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Radicalización política y sectores populares en la Argentina de los `70. La Juventud Peronista (JP) y su articulación con Montoneros en los barrios periféricos de la Ciudad de La Plata*

Aletheia, volumen 2, número 3, noviembre 2011. ISSN 1853-3701

Reseña de tesis/Robles en PDF


Horacio Baltazar Robles**

UNLP

La Plata, Argentina. 2011

hrobles@ed.gba.gov.ar

 

Resumen

            La Tesis, a través de un estudio de caso, se propone aportar una descripción empírica sobre los nexos que las organizaciones armadas establecieron con los sectores populares durante los ’70 en la Argentina.  Con ese propósito, reconstruye el sistema de unidades básicas organizado por la Juventud Peronista platense articulada con Montoneros en los barrios de la periferia platense entre 1972/74. Para el abordaje y comprensión de este conjunto, la investigación se ocupa previamente de la reconstrucción de aspectos de la larga trayectoria de la JP platense, previa a su articulación con Montoneros, durante los años ’60, cuando delineó una estrategia de expansión política centrada en los ámbitos barriales, asimilando también una serie de influencias y prácticas producto de los procesos de radicalización en curso. Luego la tesis analiza el universo de las unidades básicas montoneras atendiendo a tres grandes componentes. Primero, los actores barriales más representativos: los militantes y las unidades básicas. Segundo, las prácticas sobre las que se sostuvo toda la experiencia: las de tipo reivindicativas y las más propiamente políticas. Por último, el conjunto de representaciones que guiaron el debate y circulación de ideas: la recepción que tuvieron en el seno de las unidades básicas las concepciones críticas de los jóvenes montoneros en torno a Perón y al peronismo y las nociones de socialismo y la lucha armada. La tesis permite apreciar la complejidad y variedad de lazos e intercambios que tuvieron lugar en el ámbito barrial montonero de la ciudad de La Plata y, a la vez, los límites y la dinámica que llevó a su disolución.

 

Palabras claves: radicalización política, sectores populares, militancia barrial, militancia estudiantil, Juventud Peronista platense, Montoneros, unidades básicas, lucha armada, socialismo.   

 

Desarrollo

 

            La Tesis parte de un diagnóstico conocido: el período 55/76 se caracterizó por la persistencia de una crisis de dominación con una escalada, en el último tercio, marcada por un proceso de movilización y protesta social, que involucró a vastos sectores de las clases trabajadoras,  la generalización prácticas políticas radicalizadas y la emergencia de organizaciones armadas con proyección nacional.

            Partiendo de este diagnóstico, la tesis se propone indagar en los nexos que existieron entre esas prácticas radicalizadas y la sociedad movilizada. Más precisamente, quiere aportar una descripción empírica sobre los vínculos y lazos que se establecieron entre las organizaciones armadas y los sectores populares.

            Con este objetivo, a través de un estudio de caso, la tesis reconstruye el “frente barrial” organizado por la Juventud Peronista platense (JP) articulada con Montoneros, entre fines el ’72 y mediados del ’74, constituido por un conjunto de más de 30 unidades básicas (UB), localizadas en su totalidad en las afueras del casco urbano de la ciudad de La Plata.

El criterio general para abordar este conjunto consistió describir a sus actores más relevantes. Es decir, por un lado, las diferentes formas que adoptó la militancia barrial y, por otro, la localización, cuantificación y funcionamiento básico del actor colectivo: la  UB.  Por otra parte, la tesis reconstruye el núcleo de prácticas que identificaron el accionar barrial montonero. En primer lugar, las acciones reivindicativas, y de ayuda social, dirigidas a los vecinos, pilar de todo el sistema, y las identificables como acciones políticas, aquellas que trascendiendo el ámbito barrial buscaron cumplir con los objetivos “revolucionarios” de Montoneros. Finalmente, la tesis se ocupa de los debates y tensiones producidos a partir de la confrontación, en el seno de las unidades básicas, entre las representaciones provenientes de la cultura peronista y las ideas revolucionarias impulsadas por el programa montonero: la crítica a Perón, el socialismo y la lucha armada.  

La preexistente trayectoria autónoma de la JP platense hizo que la tesis, además, se abocara a la reconstrucción de aspectos de su historia que permitieran hacer más comprensible el proceso de radicalización/masificación de comienzo de los ’70. Delineado etapas, puntos de influencias y renovaciones, la investigación, busca seguir el proceso, a través del cual un grupo de jóvenes, trabajadores y peronistas, radicaliza sus prácticas políticas. En concreto, en ese proceso la JP platense se politiza, logra autonomía y significación, se masifica y, finalmente, se articula con Montoneros en los últimos meses del ’72. La tesis establece dos momentos en ese desarrollo. El primero, más amplio y tratado en la investigación con un criterio especialmente selectivo, comienza con la creación de la JP a fines de los ’50 y abarca toda la década del ’60. El segundo, más acotado, consiste en una reconstrucción más exhaustiva que toma el intenso período que va de 1970 a 1972, marcado por la reapertura electoral, la vuelta de Perón y la articulación con Montoneros.  

En el capítulo uno se aborda el primer momento estableciendo dos subperíodos. Comenzando con los orígenes durante la crisis golpista del ’55 y la represión del ’56. Los jóvenes platenses tuvieron participación directa en los acontecimientos, particularmente, la sublevación filoperonista del ’56 tuvo un fuerte impacto en la ciudad de La Plata, sus padres actuaron como suboficiales o como activistas barriales. Tomó forma así un relato basado en la dinámica de los leales y traidores, que implicó una fuerte ruptura con la dirigencia, sobre todo partidaria, y la formación de una autoconciencia de se parte de una “generación” fundadora. Así, urgidos a la acción crean la JP 1957, con apoyo y protección sindical, un grupo de casi 70 miembros, con una mayoría trabajadores y un mínimo componente estudiantil. En base a una creciente autonomía, homogeneidad y aislamiento, con respecto a otros grupos juveniles que se iban formando, por ejemplo el grupo de la Capital, colaboraron en los atentados de los comandos de la resistencia que operaban localmente, a la par que realizaban pintadas en los barrios y discusiones en las casas entre amigos y familiares. 

En la primera parte de los ’60, comenzó un proceso signado por las renovaciones e influencias. Si bien el plan CONINTES generó dispersión, la cárcel permitió a algunos de los jóvenes fundadores establecer vínculos con militantes comunistas, socialistas y trotskistas, lo que implicó una renovación de sus lecturas y discusiones. Un hecho central del período fueron los viajes a Cuba que realizaron algunos miembros noveles de la JP platense. La segunda mitad de lo ’60 trajo un relanzamiento del agrupamiento platense, varios fenómenos confluyeron. Por un lado, la constitución en La Plata del Movimiento Revolucionario Peronista (MRP)  y la introducción de los primeros debates sistemáticos sobre socialismo y lucha armada, por otro, la creación de la Federación Universitaria para la Revolución Nacional (FURM) y el ingreso sostenido y constante de estudiantes universitarios, y, la convocatoria a los primeros Congresos y la formulación de un  programa obrero y el reclamo por vuelta de Perón y repatriación del cadáver de Evita. El componente estudiantil implicó: expansión provincial de la JP, el impulso del debate sobre las características del peronismo como fuerza revolucionaria y acentuación y consolidación de la “estrategia territorial” de acumulación. Hacia fines de los ’60, en una sociedad que parecía encolumnarse en un activismo contra la dictadura, los jóvenes concluyeron que su estrategia de crecimiento debía orientarse hacia los barrios, los ámbitos partidarios, sindicales y universitarios, mostraban diferentes bloqueos. Con casi ciento cincuenta militantes la JP comenzó a establecer la primeras Unidades básicas, en los populosos, y peronistas, barrios de Tolosa, Ringuelet y Los Hornos.  

El capítulo dos aborda el proceso de masificación y la articulación con Montoneros, entre 1970/72, describiendo previamente ciertos aspectos de la ciudad de La Plata que permiten componer un “escenario de la radicalización”. En primer lugar el capítulo destaca la dinámica entre el centro urbano espacio de las movilizaciones, sobre todo estudiantiles, y los barrios periféricos con escasos índices de desocupación y marginalidad social. Luego, la propensión a la participación popular en parte debido a la activación de la cultura política peronista ante la vuelta de Perón y, por último, el aceleramiento del clima antidictaduras. En ese contexto, la investigación sigue el accionar juvenil a través de dos vías de acción política: la partidaria y la revolucionaria. Esto demuestra la importancia que tuvo la JP platense en los procesos de normalización partidaria, las campañas electorales y en las grandes movilizaciones que procedieron a la vuelta de Perón. Por otro lado aparecen reflejados, los pronunciamientos juveniles a favor de las organizaciones armadas peronistas, el influjo que éstas tuvieron merced a sus acciones disruptivas y la forma que adoptó la articulación local de la JP/M: en el período de auge, 72/74, la JP tuvo un importante nivel de autonomía en relación a Montoneros y el epicentro del mayor desarrollo estuvo en los barrios.

En el capítulo tres está la parte más sustancial de todo el trabajo de investigación.  Allí se encara una descripción de “los barrios montoneros” a partir sus actores, prácticas y representaciones en línea con la orientación revolucionaria. Preliminarmente se propone una periodización: El momento de consolidación y auge del sistema de UB montoneras se extendió entre fines del ’72 y primeros meses del ’74. Con la caída del gobierno de Bidegain en enero y los primeros asesinatos de militantes barriales, entre junio y agosto del ’74 en La Plata, y el “pasaje a la clandestinidad” de setiembre, comenzó el cierre generalizado de los locales de la UB y la retracción de las actividades. Durante el ’75 la actividad se concentró en las necesidades operativas de Montoneros, contando con algunas casas de los vecinos. Hacia fines de ese año y primeros meses del ’76 los barrios, en lugares muy selectivos y clandestinos, se transformaron en refugio de la militancia perseguida y eventualmente en territorio hostil con operaciones de inteligencia por parte de vecinos policías. Hacía mediados del ’76 sólo quedaba algunas “casas operativas” y a fines de ese año cesó toda actividad.    

La tesis define a los actores como aquellos que contribuyeron de manera decisiva a estructurar el universo de sentido montonero, según dos grandes objetivos: uno bien concreto y operante, la creación y formación de recursos, humanos y materiales para la organización y otro, más abstracto y difuso, pero poderoso, la implantación del socialismo a través de la lucha armada.

En primer lugar analizamos al actor militante, estableciendo una diferenciación entre una militancia orientada hacia el barrio y otra orientada desde el barrio

La militancia orientada hacia el barrio eran los estudiantes. Justamente la voz militante, desde la perspectiva nativa, estaba reservada a ellos y designaba a los contingentes de jóvenes estudiantes, miembros de la Juventud Universitaria Peronista o de la Unión de Estudiantes Secundarios que en su carácter de “aspirantes” a Montoneros vivían la llegada al barrio como un ascenso en su carrera militante. Esto les daba ciertos rasgos de exterioridad y diferenciación, generando un fuerte impacto entre los vecinos, quienes les atribuían algunas imposturas en su afán de superar las distancias sociales y políticas con respecto a los habitantes del barrio. En general se incorporaba al grupo de base de la UB y muchos de ellos, si bien portadores de un mensaje complejo, gracias sobre todo a características personales lograron establecer fuertes vínculos con los vecinos.  

Dentro de la militancia orientada desde el barrio, la investigación presenta una serie de subtipos según un criterio de participación decreciente en las actividades de las UB. En primer lugar estaban los jóvenes peronistas habitantes del barrio, que en el último tramo del proceso se incorporaban a la Montoneros. Se trataba de jóvenes trabajadores, identificados con un peronismo de arraigo familiar, impregnado de anécdotas de la época fundacional, relatadas por sus padres, y vivencias del período de la proscripción, experimentadas durante su infancia y adolescencia. Se incorporan a la militancia activa en el ’73, motivados por la vuelta de Perón y la apertura electoral. Unidos por fuertes lazos afectivos con los vecinos, alcanzaron un importante prestigio en el barrio, por su militancia, su carácter de trabajadores y su protagonismo en las decisivas actividades reivindicativas. La descripción demuestra que estos jóvenes tuvieron una intensa formación política. Los hechos de Ezeiza y sus derivaciones pusieron fin a su “inocencia política”, impulsando preguntas, lecturas de documentos y revistas, charlas y vínculos personales con universitarios y figuras de la conducción de Montoneros. Como miembros de los grupos de base de las UB tuvieron una participación protagónica en la organización de las movilizaciones, las asambleas barriales y las decisiones internas. Por otro lado, de los testimonios también se desprende que a pesar de la alta estimación que tuvieron entre los vecinos del barrio, no pudieron superar una evaluación global que los conceptualizaba como un voluntariado inexperto en términos políticos.  

En segundo lugar, se encontraba el referente. Según los testimonios la “llave” de entrada al barrio, en la medida en que contaba con dos recursos estratégicos para abrir la UB: una casa donde hacerla funcionar y una familia numerosa y participativa. Se trataba del “peronista natural” de edad madura, que fungía de líder social con un trabajo regular u oficio, una gestión familiar responsable y con experiencia en conflictos sindicales. Un rasgo que también lo identificaba, y hacia la adhesión a Montoneros inestable, era que podía ser captable por la ortodoxia e incluso la derecha peronista.

En tercer lugar, fue posible identificar la figura del allegado. De edad más variada, le daba el carácter multitudinario a la UB.  Su participación estuvo signada por los hechos y agentes que impulsaron la radicalización. Cada UB contaba con un grupo de allegados más estable que variaba entre 14 a 20 y que con las grandes movilizaciones podía alcanzar el número de 50 a 100. Un rasgo característico que mantuvo a largo del proceso fue su apego a la legalidad, consistente en mantener el domicilio y el trabajo, evitando que una gran mayoría se incorporara oficialmente a Montoneros. Sin embargo, cobraron un rol central para la organización, y gracias a los fuertes vínculos personales, en la difícil tarea de protección a los jóvenes montoneros perseguidos que se refugiaban en los barrios. La investigación muestra por otro lado, que en la medida en que enfrentamiento con Perón avanzaba fue particularmente en esta franja en la que el apoyo decrecía proporcionalmente.

Casi afuera de la categoría de militante, se encontraban figuras del universo lumpen que participaron en la experiencia barrial montonera. Un aporte central de esta fracción, fue el rasgo iconoclasta y carnavalesco del peronismo muy presente en la burla a la autoridad, sobre todo en los grandes actos y movilizaciones, a la policía. Los testimonios subrayan el desafió que implicó para la militancia disciplinar y encuadrar a este sector, del que partieron las primeras muestras de hostilidad barrial hacia los jóvenes montoneros.

La tesis define a la UB como el actor colectivo que buscaba agrupar al activismo. Un elemento que las identifico, particularmente de las UB de la ortodoxia partidaria, fue su expresividad en línea con el proceso de radicalización, en la medida en que todas adoptaron nombres de “combatientes caídos” o de hechos vinculados a la “lucha revolucionaria”. El trabajo muestra la dinámica de su formación, destacando la importancia que tuvieron, en el inicio del proceso, los vínculos que establecieron un pequeño grupo de militantes montoneros con los fundadores de la JP platense para crear las primeras UB montoneras en la estratégica zona de Los Hornos. En base a testimonios, fuentes periodísticas y otros recursos de la investigación, la tesis presenta un mapa donde aparecen localizadas las treinta y dos UB que formaron el conjunto de la experiencia montonera platense. Posteriormente se aboca a describir su composición y funcionamiento básico: el grupo de base, el papel del responsable político, el referente barrial, los allegados y los vecinos movilizados; cómo era un día de actividad; cómo eran los mecanismos de incorporación, qué tipo de actividades prevalecían y cómo era la articulación del conjunto de las UB con la organización Montoneros.

En el punto de las prácticas y representaciones, la tesis se propone describir las actividades, sociales, culturales y políticas más relevantes impulsadas por las UB JP/M.  Puede afirmarse que en los primeros ’70 la militancia comenzó a divulgar la expresión “trabajo territorial” para referirse a un amplio abanico de acciones que se desarrollaban en los barrios, destacando que se trataba de un tipo de actividad eminentemente política, es decir cargada de mensajes y acciones del proceso de radicalización en pleno desarrollo. En ese sentido, lo territorial buscaba captar voluntades para la revolución y en su formulación más elaborada era parte de un proceso que se articulaba con otras organizaciones (Por ejemplo en nuestra zona, en Berisso particularmente, la JP/M y las Fuerzas Armadas Peronistas  -FAP-, realizaron una serie de actividades conjuntas de amplia repercusión)  y con las distintas instituciones barriales, como las escuelas, los centros culturales, los clubes, las parroquias, etc. y eventualmente, con centros productivos que pudieran estar contiguos a los barrios obreros. Ahora bien, la estrategia supuso un esfuerzo para diferenciar entre una tipo de acción reivindicativa y un tipo de acción política. Teniendo en cuenta esta perspectiva de los actores, y estableciendo un criterio analítico básico, la tesis presenta un cuadro de las acciones sociales y políticas.

En torno de la “acción social”, el trabajo establece una distinción entre lo que denomina políticas públicas y sistema de prestaciones. Las políticas públicas fueron impulsadas en la zona por la militancia JP/M y organismos del estado provincial. Las más relevantes y de mayor impacto en los barrios fueron organizadas por los representantes de las distintas unidades básicas y los funcionarios del Ministerio de Obras y Servicio Públicos provincial. En ese ministerio se creo la Comisión Ejecutiva de Respuesta Inmediata para atender los reclamos barriales, desde allí se proveía de materiales y asesoramiento técnico, lo que produjo un círculo virtuoso entre el reclamo, la movilización popular y el logro de la mejora. El sistema de prestaciones se consolidó gracias a la voluntad militante y consistió en un amplio mecanismo de intercambios y de reciprocidad, basado en el principio estructurante del dar y recibir. Abarcó una diversidad de acciones, que incluían la educación, la salud, el cuidado de los niños, la seguridad barrial, el asesoramiento jurídico y burocrático, el reparto de mercaderías y esparcimiento popular.

La tesis conceptualiza a la “acción política” como las formas que adquirió la politización de las UB, teniendo en cuenta que se presentaban como ejecutoras de un programa político que buscaba transformar el orden social establecido. La tesis plantea dos etapas en esta politización. La primera que denominamos como orientada a influir en el poder político estatal peronista, por medio de movilizaciones, actos y “tomas”; prácticas políticas de amplia e irrestricta participación. La segunda como orientada a la creación y formación de poder político propio. El punto de inflexión fue Ezeiza, “bautismo de fuego” para la novel militancia barrial. En la zona comienza una transición que se extiende por lo menos hasta los primeros meses del ’74, con la caída de Bidegain y el sostenimiento de algunas áreas estatales filomontoneras. La tesis identifica tres prácticas propias de la nueva etapa de politización barrial: las “charlas políticas”, los campamentos y la formación del “militante integral”. Todas estas prácticas implicaron selección, clandestinidad, expectativas de promoción y estratificación militante.

Por último la tesis de ocupa de la “acción ideológica”. Es decir, intenta reconstruir una serie de debates que tuvieron lugar en el seno de las UB, y en los ámbitos barriales en general, entre las representaciones sobre la tradición peronista histórica y resistente, que portaban muchos de los jóvenes que militaban en la UB montoneras y las ideas impulsadas por el programa montonero, sobre todo en las figura de los responsables políticos y la militancia estudiantil en general. Concretamente, la tesis se enfoca en la militancia orientada desde el barrio – jóvenes nativos, referentes, allegados y vecinos movilizados- para explorar la recepción que hicieron de tres conjuntos de ideas que impulsaba Montoneros: la crítica a Perón y las concepciones sobre el socialismo y la lucha armada.

Comenzando con la crítica a Perón, la investigación comprueba que para los jóvenes nativos, y los demás “tipos barriales”, Perón tenía dos rasgos centrales. Por un lado, la productividad de sus gobiernos, y por otro, la de haber dado muestras de ser un estratega político insuperable. Desde esas visiones los más jóvenes se consideraban capacitados para entender ciertas sutilezas del pensamiento político de Perón, en tanto poseedores del “fuego sagrado” del peronismo. En ese marco, luego de Ezeiza y en la medida en que el enfrentamiento con Perón crecía, y que aparecía cada vez más clara la necesidad de Montoneros de presentarse como “vanguardia” del movimiento popular, para muchos fue posible aceptar la idea de que Perón estaba “mal asesorado”. Así, la investigación muestra que la teoría del cerco – considerada por muchos como una extravagancia política de Montoneros- , por su sencillez, y porque salvaba al líder, pudo avanzar entre algunos de los militantes barriales. Por otra parte, el “evitismo”, entendida como parte de la estrategia discursiva de Montoneros para heredar a Perón, tuvo dispar recepción en las UB. Los testimonios permiten comprobar que el militante estudiantil fue entusiasta difusor, mientras que los viejos dirigentes de la JP, con mucho predicamento entre los vecinos, se opusieron desde el comienzo. Por último, un elemento que también salió a luz en la indagación es que la crítica a Perón presentaba el problema de la legitimidad del crítico. En efecto, en el ámbito de influencia de las unidades básicas el que alzaba la voz contra Perón debía ser un “peronista probado”, “ser más peronista que Perón”, según los testimonios. De esta manera había una suerte de auto deslegitimación que operaba principalmente entre los militantes estudiantiles.

En relación a la noción de socialismo, la tesis se detiene en la concepción de sentido común predominante en la época. Un tipo de conocimiento fragmentado, personal, naturalizado y evolucionista, marcado por algunas formulaciones ambiguas hechas a Perón. En ese marco la investigación comprueba que no avanzaron en los grupos de base de las unidades básicas, discusiones y formulaciones teóricas clásicas sobre el socialismo que pudieran ir más allá de ese sentido común. Si tuvo impactó como práctica y experiencia, la categoría nativa de socialización. Acaso vinculada a la vieja noción peronista de distribucionismo y justicia social, la socialización de cosas materiales, de los sueldos en algunos casos, y de responsabilidades, fue una de las conductas de la militancia orgánica que más impactó positivamente entre los jóvenes militantes barriales, los referentes y allegados.

Con respecto a la concepción de la lucha armada y la violencia política, la tesis comprueba que a lo largo de todo el período la opción por uso de las armas estuvo legitimada para el conjunto de la militancia barrial por los hechos originarios del 55 y el 56. Pude decirse que se trató de la violencia del resistente cuya fórmula central era: “la violencia de arriba engendra la violencia de abajo”. Este elemento, de largo alcance, se combinó con los nuevos vinculados a la dinámica de la radicalización nacional y local: crecimiento entre la militancia barrial juvenil del culto al combatiente caído y avance del espontaneísmo con las primeras muertes locales en junio de 1974. Pero la indagación muestra también que estos elementos  -resistencia, trascendencia y espontaneísmo de la violencia-, no necesariamente compatibilizaron con el programa montonero, más patente para la militancia barrial en los meses posteriores a Ezeiza, de “racionalización de la violencia”. El trabajo grafica está tensión a través de dos ejemplos: el “ajusticiamiento” de Jose I. Rucci, no puedo ser debidamente explicado y el impulso de la figura del combatiente, a través de la formación militar, avanzó muy poco en el seno de las unidades básicas.  

 Retomando algunas de las inquietudes iniciales que impulsaron la investigación en torno a los nexos entre la radicalización política y los sectores populares, la tesis permite sacar algunas conclusiones. El sistema de unidades básicas organizado por JP/M en los barrios populares de ciudad de La Plata tuvo amplios antecedentes durante los ’60 con los procesos de constitución, de influencia y renovación de la JP local. Por otra parte, durante los ’70 se masificó y radicalizó en base a tres procesos que interactuaron: la apertura electoral, la vuelta de Perón, la identificación con las organizaciones armadas y, finalmente, la articulación con Montoneros. Contando con más de 30 unidades básicas, capaces de movilizar entre 50 a 100 personas cada una, la mayoría de ellas pudieron mantenerse su carácter público y expresivo por casi un año, hasta los primeros meses del ’74, por los rasgos locales que tuvo el enfrentamiento con Perón (Bidegain caen en enero, las primeras muertes de militantes barriales fueron entre julio y agosto y el cierre oficial de las unidades básicas en septiembre). Como características centrales de este “frente barrial” la tesis permite observar:

En un contexto socioeconómico de pleno empleo y en reducidos espacios de pobreza extrema, tuvieron lugar variados y complejos vínculos entre la militancia que llegaba al barrio y la que se activó en el barrio. Este activismo, con un escaso aporte del movimiento católico, se abasteció principalmente del movimiento estudiantil y de las masas peronistas. Por otra parte la amplia gama de actividades sociales, políticas y culturales que tuvieron lugar, impulsaron la acción comunitaria, la participación política y la consolidando de trayectorias formativas entre los miembros de la comunidad barrial. En ese marco tuvo lugar un incipiente debate de ideas que intento avanzar críticamente sobre los fundamentos de la dominación e incluso plantear formas alternativas de organización social. En el debe de la experiencia la investigación permitió observar: las imposturas estudiantiles, la inmadurez política de los jóvenes y el apoyo condicionado del universo barrial. Todos estos aspectos limitantes cobraron mayor centralidad en la medida en que la capacidad de prestación de la JP/M disminuía y se acentuaba el enfrentamiento con Perón. Muchos de lo que habían apoyado empiezan a percibir una fuerte “irresponsabilidad política” en los actores militantes, de manera que la crítica a Perón no pudo avanzar, las consignas socialistas pierden eficacia y, finalmente, el avance de la racionalización de la violencia dejo a la JP/M sin política barrial.

Proyectando un poco más nuestras conclusiones, creemos que la tesis, que buscó describir los alcances y los límites que tuvo la implementación del programa montoneros en el poco conocido ámbito barrial, pudo a la vez mostrar un tipo particular de sociabilidad política caracterizado por el fuerte intercambio entre actores y estratos sociales diferenciados. Este último aspecto, es un legado de época que debemos seguir indagando.

 

* Tesis en el marco de la Maestría en Ciencias Sociales. Universidad Nacional de La Plata. Fahce.

 

**Horacio Baltazar Robles es Profesor en Historia, Licenciado en Sociología y Magíster en Ciencias Sociales de la Facultad de Humanidades Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), actualmente está terminando su carrera de doctorado. Desde hace varios años es Profesor Adjunto de las materias Sociología General y Teoría Social Clásica II de la carrera de Sociología que se dicta en esa Facultad. Ha participado y participa de diferentes proyectos de investigación dentro del Programa de Incentivos, orientados al estudio de los procesos políticos y sociales de la Argentina en los años 55/76

 

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