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Aletheia es una revista electrónica semestral sobre problemáticas de historia y memoria colectiva en torno al pasado reciente argentino y de las sociedades latinoamericanas, en sus aspectos sociales, económicos, políticos y culturales.

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Reseña del libro “Crossing borders, claiming a nation. A History of Argentine Jewish Women, 1880-1955” de Sandra Mac Gee Deutsh*

Aletheia, vol. 1, número 2, mayo 2011. ISSN 1853-3701

Reseña/Bordagaray en PDF

 

 

María Eugenia Bordagaray**

IDIHCS-CONICET, FAHCE-UNLP

La Plata, Argentina. 2011

eugebordagaray@yahoo.com.ar

 

                      Imgágen- Reseña Bordagaray

 

 

 

Sandra Mac Gee Deutsh, historiadora norteamericana dedicada al estudio de la historia de las mujeres en la Argentina, apuesta con el presente libro a visibilizar a las judías en la Argentina como sujeto colectivo y apela a las biografías y trayectorias individuales como medio de investigación. Es un aporte de este trabajo, la complejidad que revela el diferenciar las experiencias de las mujeres judías según su lugar de procedencia: las del este europeo (ashkenazis), las de la zona mediterránea y las del oeste europeo. En ese sentido, así como los diversos orígenes dieron lugar a diferencias en sus apuestas con respecto al trabajo y a la familia una vez llegadas a la Argentina, también la autora utiliza esas particularidades de origen para explicar las diversas estrategias de participación política y social. Mientras las mediterráneas no se alejaron demasiado de las instituciones religiosas ni de los roles tradicionales para generar sus agrupaciones y colectivos, las ashkenazi y las europeas llegadas con el ascenso del fascismo en sus países y apelaron a la participación pública comprometidas ideológicamente, ya sea con los proyectos más liberales, con el socialismo, el anarquismo o el comunismo. A través de categorías como marginación, inclusión o participación, Deutsch enmarca  las agencias de estas mujeres permitiendo así un análisis no situado en las cronologías que tradicionalmente han sido utilizadas para describir los grandes procesos de la historia argentina. Esta perspectiva, le permite  indagar acerca de cómo estas mujeres lograron trascender las barreras de género, de clase, políticas, sociales y cómo influyó su condición de “transnacionalidad” en los modos en que participaron pública y políticamente. También, se propone deshilvanar el proceso por el cual estas mujeres se comprometieron con la construcción de una nacionalidad “argentina” y el apoyo que dieron a los proyectos liberales promovidos por el estado en formación. Su condición de pertenencia a dos naciones explicará también, según la autora, la predisposición a participar activamente en los movimientos internacionales como fueron el antifascismo, a partir de la década de 1930, y el sionismo, fundamentalmente, a partir de la creación del Estado de Israel.

Los métodos cualitativos de investigación son utilizados para comprender el aspecto social, cultural y político de la Argentina entre 1880 y 1955. Al mismo tiempo, Deutsch se apoya en las técnicas cuantitativas frente a la necesidad de abordar datos estadísticos y censales. De todos modos,  el aporte más rico y novedoso de este trabajo repara en una gran cantidad de entrevistas  a sobrevivientes y el uso de autobiografías y un amplio corpus literario, todo lo que da cuenta de las cuestiones sensibles, las percepciones y las experiencias subjetivas.

El recorrido comienza con el abordaje de las mujeres campesinas (en su patria de origen y en el nuevo país que las recibe), aquellas que recién llegadas se instalaron a lo largo de la pampa húmeda. Cronológicamente, comprende las últimas dos décadas del siglo XIX, con los comienzos de la llegada de los colonos provenientes del este europeo de la mano de la  Jewish Colonization Association (JCA). Allí, la autora avizora una división tradicional de las tareas en las explotaciones agropecuarias, donde las mujeres realizaban los quehaceres domésticos y de reproducción, mientras les era vedada la propiedad de la tierra. Si bien las llegadas de la zona mediterránea se instalan individualmente en los pueblos y, en su mayoría, trabajan en el negocio familiar, ambos grupos comparten las normas del patriarcado en cuanto a la división sexual del trabajo y las normas morales que rigen las estrategias de matrimonio. Pero también, muchas participan en el movimiento cooperativo, otras se acercan ideas socialistas y en mayor número asumen una responsabilidad haciéndose cargo de las necesidades de las comunidades (a través del cuidado de la salud o de la fundación y sostenimiento de escuelas e instituciones culturales). La escuela parece haber sido para la mayoría de ellas un espacio de frontera fundamental, puesto que allí interactuaban con otras inmigrantes y criollas y también aprendieron el español. Y es allí, también, donde el encuentro con “los otros” les permite diferenciarse en su calidad de blancas/blancos europeas/os de los criollos, “negros” y pobres.

En segundo lugar, la autora indaga el mundo de las profesionales y las prostitutas. Para muchas mujeres judías, la educación y el trabajo profesional fue el punto de encuentro con la sociedad más amplia y con el Estado. Situándose en las biografías de aquellas que sobresalieron en sus profesiones, la autora apunta así a iluminar las estrategias utilizadas para saltar los muros impuestos por el género y la clase (ya que algunas de ellas provienen de hogares proletarios o de familias de colonos) pero apelando también a aquellos indicadores que nos hablan de algunos muros que aún se erigen: la mayor parte de las mujeres judías no se alejan demasiado de las profesiones ligadas tradicionalmente al cuidado de los otros como la educación, la pediatría, la enfermería, etc. Por otro lado, y siguiendo esta idea de develar la existencia de límites invisibles y diferencias marcadas, la autora afirma que las judías provenientes de la zona mediterránea no cruzaron los límites impuestos por la familia, no llegaron a la universidad y no transgredieron los roles de género tradicionales. Asimismo, y basándose en datos estadísticos, asegura que alrededor del año 1960, es muy bajo el porcentaje de las judías en ámbitos fabriles, mientras que muchas de ellas han logrado una carrera profesional.

Luego, la autora analiza a las judías víctimas de la trata de personas por parte de organizaciones transnacionales como la Zwi Migdal con lo cual identifica a las mujeres más profundamente marginadas de la sociedad argentina de la primera mitad del siglo XX: prácticamente se encuentran esclavizadas, sin vínculos familiares y con el único beneficio que les dio su origen europeo que fue ser más valoradas que las prostitutas nativas o criollas.

Por último, la autora propone una perspectiva muy interesante al abordar la participación política de estas mujeres tanto en organizaciones ya establecidas como en los partidos políticos de izquierda, en el movimiento sionista y en la filantropía. Es importante aquí la apuesta por relacionar, en base a las trayectorias de algunas mujeres y sus familias, la participación política en los movimientos y partidos de izquierda apelando a su identidad étnica: son los casos de las judías anarquistas. Sin embargo, al analizar las historias de algunas socialistas como las hermanas Chertkoff, la autora no halla rastros de esa identidad étnica tan marcada en las anarquistas. Por el contrario, la apelación al maternalismo político y el apoyo a los planteos sufragistas muy ligados al reformismo de tinte liberal, nunca dio lugar a la emergencia del componente étnico entre ellas. En el Partido Comunista, por el contrario, hubo intervenciones políticas con una base étnica importante. El Idish fue promovido por las comunistas en diversos aspectos, fundamentalmente, fundando sus propias escuelas desde 1922, como también el Teatro Popular Israelita Argentino, o Idische Folk Theatre (IFT). Muchas mujeres entraron al comunismo a partir de su participación en la actividad cultural. Situándose en los comienzos de la década del 30` como escenario para la lucha antifascista, la autora  demuestra la intensificación de los discursos antisemitas y la apelación a las judías como símbolo del desorden social (son las que trabajan, las que militan y las que se prostituyen). La Guerra Civil española fue el momento a partir del cual muchas jóvenes comienzan a participar desde aquí en favor de la República, contra la Guerra y con fines humanitarios. La autora documenta además una amplia  participación de las judías en Acción Argentina y la Junta de la Victoria. Durante el peronismo (1946-1955), si bien muchas activistas judías de izquierda fueron encarceladas y otras expulsadas de los sindicatos, no hubo una persecución antisemita a pesar de los guiños al franquismo del General Perón y del apoyo de la Iglesia católica. Y es en el período del gobierno peronista cuando muchas militantes judías abandonan la militancia y la participación política, ya que coincide con sus responsabilidades familiares, sus profesiones y la represión por parte del Estado a la oposición en general. Por otro lado, las mujeres judías dedicadas a la beneficencia y la filantropía, ven en el gobierno peronista y en Eva Perón la posibilidad de obtener beneficios para su obra, aún más después de la disolución de la Sociedad de Beneficencia. Paralelamente, la creación del Estado de Israel en 1948 y el reconocimiento del mismo por parte del gobierno peronista, significó que muchas mujeres se acercaran al movimiento sionista transnacional y participaran así en la arena pública. Tanto el sionismo como la filantropía les permitió a estas mujeres cierta movilidad: participan orgánicamente, producen periódicos y revistas, viajan y fundamentalmente, salen del ámbito doméstico.

En líneas generales, y sin caer en descripciones excesivas, la autora apunta a identificar en su trabajo los espacios en los que estas mujeres se encuentran con otros/as  en su misma condición de excluidas/incluidas. Es allí donde se despliegan las estrategias de participación, apoyándose en experiencias y conocimientos previos transformándolos, adaptándose y reinventándose como mujeres judías. Estos espacios de frontera/encuentro muchas veces han representado para ellas la posibilidad de transgredir las normas de una sociedad regida por ideas y prácticas conservadoras y tradicionales con respecto al rol de la mujer.

 

* Sandra Mac Gee Deutsh (2010). “Crossing borders claiming, claiming a nation. A History of Argentine Jewish Women, 1880-1955”. Duke University Press. Durham and London.

 

** Profesora de Historia, por FAHCE-UNLP- Doctoranda en Historia (FAHCE-UNLP). Miembro del Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Género (CINIG). Becaria Doctoral de CONICET. Título del proyecto de tesis doctoral: “Género y política en el anarquismo argentino durante el peronismo (1946-1955) Directora de Tesis: Adriana Valobra. Sus investigaciones se inscriben en la línea de la historia de las mujeres y la perspectiva de género, relacionando ambas perspectivas con la historia política y social.

 

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