforma las diferentes partes y capítulos del libro, es decir, ponen en diálogo los puntos de contacto –y de separación- existentes entre los temas abordados, generando una visión global sobre el libro y reflexionando sobre los aportes del mismo en el campo de la Historia de los exilios. Como lo indica el título, se hace hincapié en las nuevas fuentes y los nuevos abordajes que proponen estos jóvenes investigadores. En este sentido, aparecen otros sujetos exiliares en la agenda académica –militantes de organizaciones políticas minoritarias como el Partido Comunista Maoísta  o el grupo escasamente estudiado de los exiliados en Bélgica, por citar sólo dos ejemplos-; se estudia desde escalas de análisis múltiple -perspectivas que combinan lo local, lo regional, lo internacional, lo trasnacional y lo comparado, quebrando, a su vez, el par dicotómico “adentro/afuera”-; se interrogan otros registros fontanales como por ejemplo archivos militares, policiales, judiciales, documentos de organizaciones partidarias y sindicatos, archivos privados, materiales de las organizaciones humanitarias internacionales y transnacionales; y, asimismo, se incorporan las metodologías desarrolladas en el campo de la Historia Reciente y la Historia Oral, como entrevistas personales y relatos de vida. Jensen y Lastra reflexionan, entonces, sobre los nuevos aportes que hacen estos jóvenes investigadores en relación al horizonte historiográfico viejo –centrado en el estudio del exilio como “colectivos anónimos desplazados” o “grandes hombres y mujeres de trayectorias reconocibles”-, destacando que: “Mientras los primeros trabajos –sea en escala macro o micro; sobre sujetos colectivos o individuales; bajo la forma de historias sociales y, en menor medida políticas, o de biografías intelectuales –tendían a reforzar las raíces en las experiencias de destierro; actualmente abordar el exilio implica mirarlo desde su desplazamientos, en la simultaneidad, en las influencias recíprocas y en la cooperación múltiple” (2014: 36, 37).

            Dos ejes temáticos sobre los exilios de los años setenta en torno a Argentina –como lugar de origen o destino- estructuran el libro en dos partes: militancia y represión. Bajo el subtítulo de “Exilios y militancias” se reúnen, en un primer momento, los capítulos que analizan el exilio como una forma de estrategia legitimada desde la militancia o un lugar de acción colectiva y, en correspondencia, aparece la figura del exiliado como actor político. En un segundo momento se trabaja en torno al exiliado en relación a su implicación en las redes transnacionales humanitarias. La segunda parte, “Exilios y prácticas represivas”, se enfoca en analizar el exilio como un dispositivo represivo llevado a cabo por los terrorismos de Estado, es decir, como una forma de ejercer la violencia política –legal y clandestina- para anular, silenciar y expulsar toda forma de oposición o resistencia. A su vez, se trabaja la imposibilidad del retorno del exiliado –dada tanto por las lógicas de funcionamiento de agencias estatales que, a pesar del cambio institucional, continuaron operando, y por el imaginario colectivo estigmatizante para con los exiliados. En este sentido, el libro aborda al exiliado político en su doble dimensión de protagonista –dentro del activismo social o la militancia política revolucionaria- y de perseguido político.

            Dentro de la primera parte del libro -“Exilios y militancias”- Natalia Casola explora el lugar del Partido Comunista de Argentina en la trama del exilio político durante la última dictadura cívico-militar en relación con otras experiencias de la izquierda. La autora señala que la política internacional del PCA –y el rol de sus pocos exiliados- representaba un apoyo “táctico” al gobierno del Gral. Jorge Rafael Videla. Si bien el PCA apuntaba a generar opinión en la política internacional, la dirección del partido era reacia a autorizar el exilio a los militantes, porque la retirada de los mismos limitaba las posibilidades de redemocratización del país y abría el camino a las ambiciones de los sectores “pinochetistas” existentes en la Junta Militar. En contraste con esta línea -y en el abordaje de otro caso- María Florencia Osuna plantea que la parte exiliada del Partido Socialista de los Trabajadores en Bogotá fue concebida con la misma jerarquía que la militancia en el interior del país. En este sentido, instalar a los dirigentes en Bogotá fue una estrategia del PST para disputar el dominio de la IV Internacional. Por su parte, Adrián Celentano repara en el recorrido biográfico del uruguayo Carlos Ladreche enfocando en su trayectoria política y en sus dos experiencias exiliares –ocurridas entre 1974 y 1985. En su primer exilio en Argentina, luego de la experiencia en la militancia universitaria y gremial en Montevideo, Ladreche pasa a formar parte del Partido Comunista Maoísta y a trabajar como obrero de fábricas en Argentina. Luego, tras su paso a la clandestinidad, se exilia nuevamente, pero esta vez en Francia. Celentano indaga en los procesos subjetivos de este proceso, en la particular experiencia de un exiliado político “proletarizado” en Europa.

            En el segundo bloque de la primera parte, Mario Ayala trabaja el caso de los exiliados argentinos en Venezuela, específicamente sus formas de intercambios, iniciativas conjuntas y redes que se cristalizaron en formas de organización exiliar latinoamericana y en la articulación de una red trasnacional humanitaria para acciones de denuncia y solidaridad -Comité Argentino de Solidaridad, el Programa Venezolano Pro-Refugiado Latinoamericano, y la Fundación Latinoamericana para el Desarrollo Social. Por otra parte, Michiel Van Meervenne explora el exilio argentino en Bélgica; un  caso “desconocido”, con escasos trabajos académicos realizados hasta ahora. Van Meervenne destaca el lugar que tuvieron las acciones solidarias y la interacción entre los exiliados argentinos y la población local. En el último capítulo de esta primera parte, como indica el título, “La trama religiosa de las redes humanitarias y del activismo transnacional en las dictaduras del Cono Sur en América Latina”, Soledad Catoggio aborda las políticas de asistencia y denuncia de las organizaciones humanitarias desplegadas por mundo religioso –católico y protestante- de Chile, Brasil y Argentina. En este sentido, profundiza sobre las tramas y articulaciones regionales y trasnacionales de estos organismos desarrolladas entre 1973 y 1985.

            En la segunda parte del libro -“Exilios y prácticas represivas”- María Cecilia Azconegui profundiza sobre el complejo caso de los refugiados, asilados y exiliados chilenos en Argentina, protegidos y asistidos por la red argentina que integraban el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, la Dirección General de Migraciones y organizaciones cristianas. La autora analiza cómo se redefinen las condiciones de vida de estos exiliados tras la instauración del Estado terrorista y la coordinación represiva regional del plan Cóndor que buscaban aniquilar o expulsar al “enemigo político”. Enrique Serra Padrós y Melisa Slatman estudian, desde un enfoque comparativo y trasnacional, los modelos represivos de las dictaduras del Cono Sur. Reflexionan en torno a la desaparición extraterritorial de personas tanto en el caso de exiliados en Argentina como en Brasil, enfocando en las relaciones dinámicas de interconexión y las redes de coordinación entre ambas dictaduras y en el marco de los terrorismos de Estado del Cono Sur. A continuación, Virginia Pisarello aborda un caso particular dentro de los exiliados políticos argentinos, el de los “opcionados” de la cárcel de Coronda de Santa Fe entre los años 1974 y 1979. La autora se pregunta por las trayectorias de estos presos políticos y, especialmente, por la dimensión de clase de los que salieron del país: ¿en qué medida la red de relaciones familiares, políticos partidarios y otras facilitaron la gestión de la salida del país por medio de la “opción”?. El último capítulo, escrito por las editoras del libro, Silvina Jensen y Soledad Lastra, problematiza el caso de los retornados –aquellos que habían sido expulsados en la argentina de los setenta y que volvieron al país entre los años 1983 y 1988. En este sentido, las autoras abordan la persistencia de imaginarios colectivos del terrorismo de Estado que concebía a los exiliados de forma estigmatizante como “subversivos en fuga” y “amenaza del orden social”; y las medidas y prácticas políticas que, bajo el gobierno de Alfonsín, marcaron la posibilidad del retorno según las lógicas de criminalización de las agencias estatales y de la justicia.

            Este libro, entonces, no sólo compila diferentes investigaciones que nos dan nuevas herramientas y claves de lectura sino que, además, inserta estos innovadores trabajos en la red de problemáticas propia del creciente campo de los exilios políticos del Cono Sur. Las editoras y escritoras Silvina Jensen y Soledad Lastra son investigadoras que han forjado buena parte de este espacio académico, visible en la intensa trayectoria de Silvina Jensen cristalizada en valiosos artículos y libros sobre el exilio político argentino –entre otros La huida del horror no fue olvido. El exilio político argentino en Cataluña (1973-1983), La provincia flotante. Historia de los exiliados argentinos de la última dictadura militar en Cataluña (1976-2006) y Los exiliados. La lucha por los derechos humanos durante la dictadura- y la reciente tesis doctoral de Soledad Lastra sobre los procesos de retornos del exilio argentino y uruguayo. En este sentido, el libro contiene una multiplicidad de miradas interconectadas y contenidas con guías de interpretación de expertos en el tema, que ayudan al lector a tener una mirada más compleja sobre los exilios políticos.

Notas

1.     Silvina Jensen y Soledad Lastra (Editoras) (2014) Exilios: militancia y represión. Nuevas fuentes y nuevos abordajes de los destierros de la Argentina de los años setenta, La Plata: Editorial de la Universidad Nacional de La Plata.

* María Florencia Basso. Nacida en La Plata en 1986, es Profesora en Historia de las Artes Visuales (Facultad de Bellas Artes, UNLP). Actualmente se encuentra realizando la Maestría en Historia y Memoria (Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, UNLP) e investiga sobre Exilio, Arte y Memoria en el marco de las becas de investigación de la UNLP. Asimismo es pasante en el Instituto de Historia del Arte Argentino y Americano (IHAAA, UNLP).

 

 

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