Bienvenidos a nuestro portal

Aletheia es una revista electrónica semestral sobre problemáticas de historia y memoria colectiva en torno al pasado reciente argentino y de las sociedades latinoamericanas, en sus aspectos sociales, económicos, políticos y culturales.

Usted está aquí: Inicio Números Número 3 De paso por Sao Paulo. El funk carioca, los jóvenes y la cultura popular
Facebook Seguinos en Twitter Suscripción a todas las noticias
Convocatorias
Convocatoria permanente 
 

Entre nuestros objetivos se destaca el de difundir las producciones académicas sobre historia reciente y memoria, generando un espacio interdisciplinario para el intercambio y profundización de estos saberes específicos. Ver: Normas de Presentación.

 

Contacto: aletheia@fahce.unlp.edu.ar

Institucional

Maestría en Historia y Memoria

Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación Universidad Nacional de La Plata

Calle 51 e/ 124 y 125,
Edificio A Of. A207 (1925) Ensenada, Argentina. Tel.: +54-0221-4236671/73 int. 2216

Calle 7 nº 499 (esquina 42) (1900) La Plata, Argentina Tel.: +54-0221-4831737 y 4262901

 

De paso por Sao Paulo. El funk carioca, los jóvenes y la cultura popular

Aletheia, volumen 2, número 3, noviembre 2011. ISSN 1853-3701

Crónica/Vásquez en PDF                                                                                                                                                                   

 

Karen Andrea Vásquez*

UNLP- Corporación Cultural Nuestra Gente, Medellín

Medellín, Colombia. 2011

karenvasquezpuerta@gmail.com

 

Si bien la cultura popular aparece como un tema central en las investigaciones de muchos cientistas sociales, queda claro que los orígenes y límites de sus múltiples manifestaciones son difíciles de comprender, así mismo sus mutaciones, mezclas y nuevas producciones exigen a los investigadores estar al tanto de dichos cambios e intentar asumirlos dentro de los contextos particulares en los cuales se dan.

Un reciente viaje a la ciudad de Sao Paulo, Brasil me corrobora impresiones anteriores sobre la relación de los jóvenes frente a diversas expresiones artísticas. En este caso, la música y la danza y como la predilección de un género musical sobre otro, enmarca un importante elemento constitutivo de  la formación de las identidades, en este caso vinculadas directamente a la juventud.

Tras 10 días de estadía en esta gran ciudad, de atravesarla en el tren, en bus, a pie; de escuchar a las personas hablar e intentar comprender, me permitió acercarme a una cuestión para mí vital y complejo de comprender: como aquello que me parece similiar –por ejemplo los jóvenes de Tiradentes (1), en Sao Paulo-Brasil o en otras ocasiones los jóvenes de la Comuna 2 (2) de Medellín-Colombia-, realmente está cargado de multiples sentidos y diferencias entre sí. En esta medida ¿cómo se puede pensar en la construcción de unas identidades ancladas a un territorio específico que parece único? Con esto me refiero a que mis constantes preguntas frente a la construcción de identidades y memorias ligadas a un territorio encontraron asidero en este lugar: Brasil me impresionó.

Entre muchas cosas que sucedieron, quiero resaltar en función de este artículo un fenómeno que atrapó toda mi atención; la variedad de sonidos, de música, de danzas y de públicos que tuve la oportunidad de escuchar y ver, del cómo en cuestión de horas y en cruzar un par de calles los panoramas cambian de manera radical y casi sin tiempo de asimilación.

 

En varias visitas a la feria del mercado popular que sale los domingos en Tiradentes, tres calles más abajo de la casa en la que me brindaron hospedaje, pude encontrar más de 50 puestos que ofrecían verduras, frutas, ropas, pollo, pescado, ajíes y otros productos. La feria varía entre los gritos de ofertas en los precios de frutas y verduras, una fruta naranja llamada kajú que nunca había visto, mangos, guanábanas, plátanos maduros, yucas, cilantro y muchos alimentos que se asemejaban a los que podría encontrar en la feria de mercado de Medellín.

También hay ventas de discos compactos con películas y música de distinto tipo, entre lo que se escuchaba había un sonido bastante particular y contagioso, era cantado por los niños que asisten a la feria, aquellos acompañados por sus padres, y también por los que van solos, aquellos niños que con sus canastos esperan el final de la jornada para recibir las sobras de lo no vendido, todos se mostraban muy interesados por ver los discos y elegir una canción.

Me pareció contagioso y me causo mucha curiosidad, mi guía –Jessica, una chica alta y blanca me dijo que se llama Funk, pero que era muy vulgar y que no quisiera saber más al respecto, frente a esta advertencia yo sólo quería lo contrario.

El funk carioca es un sub género musical que tiene su entrada al Brasil en los años 80 por Rio de Jainero, bajo la influencia del funk estaunidense proveniente de Florida y del sub-género Miami Bass, más la fusión de ritmos brasileros. Se le ha asociado generalmente con las favelas de Rio teniendo como temas principales el consumo de drogas, la delincuencia común y el sexo. Al baile se le ha atribuido la provocación sexual como elemento fundamental y un uso básico de la tecnología para su producción.

Dadas estas condiciones se ha generado un prejuicio generalizado por parte de la población manifestado en el rechazo a la música y al baile asociado a las favelas, llegando al punto de que los gobiernos locales intentaran prohibir el baile en los lugares públicos. A pesar de ello, después de más de 20 años, el funk goza de mucha aceptación por la población juvenil y no sólo por un sector de las clases populares.

Explorando un poco en la web me topé con el sitio overmundo (3), en el cual se puede encontrar artículos publicados sobre el tema y resalto el de R. Darci Costa titulado A ascensão do funk paulista, el cual ofrece un panorama de lo que implica el fenómeno hoy día en la ciudad de Sao Paulo. Junto al rap, el funk carioca se ha asociado como música de las periferias, del suburbio, a pesar de esto, hoy en muchas de las casas, autos y celulares se escucha funk; este se ha ido convirtiendo –más que en un sub-género musical- en un estilo de vida, en una forma particular de llevar las ropas, tatuarse el cuerpo, danzar, y proyectar una posibilidad de futuro, en palabras de Bourdieu, correspondería más a una forma de estilización de la vida que sólo a una expresión musical.

Los más jóvenes por ley no deberían ingresar a las discotecas de funk -sin embargo lo hacen-. El ser un MC (Master of Ceremonies) de Funk carioca -como se nombra a los vocalistas de géneros principales como el rap y otros como la ragga, el house y el funk brasilero- es una gran expectativa y se vislumbra como una posibilidad, no sólo por el afán de fama y mujeres como afirma Darci Costa, sino por los ingresos económicos que genera, los cuales en comparación con otros mercados laborales o de oferta educativa, parecen ser más atractivos.

Muchos son los MC en Brasil, en Sao Paulo tuve la oportunidad de visitar una discoteca –a pesar de la resistencia de mi guia para no visitar el lugar- donde se baila principalmente funk carioca, un lugar ubicado al extremo este de la ciudad, con capacidad para 6.000 personas y tres ambientes, con tarimas, pantallas, luces y sonido de última tecnología.

Al llegar tres luces blancas dirigidas hacia el cielo indicaban la ubicación del lugar que al lado tenía un motel, una fila para hombres y otra para las mujeres, ellos de jean, zapatos deportivos, cabellos cortos con iluminaciones rubias, cuerpos marcados por el ejercicio, tatuados en un brazo y en un costado del tronco.

Ellas de tacos altos, faldas cortas, escotes pronunciados, líneas negras y gruesas en sus ojos y labios con mucho brillo, -yo soy la extraña del lugar, de cabello corto, poco maquillaje, pantalón y camisa sin escote-. No me requisan al ingreso como a ninguna otra mujer, no me piden identificación como a ninguna de las demás chicas, notándose de manera evidente que eran menores de edad.

Ellos pagan para ingresar unos 11 US, ellas ingresan gratis.

Esa noche habían 4.000 chicas y 2.000 chicos, el forró(4)  y el olor a feijoada (5) acompañó la primera parte de la noche en el ambiente abierto del lugar, casi nadie bailaba. De repente un sonido con una base repetitiva y una letra indescifrable -para mi débil oído- retumbó en el lugar y todos los cuerpos, actitudes y disposiciones en el espacio cambiaron. Ahora ellas bailaban juntas una tras otra, en parejas ellas delante de ellos, todos bailaban de manera sugerente, luego no tenían camisas y luego desaparecieron. Después de un rato descubrí que estaban todos en el ambiente cerrado, con pantallas gigantes, funkeros en vivo, luces, bailarinas en ropa interior sobre el escenario, muchos besos, sudor, gestos, hasta competencia entre las chicas por quien bailaba mejor.

El DJ enloquece al público con Machuka, una canción funk en la voz de Lil Joh Feat, Mr.  Catra y Mulhe File, en cuyo video clip como en otros pocos que circulan en la web, aparecen elementos comunes como imágenes panorámicas del barrio, autos, tendederos de ropa, las calles empinadas, mujeres con poca ropa, los hombres de lentes oscuros y largas cadenas doradas y muchos niños y niñas. Podría pensarse entonces que este sub-genero tanto como su vinculación con un espacio social determinado en el cual tiene origen proyecta a través de sus video clips y sus letras un fuerte arraigo a su territorio.

El ritual del cortejo está basado en el baile, en algunos casos las mujeres bailan solas a la espera de un hombre que desee bailar con ellas o llegan en parejas, lo importante es salir acompañado a las 5:00 a.m. que cierran el lugar. Los jóvenes en este sector de Tiradentes en el cual me hospedo escuchan funk todo el dia, en las noches hay un carro afuera del edificio con las puertas abiertas y el sonido del funk invade el lugar, la discoteca está llena todos los sábados.

En Tiradentes se realiza cada año el Funk Festival Canta Cidade Tiradentes, que tras 3 versiones hasta este año 2011 busca destacar a artistas locales y se ha ido dando lugar a una nueva versión del funk denominada consciente, en el cual las letras ya no hacen alusión al consumo de drogas, al sexo y a la violencia de las favelas, sino que sus letras hablan de la justicia, el respeto a la familia y promueven el no consumo de drogas, estos jóvenes buscan un futuro prometedor en el funk para ellos y sus familias.

Esta nueva generación de funkeros a diferencia de los que comenzaron hace 20 años, con un mercado más establecido pero más competitivo, que a su vez genera una actividad económica importante para la industria musical producen de manera rápida y económica sus videos y sus espectáculos. Los nombres de DJ Marlboro o DJ Batata siguen sonando y apareciendo como modelos e impulsadores del funk carioca en todo Brasil.

Este acercamiento al funk me genera preguntas que se aplican a otras realidades de los barrios que frecuento en mi natal Medellín, sobre sus jóvenes, sus gustos musicales y sus formas de bailar, ¿acaso estos reafirma algún valor? ¿Cómo dialoga esta preferencia musical con otros elementos que hacen parte de la identidad de los jóvenes? ¿Son estos sub-géneros musicales constitutivos de las formas de vida de los sectores populares?

Es el reto es responder a estas preguntas bajo la premisa que guía la etnografía contemporánea, poner mayor atención sobre las prácticas de la vida cotidiana que marcadas por patrones de cooperación, solidaridad y reciprocidad –en palabras de Sherry Ortner - hacen necesario el cuestionamiento constante sobre ¿cómo las prácticas reproducen el sistema y/o las prácticas pueden cambiarlo?; igualmente sobre el fuerte vinculo entre éstas prácticas, los usos, los consumos de las poblaciones subordinadas, su relación con el poder, los proyectos políticos de nación y de ver la cultura popular, no sólo como un reflejo de una cultura dominante, sino como un conjunto de interacciones entre diversas estructuras y modos de ser heterogéneos que se ofrecen en diversas significaciones y representaciones cargadas de múltiples sentidos.

 

NOTAS

1.         Cidade Tiradentes es un complejo habitacional ubicado en la zona este de Sao Paulo, cuenta actualmente con unos 300.000 habitantes.

2.         La ciudad de Medellín-Colombia, está dividida territorialmente por 16 Comunas, cada una conformada por cierta cantidad de barrios. La Comuna 2 de Medellín, denominada como Santa Cruz, está conformada por 11 barrios de estrato socio-económico 1 y 2. Es una de las comunas más afectadas por la violencia y la pobreza.

3.         www.overmundo.com.br

4.         El forró es un género musical y una danza brasileña que tiene sus orígenes en Europa y África.

5.         Feijoada es uno de los platos más populares y típicos de Brasil, tiene sus origen en la zona carioca de Rio de Janneiro. Se hace a base de un guiso de frijoles negros (también puede llevar arroz), cocidos con una gran variedad y abundancia de carnes saladas, ahumadas y frescas.

6.         Ortner S. La teoría antropología desde los sesenta. 1984

 

 

*Karen Andrea Vásquez. Estudiante de la Maestría en Historia y Memoria, cohorte 2011.

Integrante Corporación Cultural Nuestra Gente, Grupo de Teatro AJEDREZ, Medellín.

Acciones de Documento