Bienvenidos a nuestro portal

Aletheia es una revista electrónica semestral sobre problemáticas de historia y memoria colectiva en torno al pasado reciente argentino y de las sociedades latinoamericanas, en sus aspectos sociales, económicos, políticos y culturales.

Usted está aquí: Inicio Números Número 3 Política y movimientos sociales en Venezuela: El movimiento dirigido por Hugo Chávez y los mitos del Populismo radical (1)
Facebook Seguinos en Twitter Suscripción a todas las noticias
Convocatorias
Convocatoria permanente 
 

Entre nuestros objetivos se destaca el de difundir las producciones académicas sobre historia reciente y memoria, generando un espacio interdisciplinario para el intercambio y profundización de estos saberes específicos. Ver: Normas de Presentación.

 

Contacto: aletheia@fahce.unlp.edu.ar

Institucional

Maestría en Historia y Memoria

Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación Universidad Nacional de La Plata

Calle 51 e/ 124 y 125,
Edificio A Of. A207 (1925) Ensenada, Argentina. Tel.: +54-0221-4236671/73 int. 2216

Calle 7 nº 499 (esquina 42) (1900) La Plata, Argentina Tel.: +54-0221-4831737 y 4262901

 

Política y movimientos sociales en Venezuela: El movimiento dirigido por Hugo Chávez y los mitos del Populismo radical (1)

Aletheia, volumen 2, número 3, noviembre 2011. ISSN 1853-3701

Conferencias/ Ellner en PDF

 

Por Steve Ellner (Universidad de Oriente-Venezuela) (2)

 

 

Quiero empezar a hablar de un fenómeno que es muy marcado en el proceso de cambio en Venezuela: la polarización. La polarización no es solamente política en el sentido que hay dos campos – un campo chavista y un campo antichavista – y difícilmente, por lo menos hasta ahora, un dirigente importante o un partido político ha logrado, o ha querido, mantener una posición intermedia de equilibrio entre esos dos extremos. Cada vez que un grupo, una organización política y un dirigente político sale del chavismo termina, dentro de un tiempo muy corto, en el campo de la oposición. Pero también la polarización tiene un aspecto social, por cuanto la base de apoyo del Chavismo son las clases populares, mientras que la mayor parte de la clase media es fuertemente anti-Chavista.

 

Sin embargo esta dinámica de polarización muy marcada en la política a nivel nacional no se refleja en la base,  entre los votantes venezolanos comunes. Al hablar con la gente en la calle no todo el mundo se ubica en el campo chavista o antichavista. Se puede hablar con muchas personas, y yo he hecho un esfuerzo sistemático en este sentido, y van a encontrar muchas personas con posiciones muy criticas a Chávez, pero cuando les preguntan si las elecciones son mañana y el candidato es Chávez o alguien de la oposición por quién va a votar, te dicen bueno si el candidato contrario es Julio Borges, por ejemplo, voto para Chávez; si el candidato es Antonio Ledezma, votaría por Ledezma; y si el candidato es fulano de tal, bueno, no voy a votar. Eso para mí es una posición independiente que no es ni de oposición, ni chavista. Porque un chavista va a decir “pase lo que pase voto para Chávez” y alguien de la oposición va a decir lo contrario.

A pesar de que la opinión pública es más compleja y este proceso de cambio ha producido una diversidad de reacciones que significa que mucha gente no es tajantemente pro o contra, a nivel de la dirigencia nacional y a nivel de muchos de los medios de comunicación la situación es extremadamente polarizada.

Cuando Chávez fue elegido presidente a fines de 1998 conocí muchos profesores colegas que eran de Acción Democrática (AD), un partido tradicional y para ese entonces conservador, que votaron por Chávez. De hecho había un importante porcentaje de los miembros de la clase media que votó por Chávez en 1998.

Hoy en día Venezuela es  muy polarizada socialmente. Yo no diría que toda la clase media esta contra Chávez, pero los chavistas de la clase media se quedan callados en sus comunidades y lugares de trabajo. De manera que la polarización no es solamente política sino social. El gran apoyo para Chávez se encuentra en los barrios y las zonas populares en general.

Creo que para entender la polarización hay que hablar del tipo de democracia que existe en Venezuela y que se debe distinguir lo que se puede llamar la “democracia radical” de la “democracia liberal”. Son dos conceptos muy diferentes y en algunos aspectos contrarios que explican por qué la oposición ataca tanto a Chávez, y por qué los chavistas atacan tanto a la oposición. Se trata básicamente de un choque de paradigmas. La democracia liberal que viene del siglo XVIII, de los escritos de John Locke, Montesquieu y James Madison, el cuarto presidente norteamericano, enfatiza las instituciones, el balance de los poderes, y los controles sobre la rama ejecutiva, y manifiesta desconfianza hacia el ejecutivo nacional, y hacia el presidente de la nación en particular, y defiende con ahínco el derecho del individuo y los derecho de las minorías. Los empresarios, por ejemplo, representan una minoría y la democracia liberal defiende sus derechos y específicamente el derecho de la propiedad privada como un derecho sagrado. Por eso, si hay elecciones y un candidato determinado gana por el 90% de los votos, si viola el derecho de propiedad, no es demócrata; puede ganar con el 90% pero no es demócrata  porque el derecho de la minoría, en este caso la propiedad privada, es sagrado.

La democracia radical que es lo que propone Hugo Chávez y lo que está incorporado en la constitución chavista aprobada en un referéndum en diciembre de 1999, significa la democracia de las mayorías, que la mayoría tiene la última palabra. Si la mayoría propone expropiar una empresa, es la mayoría la que decide. Para darles una idea del significado de este concepto, en el congreso norteamericano los Republicanos hasta ahora han tenido solamente el 40% de votos en el Senado pero con ese 40% ellos han logrado paralizar los programas de Barack Obama. ¿Por qué?  Porque la ley le da el derecho de la minoría, el derecho de vetar cierto tipo de legislación bajo ciertas circunstancias; circunstancias en las que no voy a entrar en detalle pero desde la perspectiva de la democracia radical podríamos llamarlo una burla a la democracia y a la voluntad del pueblo.

La democracia radical dice no: que con el 50% más uno de los votos, el presidente Obama puede hacer lo que propone. Y Chávez con la mayoría de los votos populares también tiene el derecho de llevar a cabo los programas que propone. Chávez ha ganado las elecciones hasta ahora con mayorías bastante amplias: la primera vez en el año 1998 con el 56%, en el año 2000 ganó con el 58%  y en las elecciones del año 2006 ganó con una mayoría más aplastante que cualquier elección en la historia venezolana desde el año 1958, con un 63% de los votos. En la política  norteamericana yo no sé qué presidente ha ganado con estos porcentajes, quizás Franklin D. Roosevelt hace más que medio siglo.

Para darles una idea del choque de paradigmas, en Venezuela poco después de las elecciones de 2006 algunos politólogos de la oposición empezaron a usar el término “autoritarismo electoral”. Autoritarismo electoral en mi opinión es una contradicción, un oxímoron, pues la elección es sinónimo de democracia y autoritarismo de lo contrario. Inclusive llegaron a decir que si en Alemania Adolfo Hitler hubiera convocado a elecciones en el año 1939 antes de la segunda guerra mundial hubiera ganado por mayoría aplastante. Lo que querían decir con eso, es que Chávez puede ganar con todos los votos del mundo pero no es demócrata, porque demócrata es respetar las instituciones, demócrata es reconocer los derechos de las minorías y una serie de otros requisitos. Eso es un paradigma muy diferente a la democracia radical. La democracia radical viene de la tradición de Rousseau que habla de que la mayoría gobierna con pocas restricciones y fija las políticas sin necesidad de consultar a las minorías. En segundo lugar, la democracia radical de Rousseau apunta a la participación directa del pueblo en la toma de decisiones. En el caso de la constitución venezolana de 1999 habla mucho de la democracia participativa, que la gente participe no solamente en las elecciones cada tantos años, sino que participe directamente, por ejemplo a través de cabildos abiertos.

En la práctica la democracia participativa se manifiesta, por ejemplo en los consejos comunales. Los concejos comunales fueron impulsados por el gobierno de Chávez después de la promulgación de la Ley de Consejos Comunales en 2006 con la inyección de una gran cantidad de dinero asignado más que todo a los consejos en los sectores populares. Los consejos comunales no solamente diseñan los proyectos y los proponen para la aprobación en las asambleas de la comunidad, sino que también solicitan financiamiento para su ejecución. No se trata solamente de que una comunidad haga una solicitud para una obra, como una acera, por ejemplo, la pavimentación de una calle, la construcción de una casa comunal o viviendas, sino que la gobernación o el ministerio otorga dinero directamente a ese consejo comunal que realiza la obra por su propia cuenta. Así que la participación es directa. En algunos casos los trabajadores de la obra son miembros de la misma comunidad y el trabajo es voluntario. Se le paga al trabajador algo de dinero. Eso es una participación bastante importante cuando los trabajadores de la obra son de la comunidad, y el consejo comunal realiza la obra directamente y no una empresa contratista.

De manera que el concepto de la democracia radical tiene estas dos vertientes, la del gobierno de las mayorías definido como 50% más uno para todas las decisiones tomadas, por un lado, y la participación directa y cotidiana de la gente, por el otro.

Ahora bien,  yo clasifico la democracia venezolana con el término democracia social radical. Agrego la palabra “social” porque, como dije en el comienzo, Venezuela es un país con una alta polarización social y que la base de apoyo del chavismo viene de las clases populares, pero no solamente eso sino que la base social de apoyo para Chávez - desde los primeros años - eran los sectores no incorporados de la población. Cuando digo los sectores no incorporados de la población estoy hablando de tres sectores que en mi opinión desde el primer momento representaban la base social de apoyo del chavismo.  En primer lugar, hubo lo que se puede llamar las clases marginales que son los trabajadores que no tienen patrón o que tienen patrón pero su empresa no está legalmente registrada; los buhoneros, por ejemplo, ó quienes trabajan en un taller en la casa del dueño quien contrata uno o dos trabajadores pero no paga impuestos, y como el taller no tiene un status legal, los trabajadores no gozan de ningún beneficio legal. El segundo sector de los no-incorporados consiste de los trabajadores en la nómina de empresas muy pequeñas de la economía formal, que por ser tan pequeñas no tienen sindicato y en algunos casos la legislación laboral no se aplica a ellos por el tamaño de la empresa. Aquí también estamos hablando de personas que no tienen representación por cuanto no hay sindicato y no hay contrato colectivo. El tercer sector es la fuerza laboral del campo. Yo diría que esos son los tres sectores fundamentales que desde el comienzo constituían el baluarte del chavismo.

En el comienzo la clase obrera organizada estaba más dividida. Inclusive en octubre del 2001 la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), la central más importante en ese entonces, convocó a elecciones. Hubo fraude electoral, pero con todo eso innegablemente la plancha anti-Chávez sacó más votos, y eso fue poco después de que Chávez había ganado las elecciones presidenciales en 2000 con un 58% de los votos. Saco la conclusión que los sectores no-incorporados, los no-representados, apoyaron al chavismo más masivamente que la clase obrera sindicalizada. La situación cambió cuando la CTV, conjuntamente con los empresarios agrupados en Fedecámaras (Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela), participó en el golpe de estado de abril de 2002, y luego en el paro general que duró dos meses – que realmente fue extremadamente difícil para los venezolanos. Luego la CTV participó en la campaña para convocar a una elección revocatoria presidencial en 2004 que también fracasó. Como resultado la CTV fue muy desacreditada y la correlación de fuerzas dentro de la clase obrera cambió a favor de los chavistas.

Es importante señalar que la estrategia chavista contrasta con la experiencia rusa de 1917, la china en 1949, y la revolución cubana de 1959, por una parte; y por otra parte con los casos de los gobiernos social demócratas, como también los gobiernos reformistas que implementaron el “Welfare State”, como el caso de Franklin D. Roosevelt en Estados Unidos en la década de 1930.

Lo que está pasando en Venezuela es muy diferente y en algunos aspectos no tiene antecedentes. Trato de analizar este fenómeno desde la perspectiva del concepto de la democracia social radical, porque una presunción de la estrategia de Chávez es que la  gran masa de personas que apoyan al chavismo tiene un alto nivel de conciencia política. Como prueba podría hablar de los acontecimientos del 11 de abril de 2002 cuando en reacción al golpe de estado contra Chávez los pobres bajaron de los cerros en Caracas y otras ciudades para exigir información acerca del presidente. En contraste, por lo menos lo que yo vi en Venezuela en ese momento, la clase media en su mayoría, creía y aceptaba la versión de los medios de comunicación de que Chávez había renunciado, que no se produjo un golpe de estado porque el presidente renunció voluntariamente. Pero no había ninguna evidencia de que renunció y además si Chávez había renunciado entonces el vicepresidente Diosdado Cabello tenía que haber asumido la presidencia. Inclusive una personalidad de televisión muy conocida, Napoleón Bravo, dijo frente a las cámaras “Chávez ha renunciado, aquí está el documento de su renuncia”, pero no dieron ningún enfoque en las cámaras para demostrar la firma de Chávez, simplemente dijo: Chávez renunció, punto final, aquí esta la prueba.  Entonces mientras la clase media aceptaba esa explicación poco convincente, los pobres no las aceptaron.  Al principio, los pobres bajaron de los cerros no para exigir que Chávez regresara al poder sino para exigir información acerca de su paradero y preguntaron ¿dónde está la prueba de que Chávez ha renunciado?

De modo que Chávez regresó al poder gracias a la movilización masiva de las clases populares que bajaron de los cerros y rodearon el palacio de gobierno de Miraflores en Caracas y también los cuarteles militares. Escogieron los cuarteles como blanco porque percibían que los militares no estaban todos en favor del golpe de estado. Había muchos que apoyaban a Chávez y había muchos otros que quizás no eran pro Chávez pero tampoco estaban de acuerdo con un golpe de estado contra un presidente elegido democráticamente. Ellos rodearon los cuarteles militares en efecto para apoyar y alentar a los militares a que no aceptaran la autoridad del gobierno de facto.

De manera que los chavistas plantean que los trabajadores de la economía informal, y otros que no tienen representación sindical o partidista, tienen un alto nivel de conciencia, pero falta la experiencia organizativa y la disciplina organizativa que vienen de la experiencia de haber formado parte de un sindicato, o de haber participado activamente en una organización social o política con una dirigencia a nivel nacional. De manera que requiere un proceso de educación para estar en condición de desempeñar un papel “protagónico” en la transformación revolucionaria.

Los marxistas hablan de las condiciones objetivas y condiciones subjetivas. Con condiciones objetivas se refieren al nivel de desarrollo económico y más que todo a la capacidad industrial. Las condiciones subjetivas se refieren al nivel de conciencia, a la experiencia política y al compromiso político del pueblo. Según los chavistas, la base de su movimiento tiene un alto nivel de conciencia política pero no tiene la disciplina y la experiencia organizativa necesaria.

 

Los programas sociales que promueve el chavismo desde el comienzo, pero sobre todo después del paro petrolero del año 2002- 2003, tienen como fin preparar el terreno, y específicamente preparar a las clases populares para la transición, y para profundizar el cambio en el país. Por ejemplo, las llamadas “Misiones educativas” incluyen la Misión Ribas, que es la educación a nivel secundario y la Misión Sucre, de nivel universitario, así como la Misión Robinson para la enseñanza de leer y escribir.

 

Algunos líderes chavistas fueron influidos por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) que en los años ´80 y ´90 planteó la importancia de la educación amplia que va más allá de la educación tradicional y la educación vocacional. Según la CEPAL, en la época de la globalización no es suficiente enseñar a un joven a manejar una máquina porque en la actualidad los cambios son tan violentos que un trabajador puede tener un conocimiento técnico muy completo para su campo pero dentro de poco esa habilidad pierde vigencia. De manera que hay que educar a la persona en una forma mucho más amplia que la parte laboral, o sea la educación en cuanto a la comunicación, cómo relacionarse con otras personas, la formación ciudadana, etc. Los chavistas agregarían, no sé si CEPAL hablaba de eso también, pero ellos sumaron un elemento importante de ese proceso de formación que es el componente político, la educación política. El primer impulso de ese programa era la Misión Vuelvan Caras para la formación de cooperativas, y de hecho había más de 100.000 cooperativas que fueron formadas (por lo menos en papel) en esos años después del paro petrolero del año 2002-2003. 

Como comenté antes, estas experiencias son muy diferentes de las de los países comunistas ortodoxos, como la Unión Soviética, en los cuales la prioridad era el crecimiento económico, lo que llamé antes las “condiciones objetivas”. En los años ´30, por ejemplo, la Unión Soviética estaba amenazada por el fascismo alemán bajo Adolfo Hitler y los líderes soviéticos, Stalin en particular, vieron una invasión como inevitable. Entonces dijeron que para prepararse para enfrentar una amenaza de ese tipo tenían que desarrollar un aparato industrial porque en tiempos de guerra un país que no tiene una capacidad industrial avanzada no está en condición de producir los tanques de guerra, las armas y los aviones necesarios para enfrentar al enemigo. De manera que el gobierno priorizó el desarrollo industrial y las condiciones objetivas.

En contraste, el caso de Venezuela hace hincapié en la formación de las clases populares, y específicamente las clases no incorporadas que no tienen una preparación vocacional y organizativa. Se trata, por lo menos en parte, de las condiciones subjetivas. De manera que podemos contrastar la experiencia venezolana con la experiencia de los países socialistas del siglo veinte. Además podemos contrastar el caso venezolano con lo que se llama la social-democracia, en países como Inglaterra después de la Segunda Guerra Mundial y otros que fueron gobernados por partidos socialistas como el caso de Francia, como también los gobiernos del socialismo estilo escandinavo, que dan mucha importancia a los programas sociales, tratan de lograr un grado de igualdad y apoyan un papel importante del gobierno en la economía. ¿Cuál es la diferencia? La diferencia es tanto cualitativa como cuantitativa. Los programas sociales en Venezuela llegan a una gran cantidad de personas. En el caso de la Misión Ribas, por ejemplo, para el año pasado, 2009, seiscientas mil personas se habían graduado y recibido un título de la escuela secundaria. Son personas de los barrios, no son personas de la clase media. Yo doy clases en la Misión Sucre a nivel universitario y todos mis estudiantes son de las clases populares. Estamos hablando de centenares de millares de personas que están graduándose en esos programas. Eso no tiene equivalencia en los países gobernados por socialdemócratas. En cuanto a los consejos comunales, 30.000 consejos existían hasta el año pasado, ahora son menos. Más de 100.000 cooperativas fueron creadas, por lo menos en papel, aunque en la práctica mucho menos. Pero aún así estamos hablando de una cantidad grande, mucho más grande que los que por regla general crean los programas sociales de los gobiernos socialdemócratas.

 

Desde el punto de vista cualitativo hay una participación que conduce al empoderamiento, que ocurre cuando una persona que se siente impotente y fracasado, comienza a pensar que ha logrado influir en un programa que lo beneficia a él y a su comunidad, y está convencido que en el futuro va a seguir participando exitosamente en el proceso de toma de decisiones. Los pobres en todas partes son notorios por ser escépticos y apáticos, piensan que no hay nada que puedan hacer para cambiar las cosas. Empoderamiento es lo contrario. Empoderamiento ocurre por ejemplo cuando el gobierno responde positivamente a la solicitud de los pobres para establecer un módulo de la Misión Mercal (Mercado de Alimentos) en su comunidad. Los Mercales son  abastos que dependen del gobierno y  garantizan el acceso a bienes de primera necesidad a precios subsidiados.

Empoderamiento también ocurrió en el año 2008 cuando el gobierno nacionalizó la única empresa siderúrgica en el país, la empresa SIDOR (Siderúrgica del Orinoco), cuyo dueño era un consorcio latinoamericano dominado por capital argentino. SIDOR es una empresa importante en la historia venezolana que fue creada en los años ‘50 bajo la dictadura de Pérez Jiménez. Cuando él fue derrocado en 1958, la construcción de la empresa estaba avanzada y la democracia venezolana la terminó y asumió todo el crédito. Mucha gente no sabe que la mitad de SIDOR fue construida bajo la dictadura, pero de todos modos es una empresa de mucho orgullo para los venezolanos. En el año 1997 SIDOR fue privatizada por el gobierno neoliberal de Rafael Caldera, que ganó las elecciones de 1993 con un discurso expresamente anti-neoliberal y en menos de dos años abrazó el mismo programa neoliberal del gobierno anterior, el de Carlos Andrés Pérez. Durante un conflicto laboral prolongado en 2007-2008, los trabajadores de SIDOR demandaron la expropiación de la empresa. Este planteamiento fue rechazado por el gobernador chavista del estado Bolívar y por la Corporación Venezolana de Guayana (CVG). Hubo violencia con un saldo de varios trabajadores muertos. Chávez sorprendió a todo el mundo cuando anunció que iba a decretar la expropiación de la empresa. Eso es otro ejemplo de empoderamiento: los trabajadores plantean la expropiación contra la voluntad de los dirigentes regionales importantes del movimiento chavista. Chávez termina dando la razón a los trabajadores e inclusive reemplaza al ministro de trabajo que también estaba en contra de la expropiación y había chocado con el sindicato.

Voy a darles un tercer ejemplo del empoderamiento porque ayuda explicar por qué Chávez siempre gana las elecciones. El partido de Chávez que se llama Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) ha sido criticado por muchos chavistas de base porque está dominado a nivel estadal por los gobernadores y a nivel municipal por los alcaldes, y por eso tiene poca autonomía frente al Estado. Pero hay un aspecto muy democrático y avanzado del PSUV. Desde su fundación, el PSUV, y también su predecesor el MVR (Movimiento V República), ha convocado elecciones de base, primarias, para escoger los candidatos. Fue creado en 2007 y en 2008 tuvo elecciones de base para nombrar a todos los candidatos a gobernadores y alcaldes en las elecciones de ese año. En contraste, la oposición eligió a sus candidatos a dedo. En 2009, el PSUV escogió los delegados al congreso extraordinario del partido por elecciones de base. En las elecciones para la Asamblea Nacional en 2010, al principio los chavistas dijeron que mientras la oposición escoge sus candidatos a dedo, el PSUV usa el sistema de primarias. Pero luego los políticos chavistas empezaron a decir que había opciones para escoger a los candidatos. Y luego en enero, yo vi en persona a Chávez en una concentración popular. Chávez también vaciló  y asomo la posibilidad de seleccionar a los candidatos desde arriba. Como resultado los chavistas de base estaban resignados. Inclusive, la gran mayoría de los delegados al congreso extraordinario del PSUV era partidaria de elecciones a dedo. Luego Chávez sorprendentemente anunció que el partido iba a convocar elecciones de base. Fue un planteamiento muy popular entre los chavistas de base. Eso también es un ejemplo de empoderamiento porque la presión vino desde la base del movimiento, había una resistencia por parte de grupos intermediarios y luego Chávez se cuadró con la base al apoyar la propuesta en favor de las primarias.

 

Ahora bien, también quiero hablar de los aspectos negativos de la democracia social radical en Venezuela. Primero, hay ganadores y hay perdedores. Y los perdedores no son siempre los grupos privilegiados. Chávez dice “yo soy presidente de todos los venezolanos, y lo que hago está diseñado para beneficiar a todos los venezolanos, pero priorizo las clases populares porque me necesitan más”. No solamente habla así, sino que sus políticas a menudo representan un juego de suma cero. Eso significa lo que favorece a un lado, desfavorece a otro y en la misma proporción. Si un lado gana 10% el otro lado pierde 10%. Pero ahora en Venezuela el lado que pierde no es siempre el de los privilegiados.

Por ejemplo, el caso de la Misión Sucre. Como dije antes la Misión Sucre educa a centenares de millares de estudiantes universitarios. Lo que he observado es que los estudiantes de la Misión Sucre tienen la misma capacidad de aprendizaje que los estudiantes en las universidades autónomas y tienen el mismo, o quizá más ánimo, para aprender. Pero no puedo decir que la educación que reciben en la Misión Sucre es igual porque por cada bolívar que el gobierno gasta en la Misión Sucre está gastando 50 o 100 bolívares en las universidades autónomas donde hay asignaciones para la investigación científica, años sabáticos, equipos avanzados, etc. De manera que no cabe duda que los estudiantes en las universidades formales tengan una mejor preparación. Pero cuando se gradúan el diploma del estudiante de la Misión Sucre no lleva el nombre de la Misión Sucre. Si llevara el nombre de la Misión Sucre, al buscar empleo el estudiante estaría en desventaja frente al estudiante graduado de una universidad tradicional. Cada escuela de la Misión Sucre trabaja conjuntamente con una universidad no autónoma, manejada directamente por el Ministerio de Educación Superior, y los diplomas de los graduados llevan el nombre de la universidad correspondiente. Muchos estudiantes de las universidades autónomas consideran este arreglo de la Misión Sucre injusto porque ellos trabajan más, tienen una educación muy superior, pero en el mercado de trabajo compiten en términos iguales con aquellos que no tienen el mismo nivel profesional. Los estudiantes de las autónomas no son necesariamente privilegiados. Creo, y es una opinión personal, que esto es una razón importante por la cual las universidades mantienen una posición hostil en contra del gobierno de Chávez. Ningún rector de las universidades autónomas apoya a Chávez, todos son de la oposición, mientras tanto una parte significante del estudiantado se opone al proceso de cambio e inclusive protesta contra él. Se podría pensar que los estudiantes son por naturaleza más radicales y más inclinados apoyar el proceso de cambio socialista, pero no es así en Venezuela, aunque eso no quiere decir que el movimiento estudiantil chavista es pequeño, en absoluto. Pero creo que una razón por la cual los chavistas no han logrado tomar control del movimiento estudiantil – como han hecho del movimiento obrero – es que la Misión Sucre toca los intereses de los estudiantes de las universidades tradicionales.

La clase media pierde en algunos aspectos y gana en otros. También ha sido influida por los medios de comunicación que pone en evidencia actitudes clasistas y prejuicios contra las clases populares. Al ver que las clases populares se benefician por el trato preferencial que reciben, la clase media reacciona en contra del gobierno. Creo que hay un factor psicológico del miedo que explica en parte la agresividad de miembros de la clase media contra Chávez. Ese factor es en parte irracional, pero en parte tiene sentido, desde el punto de vista de sus intereses de clase.

Segundo, las instituciones son débiles en Venezuela bajo la democracia social radical. Aquí quiero hablar un poco acerca del concepto de populismo. Cuando los politólogos llaman a Chávez un populista radical, uno de los componentes del populismo es que el líder principal es carismático y fuerte, y que gobierna con instituciones débiles y un partido político también débil. Además el líder populista, según esta versión del fenómeno de populismo, no tiene una visión ideológica muy clara. Al mismo tiempo promete reformas, hay cambios pero no está muy claro las metas a largo plazo, o sea, a dónde van a llegar esos cambios. Esa es la definición académica tradicional de populismo.

Hay un libro editado por un politólogo muy conocido, el ex-canciller del gobierno mexicano de Vicente Fox que se llama Jorge Castañeda, titulado “Leftovers”, todavía no ha salido en español, donde este autor  defiende la tesis de las dos izquierdas: la izquierda “buena” que está representada por Lula, y la izquierda “mala”, populista, representada por Chávez. También coloca a Néstor Kirchner en la categoría de la izquierda mala, populista. Pienso que lo que ignora Castañeda es toda una historiografía que cuestiona la versión simplista de Gino Germani de los años 50. Germani vio a Perón como un caudillo y sus seguidores como una masa ignorante. Inclusive contó que cuando vio el peronismo en acción, recordó a Italia, su país origen, y al fenómeno fascista de Mussolini. Sin embargo, desde los años 70, toda una historiografía de escritores latinoamericanos y norteamericanos ha cuestionado esa noción de populismo, y plantea que el populismo es mucho más complejo. Las instituciones débiles, los partidos políticos débiles y la falta de claridad ideológica es solamente parte del proceso. En Venezuela, por ejemplo, hay un proceso de debate ideológico. Se puede formular la siguiente pregunta: ¿si el populismo significa organizaciones e instituciones débiles y la falta de ideología, en qué momento un movimiento político populista supera las limitaciones populistas y deja de ser calificado como “populista”?  

El chavismo es un proceso de transición por vía democrática, gradual y electoral que es un proceso inherentemente mucho más complejo que lo que ocurrió en la Unión Soviética en 1917 y China en 1949. Los soviéticos y los chinos llegan al poder por la fuerza y por eso los dirigentes y los activistas son personas probadas y disciplinadas. Cuando llegan al poder por la fuerza pone a prueba el compromiso de las personas en las filas del movimiento revolucionario porque nadie va a estar en las montañas luchando, arriesgado su vida si no tiene un compromiso y una honestidad política. En cambio si llega al poder por vía democrática es natural, no me gusta usar la palabra oportunista a la ligera, pero es natural que hayan muchas personas ambivalentes. Estas personas a menudo dicen que al fin de cuentas el socialismo es mejor que el capitalismo ya que significa, por lo menos a largo plazo, que uno vive mejor desde  el punto de vista material. Cuando este tipo de persona llega al poder a menudo cae en la tentación.

Lenin habló acerca de la necesidad de liquidar el estado burgués. Cuando Fidel llega al poder en el 59 el estado era tan corrompido y las Fuerzas Armadas de Fulgencio Batista eran tan desacreditadas que no había alternativas. El estado fue eliminado por completo. Crearon un estado nuevo y una fuerza armada nueva. Pero en los casos de Venezuela, Bolivia y Ecuador, estos procesos han sido mucho más complejos.

Cuando Jorge Castañeda habla de la “buena” izquierda y la “mala” izquierda y dice que la mala izquierda es populista, está pasando por alto toda una literatura de teóricos como Ernesto Laclau e historiadores como Daniel James que demuestra la complejidad de los procesos de cambio estructural. James ha publicado dos libros excelentes sobre el movimiento sindical peronista que demuestra la complejidad del fenómeno delperonismo. En uno de los libros realiza una serie de entrevistas con una dirigente sindical peronista, a nivel medio, llamada Doña María. Lamentablemente ella se muere durante el proceso de trabajo de campo de James, pero demuestra que era una persona crítica y no como lo pinta Gino Germani, que habla de una relación entre el líder populista y la masa ignorante. Doña María era seguidora de Cipriano Reyes quien se fue una figura destacada del peronismo. En cambio ella siguió siendo peronista pero con una crítica fuerte hacia sus líderes.

 

En el caso de Venezuela las instituciones son débiles, una característica destacada del populismo. Pero esta debilidad se debe, en parte, a la flexibilidad de los programas sociales que forma parte de una estrategia de atraer la gente de los barrios para incorporarse en los programas. La institucionalización de esos programas, en la cual el estado establece los requisitos y hace cumplir estrictamente las reglas, asustaría a los pobres. Si desde el primer semestre no se permite que llegar tarde a clase o exigen que tengan que entregar los trabajos a tiempo, la mayoría de los estudiantes se retirarían del programa. Yo observé esa flexibilidad en la Misión Sucre de enseñanza universitaria donde he dado clase durante varios semestres. También este es el caso de los consejos comunales. En una entrevista que realicé para un artículo sobre los consejos comunales, la persona que dirige el programa a nivel de la gobernación en el estado Anzoátegui donde vivo, me dijo más o menos los siguiente: “Ser flexible no es ninguna virtud, tenemos que ser flexibles porque estamos trabajando con personas que no han tenido experiencias organizativas, si somos inflexibles y cortamos las asignaciones a un consejo comunal porque no cumplió con todos los requisitos o no llenó la planilla en la forma procedente, vamos a perder las comunidades.” Esa flexibilidad se traduce a instituciones débiles, porque la institucionalización de ese proceso significaría mecanismos de control y vigilancia y la aplicación de criterios bien definidos. Aunque las instituciones son débiles, con el tiempo van cambiando, porque los consejos comunales van aprendiendo y los requisitos son cada vez mejor definidos.

Y por último hay otro limitante de este proceso que es la transformación ética. Muchos Chavistas hacen hincapié en lo que el Che Guevara llamó el nuevo hombre, o el nuevo hombre y mujer socialista. Chávez invoca la consigna “a cada trabajador de acuerdo con su necesidad”. Pero eso es un concepto muy avanzado, un concepto comunista que significa de que tu trabajas y ganas de acuerdo con sus necesidades, o sea si tu tienes solamente un hijo y otra persona tiene 4 ó 5 hijos, él o ella va a ganar más que tu, independientemente de su productividad. Hay teóricos del chavismo como Michael Lebowitz que publicó un libro recientemente titulado “The Socialist Alternative” o “La Alternativa Socialista” que esta influido por el pensamiento guevarista, del Che Guevara. Lebowitz enfatiza la importancia de la transformación cultural. Yo estoy de acuerdo y creo que la transformación cultural en estos doce años ha sido de gran alcance. Pero específicamente la transformación ética, que incluye, por ejemplo, los valores de solidaridad y el abandono de materialismo, es lo más lento de todos los cambios. No creo que Venezuela haya avanzado en ese sentido. Dudo que haya muchas personas que viven en Venezuela que no están de acuerdo conmigo sobre este asunto. (Aplausos)

 

 

Preguntas

 

-[Público] ¿Cual es la estrategia para el ejército que esta planteando Chávez? Específicamente en relación con la frontera con Colombia y una posible invasión norteamericana ¿puedes hablar de las milicias?

Los chavistas y Chavéz en particular no pueden descartar la posibilidad de una agresión norteamericana. Quizás se puede decir que una invasión norteamericana no es inminente, pero hay otros tipos de estrategias militares incluso a través de Colombia. La estrategia militar es como un juego de ajedrez. Si tú demuestras debilidad en la tabla de ajedrez en un área, el adversario va a aprovecharse y atacarte en ese espacio. No creo que las milicias, o los reservistas, representen una fuerza paralela, porque por una parte están dirigidas por oficiales de la institución castrense, y por otra parte los reservistas no tienen la preparación militar para pensar que ellos de un día para otro pueden desplazar el ejército.

 

-[Público]¿Cómo observa usted el papel de los medios de comunicación en el proceso de polarización?

Los medios de comunicación en su gran mayoría mantienen una actitud agresivamente anti-Chavista. Tanto es así que algunos analistas pro-Chávez alegan que los medios privados han reemplazado los partidos políticos como la fuente más importante de oposición al gobierno. La gran mayoría de los periódicos a todos los niveles están en contra del gobierno, La excepción mas importante es Ultimas Noticias que data de los años 40 y que tiene una cobertura mas o menos balanceada y cuyo editor, Eleazar Díaz Rangel, es un hombre de la izquierda con una larga trayectoria y que apoya a Chávez. Por otra parte, ahora hay varios canales del estado – anteriormente había solamente uno. Chávez también ha creado TeleSUR, cuya sede está en Caracas y transmite hacia la Argentina, Uruguay, Bolivia, Cuba y otros países. El canal principal del estado – Venezolana de Televisión – no presenta ningún análisis crítico del gobierno o del movimiento chavista, aunque el chavismo necesita un espacio de discusión y autocrítica. Frente a medios de comunicación privados tan agresivos, los líderes chavistas están renuentes abrir ese espacio a un debate sin restricciones. Como resultado los canales del estado pocas veces invitan a intelectuales de izquierda que mantienen posiciones de apoyo crítico al proceso. Así que la situación de los medios agrava la polarización en el país.

 

En el año 1992, el entonces ex-presidente Rafael Caldera presentó una reforma constitucional que contenía un artículo sobre el derecho de réplica, el derecho de una persona de ir a los medios y decir ‘yo quiero refutar algo que dijeron en mi contra’, y también la misma reforma incluía algo sobre restricciones sobre la concentración del poder económico con referencia a los medios de comunicación. Al principio, los políticos apoyaron la reforma de Caldera por miedo del peligro militar después de la intentona de Chávez del 4 de febrero, pero tan pronto que el peligro aparentemente bajó, la propuesta de reforma fue engavetada. El tema de los medios siempre ha sido muy delicado por el poder inmenso que ellos manejan. La legislación para regular el poder de los medios es esencial, y en Venezuela el tema tiene que ser abordado por ambos lados.

 

-[Público] ¿Cómo caracteriza usted la relación del gobierno de Venezuela con Cuba?

Naturalmente se trata de una relación muy estrecha. Hay algunos chavistas que en privado objetan el hecho de que Chávez siempre está hablando de Fidel, a cada rato. El convenio de petróleo con Cuba en el marco del PetroCaribe, en el cual Cuba suministra 20 mil médicos que forman parte de las misiones, es muy importante para ambos países. Cuando el golpe de estado del abril de 2002, el presidente provisional Pedro Carmona anunció que iba a descontinuar ese programa. El programa de PetroCaribe que abarca a 15 o más países ha sido criticado por regalar el petróleo, pero la verdad es que Venezuela no regala el petróleo. Por cierto, la OPEP no lo permitiría. El convenio de PetroCaribe se basa en la idea de que el cuarenta por ciento del precio del petróleo está pagado bajo términos de crédito muy blando durante 25 años, con uno por ciento de interés, y el otro sesenta por ciento está pagado de contado. El sesenta por ciento puede ser pagado en dinero o servicios, como en el caso de Cuba con los médicos. Se ha promovido mucho la idea de intercambio de mercancías en bienes y servicios. Hay cubanos que tienen presencia en las fuerzas de seguridad, eso también ha producido cierta polémica entre los chavistas.

 

         Obviamente Fidel Castro ha dado a Chávez mucho consejo político. Por ejemplo, el 11 de abril de 2002 los golpistas amenazaron con bombardear el palacio de gobierno, Miraflores, como hicieron con Allende en 1973. Chávez se reunió con su gente de confianza. José Vicente Rangel, uno de sus ministros de mayor importancia y experiencia en la política, recomendó no rendirse. De acuerdo con lo que cuenta Chávez, él habló con Fidel Castro quien insistió que no repitiera lo de Allende. Chávez aceptó el consejo y se entregó a los militares. Fidel ha cambiado su política desde los años 60 cuando promovió la lucha armada en todo el continente, y ahora sigue una política exterior mucho más pragmática. Eso ha influido a Chávez y puede explicar las relaciones tan amistosas que tiene Venezuela con la mayoría de los países en la región.

 

-[Público] ¿Hay alguna relación entre el movimiento independentista que dirigió Simón Bolívar y lo de Chávez. ¿Se justifica el nombre revolución bolivariana?

Chávez, como todos los políticos carismáticos a veces exagera y utiliza símbolos a su medida que no son, en mi opinión, completamente fieles a los hechos históricos. El personaje de Simón Bolívar era muchísimo más complejo que lo que dice Chávez. Sin embargo, creo que la utilización de la figura de Bolívar para fortalecer el proyecto de cambio chavista tiene mucho sentido. En primer lugar, Bolívar sí desconfiaba de las intenciones de los EEUU. No era partidario de invitar a EEUU. al Congreso de Panamá en 1826. Por cierto, mientras que los estados sureños norteamericanos rechazaron la idea de participar por la posición de Bolívar en contra de la esclavitud, los norteños apoyaron la idea, pero solamente para sacar provecho comercial. Hay una frase de Bolívar que Chávez siempre cita y se ve en las paredes de todas las ciudades de Venezuela, que es los siguiente: "Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar la América de miseria en nombre de la libertad."

 

         En segundo lugar, el movimiento por la independencia desde 1810 (a diferencia del proceso independentista en los EE.UU. bajo el liderazgo de George Washington) pasó por etapas cada vez mas profundas que también ha caracterizado el gobierno de Chávez. La revolución de independencia comenzó como un movimiento de la oligarquía de la cual Bolívar era un representante perfecto dado la riqueza que heredó. Pero luego después de la derrota de la Primera República y más todavía después de la Segunda República viaja a Haití y empieza a analizar el conflicto con España desde una óptica social. Las fuerzas anti-independentistas fueron dirigidas por José Tomás Boves que hasta un cierto punto arrastraba a las clases populares. Al regresar al trono, de España Fernando VII da la espalda a Boves como parte de una reacción política en favor del viejo orden encabezado por Metternich, y en ese contexto Bolívar hace sus reflexiones. El cambio se manifiesta en 1816 cuando Bolívar emancipa a los esclavos con un decreto que dice “solo habrá en Venezuela una clase de hombres, todos serán ciudadanos”. En la última etapa Bolívar luchó por la unidad latinoamericana, una bandera que Chávez retomó pero siempre estaba vigente, como se puso en evidente el libro del escritor argentino Jorge Abelardo Ramos titulado “América Latina: un país”.

 

         El gobierno de Chávez también se radicalizó y ha pasado por etapas. Durante los primeros dos años en el poder Chávez no era particularmente radical. Su movimiento promovió una nueva constitución en el año 1999 que se basaba en un modelo de reformas políticas, de una nueva democracia, de participación, pero no de expropiación de la propiedad y mucho menos de socialismo. Una segunda etapa era anti-neoliberal a partir de 2001 y luego Chávez se declara socialista en 2005. Después de ser re-elegido presidente en diciembre de 2006 decreta las expropiaciones. Así que hay un proceso de profundización de cambio. En ese sentido la experiencia de Bolívar sirve como inspiración, y, por eso, creo que se justifica el término “bolivarianismo”.

 

 

 

Notas

 

(1) Conferencia pronunciada por el Dr. Steve Ellner en la Universidad Nacional de La Plata el día 12 de noviembre de 2010 (La Plata. Provincia de Buenos Aires, Argentina). La actividad fue organizada por la coordinación de la Maestría en Historia y Memoria y la materia Populismo, Neopopulismo y Nueva Izquierda en América Latina de  la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de la Plata. Transcripción: Milva Benítez (Maestría en Historia y Memoria, FCHE-UNLP). Edición y revisión: Mario Ayala (Maestría en Historia y Memoria, FCHE-UNLP).

 

(2) Steve Ellner es PhD en Historia Latinoamericana por la Universidad de Nuevo México. Ha sido profesor de historia económica en la Universidad de Oriente en Puerto La Cruz, Venezuela desde 1977. Entre sus publicaciones: Rethinking Venezuelan Politics: Class, Polarization and the Chávez Phenomenon (Lynne Rienner, 2008); Neoliberalismo y Anti-Neoliberalismo en América Latina (Editorial Tropykos, 2005); y Organized Labor in Venezuela: Behavior and Concerns in a Democratic Setting, l958-l991 (Scholarly Resources, l993). También es co-editor de: The Latin American Left: From the Fall of Allende to Perestroika (Westview, 1993); Venezuelan Politics in the Chávez Era: Class, Polarization and Conflict (Lynne Rienner, 2003); y Venezuela: Hugo Chávez and the Decline of an “Exceptional” Democracy (Rowman and Littlefield, 2007).

 

Acciones de Documento