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La historia de una búsqueda. Darwinia Gallicchio, Madre y Abuela de Plaza 25 de Mayo de Rosario (1)

Aletheia, volumen 3, número 5, diciembre 2012. ISSN 1853-3701

Marianela Scocco*

Universidad Nacional de Rosario

2011

Rosario, Argentina

maria_nob4@hotmail.com

 

 

Resumen

Este trabajo analiza diversos aspectos sobre la formación y el desarrollo de la filial de Abuelas de Plaza de Mayo en la ciudad de Rosario, la cual tiene la particularidad de haber sido fundada y sostenida únicamente durante mucho tiempo por su fundadora, Darwinia Galicchio, quien recuperó a su nieta Ximena en un lento proceso que comenzó en el año 1984. Además, la formación de Abuelas en Rosario ha sido casi paralela a la de la delegación de Madres de Plaza de Mayo en dicha ciudad. Ambas organizaciones tuvieron su origen en Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas y Gremiales de Rosario. Darwinia integró los tres organismos. En este marco, el artículo se propone indagar este caso en particular desde la perspectiva regional pero a la vez incorporando la dimensión de la historia de vida.

 

Palabras Claves: Madres de Plaza de Mayo - Abuelas de Plaza de Mayo - Apropiación - Búsqueda - Restitución

 

 

 

“¿Cómo se hace para contar la vida de una mujer que lleva la historia a cuestas?,

¿cómo hablar de esa guerrera que anduvo por la oscuridad para salir llena de luz en la mirada?.

Ella fue tomada unas mil veces de rehén por la tristeza,

y más de mil veces salió ilesa, para volver a sonreír”

Alapalabra, 2005

 

Introducción

En nuestro país durante la última dictadura militar (1976-1983) emergieron distintos organismos de derechos humanos, sobre todo a partir de los familiares de detenidos-desaparecidos que comenzaron a conocerse y reunirse durante la búsqueda de sus seres queridos. Los más importantes fueron Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, surgidos en abril y octubre de 1977 respectivamente en Buenos Aires, por llevar adelante una lucha y una búsqueda pacífica pero incansable –que continúa hasta hoy– por conocer los destinos de sus hijos desaparecidos y de sus nietos secuestrados con ellos o nacidos posteriormente en cautiverio, logrando un gran reconocimiento nacional e internacional.

Desde entonces, aparecieron grupos similares en las ciudades más importantes del país. Este trabajo se plantea analizar diversos aspectos sobre la formación y el desarrollo de la filial de Abuelas de Plaza de Mayo en la ciudad de Rosario. Este organismo tiene la particularidad de haber sido fundado y sostenido únicamente por Darwinia Gallicchio, quien recuperó a su nieta Ximena en un lento proceso que comenzó en el año 1984. Además, la formación de Abuelas en Rosario ha sido casi paralela a la delegación de Madres de Plaza de Mayo en dicha ciudad. Ambas organizaciones tuvieron su origen en Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas y Gremiales de Rosario. Darwinia integró los tres organismos.

Considerando todo lo expuesto, me propongo indagar sobre la especificidad de la filial de Abuelas de Plaza de Mayo de Rosario y, en particular, sobre su fundadora, introduciéndome desde la perspectiva regional pero a la vez incorporando la dimensión de la historia de vida. En este sentido, queremos hacer una breve referencia a esta veta particular de la historia. Como afirma Daphne Patai “el acto de contar una historia de vida implica una realización de un pasado como es proyectado (…) la persona entrevistada selecciona y organiza ciertos temas, incidentes y recuerdos, que son entonces comunicados en forma particular” (citado en Gattaz, 1999: 68). De esta forma, al contar su propia historia, los sujetos sociales buscan reunir los elementos dispersos de su vida personal y agruparlos en un esquema de conjunto, intentando dar una impresión coherente y acabada de su experiencia. Esta tarea requiere que se sitúen a una cierta distancia de sí mismos, formando así una especie de imagen. “Para domesticar esta imagen, el entrevistado tiene necesidad de apoyarse sobre ejes narrativos, que orientan la construcción de una historia coherente sobre la multiplicidad de imagen y conceptos guardados en el estante infinito de la memoria” (Gattaz, 1999: 69.). Por ello, el privilegio de la historia oral –y de la historia de vida en particular– consiste en que muestra no etapas de un desarrollo, sino el esfuerzo del/la entrevistado/a para dotar de sentido a su propia experiencia. Por ello, quiero resaltar que Darwinia ha sido entrevistada en numerosas oportunidades, por lo tanto, estoy indagando sobre un relato que ha repetido incontables veces. De allí que “(…) la narración de sus experiencia no puede escindirse de la construcción de un mito sobre sí mismos, mito alimentado fuertemente a su vez en su(s) grupo(s) de referencia” (Pasquali, Ríos y Viano, 2006: 66). Así, existen hitos que reitera constantemente y que encuentro en todos los relatos. Esto se debe a su preocupación por dejar sus huellas y fijar el sentido de sus propias interpretaciones sobre esta historia. Por otro lado, esta repetición de sus relatos puede tener características de tintes más positivos, ya que una narrativa formalizada puede ayudar a preservar una versión textual de los hechos.

Es necesario aclarar que no entrevisté a Darwinia directamente, quien falleció en el año 2008, pero sí utilizo entrevistas hechas por otros investigadores y/o periodistas que lo hicieron en varias oportunidades, cuyo resultado, en muchos casos, fue publicado en diferentes medios de comunicación.

 

Abuelas de Plaza de Mayo

En el año 1977, doce madres de personas que se encontraban desaparecidas y que formaban parte de Madres de Plaza de Mayo en Buenos Aires, cuyas hijas o nueras estaban embarazadas y/o sus nietos habían desaparecido junto a sus padres, se dieron cuenta de que la búsqueda de sus hijos y la de sus nietos ya nacidos o por nacer debía ser diferente, que los lugares en donde debía buscarse y las preguntas que debían hacerse eran distintas y que era necesario desarrollar estrategias alternativas para los dos casos. Al juntarse se autonombraron Abuelas argentinas con nietitos desaparecidos. La decisión de cambiar el nombre en 1979 a Abuelas de Plaza de Mayo, como expresan ellas mismas, fue sobre todo porque la gente les preguntaba si no eran “las abuelas de la Plaza” (De Vecchi Gerli, 2010). Hacia fines de 1979, las Abuelas comenzaron a transitar un camino diferente al de las Madres. Angélica Chimeni de Bauer afirma: “Nos fuimos separando porque no teníamos por qué cargar a otras Madres con la búsqueda de nuestros nietos” (VV.AA, 2007: 36-37). Sin embargo, nunca dejaron de ir a la Plaza. En 1983 adquirieron la personería jurídica.

A pesar de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, los casos de las Abuelas continuaron y se convirtieron en la bandera de los organismos de derechos humanos, ya que era la única fisura que permitía a la Justicia condenar a los represores que habían logrado quedar absueltos. Las Abuelas hacen saber al mundo que en Argentina hay desaparecidos con vida: sus nietos. Abuelas de Plaza de Mayo es una Asociación Civil no gubernamental sin fines de lucro, que subsiste por donaciones o ayuda de otros países, organismos internacionales y por medio de una partida del presupuesto nacional que se le otorga por ley. Tiene filiales en cinco ciudades del país; una de ellas es la filial de la ciudad de Rosario.

En dicha ciudad, a principios del año 1977, un grupo de allegados y familiares de personas que se encontraban desaparecidas, que se habían conocido en los ambientes a los que acudían en busca de sus seres queridos, empezó a reunirse en una vieja casona que había sido cedida por la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, ubicada en la Cortada Ricardone Nº 58, para unificar sus luchas. Allí se produjo la creación de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas y Gremiales de Rosario, comenzando a organizarse, a recibir denuncias de secuestros y a redactar solicitadas para publicar en los diarios. Al mismo tiempo algunas madres de detenidos-desaparecidos habían comenzado a tener contacto con las Madres de Plaza de Mayo de Buenos Aires, a donde viajaban periódicamente para sumarse a las primeras rondas y manifestaciones.

Más tarde, este grupo de madres, que ya integraban Madres de Plaza de Mayo de Buenos Aires, decide fundar la Delegación Rosario del mencionado organismo. Aproximadamente por la misma fecha, quizá con algunos meses de diferencia, Darwinia Gallicchio, quien integraba desde hacía varios años Familiares y además de su hija y su yerno tenía desaparecida a su nieta, organizó la fundación de Abuelas de Plaza de Mayo filial Rosario en el año 1984. Desde entonces y hasta su muerte en el año 2008, nunca dejó de formar parte activa de Madres y de Abuelas de Plaza 25 de Mayo de Rosario, como se dieron a conocer posteriormente (2).

 

Historia(s) de vida(s). De secuestros, desapariciones y búsquedas.

Darwinia Rosa Mónaco de Gallicchio nació el 31 de mayo de 1925 en el seno de una familia acomodada. Era la única hija de un empecinado militante anarquista, que la llamó Darwinia por Darwin y Rosa por Rosa Luxemburgo. Luego se casó con Carlos Gallicchio y tuvo tres hijas, Graciela, Stella Maris y Silvina. Ella misma se presentaba así: “Soy Darwinia Mónaco de Gallicchio, estoy acá, soy la referente de Abuelas, no presidenta ni nada de todo eso. La referente en Rosario… Hace desde el año ’77 que estoy trabajando en esto, cuando desaparecieron a mi hija, mi yerno, un empleado de mi marido y robaron a mi nieta. Desde ese día dediqué mi vida a esto, sin parar. Por ahí me dice la gente: ‘Demasiado’, sí, pero me tocó y bueno, lo admití, lo sobrellevé como pude y además, bueno, lo hago con tanta devoción, digamos, que jamás lo dejaría, hasta el día que pueda, mi salud lo permita, voy a seguir trabajando en esto” (3).

Stella Maris Gallicchio fue secuestrada junto a su pequeña hija, Ximena Vicario, y a un empleado de sus padres, Alfredo Berruti, cuando habían ido a retirar su pasaporte a Coordinación Federal en Buenos Aires. Ese mismo día fueron a buscar a Juan Carlos Vicario, esposo de Stella Maris y padre de la niña a su domicilio. Alfredo, Stella Maris y Juan Carlos continúan desaparecidos. Según algunas informaciones periodísticas, ese día Stella Maris estaba acompañada por una tercera persona que también fue detenida aunque posteriormente fue liberada. Quizá por esto último Darwinia no solía mencionarlo cuando narraba el secuestro de su hija. No obstante, citamos un fragmento de la fuente periodística que además hace referencia a un comunicado de Abuelas de Plaza de Mayo dado a conocer el 20 de febrero de 1986: “El 5 de febrero de 1977, Ximena contaba con ocho meses y había sido llevada por su madre Stella Maris Gallicchio a la División de Documentación Personal de la Policía Federal, en la Capital Federal para tramitar sus pasaportes. La acompañaban Alfredo Berruti y Jorge Luján González. En el comunicado difundido en la víspera, las Abuelas recordaron que ‘los cuatro desaparecieron allí, y pocas horas después también fue detenido en el domicilio de la pareja, en Rosario, Juan Carlos Vicario’. De todos ellos –agregaron– solo fue liberado el señor González” (4). Darwinia lo narraba de la siguiente manera: “Cuando ya salía de la oficina donde tienen las documentaciones, le dijo: ‘Alfredito, teneme un poco a la nena que voy a preguntar por el pasaporte de Juan Carlos que lo tramitó hace ocho días’ y cuando fue no salió nunca más porque, evidentemente, ellos por computación, vieron que él tenía antecedentes de militancia. Entonces, salió un pelotón de la Federal y dijo: ‘¿Quién tiene la nena Ximena Vicario en brazos?’ ‘Yo’, dijo Alfredo –y se los llevaron– (…) no los vimos más. Después vienen acá a Rosario el mismo día… gente del Ejército y de la Policía Federal, clausuraron el tráfico donde ellos vivían y se lo llevan a él” (5).

Luego del secuestro de Juan Carlos la dueña de la casa en la que vivía la pareja le avisó a Darwinia que se habían llevado a su yerno. Ella y su marido se dirigieron hacia la casa y Carlos se fue a las estaciones de ómnibus y de trenes para ver si volvía Stella Maris de Buenos Aires. Darwinia se quedó en la casa de su hija mientras las fuerzas de seguridad se encargaban de saquearla.

Sin embargo, Stella Maris nunca volvió. Quienes conocieron a Darwinia desde Familiares relatan que quien se acercó por primera vez fue su marido, que ya se había empapado en estas demandas porque anteriormente lo había hecho por Juan Carlos, en oportunidades en que había estado detenido. “A Darwinia la conocí allá en Familiares pero la conocí porque fueron a hacer la denuncia pero el que después siguió haciendo… trabajando fue el marido (…) Pero después ella también empezó con Madres de Buenos Aires” (6), relata Norma Vermeulen, Madre de Plaza 25 de Mayo de Rosario. “Me dediqué a la búsqueda, –afirmaba Darwinia– es decir, mi marido fue por los dos. La búsqueda, la liberación de los chicos, antecedentes, ir a Buenos Aires, hacer Habeas Corpus” (7). Sin embargo, Darwinia debió continuar sola: “(…) mi marido fue empeorando. Íbamos continuamente al Ministerio del Interior (…) nos entrevistábamos siempre con el secretario de Harguindeguy. Pero el 20 de septiembre de 1980 este buen hombre, el secretario, le dijo: ‘Mire señor, no siga buscando a su nieta porque, aunque sepamos donde está, jamás la va a recuperar’. Quiere decir que ellos sabían dónde estaba, y el 20 de octubre mi marido murió. Por eso (…) lo acuso de muerte anticipada de mi marido” (8), sentenció Darwinia. 

En una de las iniciales marchas de la resistencia en la ciudad de Rosario, realizada el 30 de septiembre de 1983, organizada por Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas y Gremiales y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Darwinia tuvo una importante participación. Fue una de las primeras veces que el tema de los desparecidos aparecía en los medios rosarinos y, por lo que pude indagar, fue también la primera vez que Darwinia podía hacer público su caso. Luego de haber relatado el secuestro de su hija, su nieta y su yerno, ella rememoró: “He presentado recursos de habeas corpus en los tribunales provinciales y federales –dijo–, me dirigí al Sumo Pontífice, a la vicaría castrense, al Presidente de la Nación y a los miembros de la Junta Militar, sin obtener hasta el momento respuesta alguna sobre mis seres queridos” (9).

 

 

La filial de Abuelas de Plaza de Mayo en Rosario

Con el tiempo, Darwinia, como todas las Abuelas, fue centrando sus fuerzas en la búsqueda de su nieta. De ello también da cuenta Norma Vermeulen: “Llevaba la foto de la beba, que yo me acuerdo siempre tenía 9 meses, y que decía: ‘Yo lo único, lo que quisiera, aunque sea, es recuperar a mi nieta’” (10).

Así es como comenzó a tomar contacto con las Abuelas de Plaza de Mayo de Buenos Aires: “(…) de tantas entrevistas logré que un juez, el doctor Quesada, que nunca me voy a olvidar de él, publicó en el diario un aviso con mis datos, diciendo que si alguno tenía un conocimiento sobre la chiquita y qué sé yo, se comunicara. Las Abuelas lo leyeron y se comunicaron ellas conmigo, ellas vinieron a buscarme y ahí me uní al grupo, que me ayudaron tanto en la búsqueda” (11). Pronto conoció a las Madres de Buenos Aires y también se unió a ellas, para luego formar las filiales de ambas agrupaciones en Rosario. “Me acuerdo que vino Rosa –Roisinblint– y otra abuela y me uní a ellas, y después con las búsquedas en Buenos Aires conocí a las Madres” (12).

Así, en función de que había muchas denuncias en la zona sobre hijos de desaparecidos que estaban con sus padres o por nacer, se resolvió fundar la filial Rosario en el año 1984 (13). En la edición vespertina del diario rosarino Democracia del día 12 de abril de 1984, se informa sobre una conferencia de prensa convocada por “la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de nuestra ciudad, Familiares de Detenidos y Desaparecidos y Abuelas de Plaza de Mayo, filial Rosario”. Allí se explicita textualmente que “Darwinia Gallicchio habla sobre la creación de Abuelas de Plaza de Mayo, filial Rosario, que funcionará en el local de APDH” (14), que por entonces se encontraba en la esquina de las calles Córdoba y Corrientes. Aparentemente, dicha fundación fue incluso anterior a la propia constitución de la filial de Madres de Plaza de Mayo en Rosario, que data de enero de 1985 (15).

Inés Cozzi, abogada y militante histórica en derechos humanos y amiga personal de Darwinia, lo relata así: “Había un proyecto de constituir dentro de la APDH y Familiares, que por esa época funcionaban juntos, un equipo especial que se dedicara a investigar el tema de los nietos secuestrados en la zona. Abuelas de Plaza de Mayo convoca a una reunión en Buenos Aires para evaluar el proyecto. Darwinia concurre y le plantea a María Isabel Chorobik de Mariani, más conocida como “Chicha”, por entonces Presidenta de Abuelas, que ella prefería conformar en Rosario una Filial independiente, ya que había gente que con quien trabajar. Y así se hace y se convoca una conferencia de prensa donde se da a conocer el nacimiento de la Filial. En realidad había dos Abuelas, ella y “Lila” Forestello (16), que había recuperado a su nieta pero… porque las otras no participaban” (17).

También narra Cozzi cómo habían organizado el trabajo previo a la formación de la filial en base a las denuncias recibidas: “Antes de la fundación de la filial, se había hecho desde el equipo jurídico de Familiares y APDH una investigación sobre los casos de bebes secuestrados y desaparecidos juntos con sus progenitores y también sobre compañeras que fueron secuestradas estando embarazadas y que estaban desaparecidas. Por otra parte se había hecho con la Corte Suprema de la Provincia un acuerdo para permitir el acceso a los Juzgados de Menores de Rosario e investigar el caso de todos los expedientes que estaban en archivos de niños NN que habían sido abandonados o encontrados en situaciones irregulares desde 1975 hasta 1983. Ese trabajo, lo hice yo con la escribana Maidagan, la Rubia, que era la esposa de Iván Hernández Larguía, integrante de la Comisión Directiva de la APDH. Se analizó expediente por expediente y, en el caso de haber habido adopciones, a quiénes habían sido entregados. De ese relevamiento, se hizo un informe que se elevó a Abuelas de Buenos Aires y sirvió de base para todo el trabajo posterior. Otros de los aspectos que hay que señalar es el de las denuncias, la gente se acercaba espontáneamente a Darwinia y le acercaba denuncias de casos que suponían que podían ser niños apropiados. Hubo mucha solidaridad al respecto. Muchos acercaban papelitos con unos pocos datos y había luego que sistematizarlos, investigarlos. Cualquier información podía ser importante” (18).

Desde entonces Darwinia, con muchos colaboradores, comenzaron a hacer diversas actividades. Apenas un mes después de anunciada su creación, Abuelas filial Rosario dio a conocer un comunicado titulado “Los verdaderos padres” en el que se señalaba la situación de  los niños desaparecidos y se agradecía por la solidaridad del pueblo, “porque son los datos, informaciones, testimonios que nos acercan diariamente los que nos han permitido localizar a nuestros niños y avanzar en las investigaciones hasta que el último de los niños sea hallado” (19).

A partir de ese momento, entonces, la filial de Rosario de Abuelas comenzó a funcionar con todas las características que tiene una delegación, entre las cuales se encuentra el soporte económico. En una carta enviada por la entidad principal a todas las filiales del interior se afirma que:

Para mejor ordenamiento de nuestro trabajo en el interior hemos dispuesto una serie de medidas y sugerencias para hacer más fluida la relación entre las filiales y nuestra Sede Central:

-         La ayuda económica a las filiales es de 100 dólares mensuales para Mendoza, La Plata y La Rioja, Córdoba, Mar del Plata y Rosario.

-         A partir del día de la fecha se encargará de la relación con las filiales del interior Estela Carlotto, quien mantendrá la correspondencia con ellas.

-         Les encarecemos muy especialmente un informe financiero mensual y otro de actividades en el mismo período” (20)

Ese dinero era destinado a todas las actividades que se realizaban en la filial, que tras funcionar unos meses en el ya mencionado local de APDH, para el año 1985 estaba completamente instalada en la casa personal de Darwinia. “La Darwi recibía una colaboración económica de Abuelas de Buenos Aires, no sé con exactitud el monto, pero era una pequeña suma que le servía para cubrir los gastos de teléfono ya que usaba el de su casa, y luego para los viajes a Buenos Aires que tenía que hacer para la búsqueda de su nieta, que luego se incrementaron cuando Ximena fue localizada” (21) rememora Cozzi.

Desde la filial se realizaban diferentes actividades en colaboración con otros organismos de derechos humanos de la ciudad. Dichas actividades incluían actos, conferencias, presentaciones de libros, proyecciones de películas, volanteadas, pegatinas, entre otras cosas, donde se difundían los casos de niños localizados que llevaban adelante las Abuelas, se promovía la defensa a los derechos humanos y se denunciaban las irregularidades que perduraban en la justicia y en los ámbitos de poder así como nuevos actos de violación a los derechos humanos que se producían. Luego, Darwinia confeccionaba un resumen de actividades que enviaba a la Sede Central de Abuelas en Buenos Aires.

Así fue Darwinia Gallicchio, “la Darwi” como la recuerda cariñosamente Inés Cozzi, un ejemplo de mujer que tras la pérdida de sus seres queridos supo transformar el dolor en lucha y tomar fuerzas para buscarlos. Aquel 5 de febrero de 1977 le marcó su vida para siempre y, aunque quisiera, ya nunca más volvería a ser la misma. “Darwinia era una dama, se codeaba con gente de clase media acomodada, y de repente su vida dio un vuelco de ciento ochenta grados. El secuestro de su hija, yerno y nieta sacudieron su rutina y cambió su vida para siempre. A partir de ahí no paró un minuto de militar en la búsqueda de sus seres queridos, y siguió haciéndolo aún después de recuperar a Ximena. Lamentablemente nunca pudo saber el destino de Stella y su esposo, y creo que eso le causaba un dolor profundo que afectó su corazón que se fue debilitando hasta su muerte” (22).

Pero Darwinia no sólo luchó por su nieta sino por todos los chicos que este sistema perverso había arrancado de sus familias: “se encargó de armar todos los legajos de la gente que como la familia Ovando, la familia Carlucci Fina, la familia Barra Klotzman y tantos otros que estaban buscando a sus nietos o nietas, que así lo habían denunciado pero no militaban ni estaban en Abuelas. Inclusive, ella iba a sus casas, les tocaba el timbre y les hablaba de la necesidad de organizarse, de juntarse porque eso facilitaba la tarea. Yo la acompañé muchas veces, y era incansable, una Mujer con mayúsculas, que puso el cuerpo hasta las últimas consecuencias” (23). Y también por su hija, su yerno y su amigo, por quienes participó en el movimiento de derechos humanos y en las Madres de Plaza 25 de Mayo hasta sus últimos días, ya que, en Rosario, la filial de Abuelas funcionó siempre conjuntamente con sus pares de Madres de Plaza de Mayo.

Esto último puede evidenciarse en toda la correspondencia y solicitudes que llevaron adelante en unión donde firmaban ambas entidades con sus sellos correspondientes: Madres de Plaza de Mayo Delegación Rosario y Darwinia R. M. de Gallicchio Abuelas de Plaza de Mayo Filial Rosario, quien por ser la única Abuela integrante de la organización confeccionó el sello con su nombre personal.

Además, así lo afirmaba la propia Darwinia en una entrevista que dio luego de la restitución de su nieta: “Yo, personalmente, pertenezco tanto a Abuelas como a Madres de Plaza de Mayo, estoy en ambos organismos. Con uno encontré a mi nieta, con el otro quiero encontrar a mis hijos y si esto último no es posible, quiero reivindicar su memoria” (24).

 

La restitución de Ximena

El caso de Ximena fue uno de los primeros que tuvo una gran repercusión pública, en donde jugaron un rol bastante particular tanto los medios de comunicación como la justicia. Ximena había nacido el 12 de mayo de 1976 y estaba a punto de cumplir nueve meses cuando fue secuestrada con su madre. La beba fue dejada en la puerta de la Casa Cuna de Buenos Aires, de donde la retiró la hematóloga Susana Siciliano, en acuerdo con el director del establecimiento, y la adoptó de manera irregular inventando una falsa historia sobre su origen y otorgándole otro nombre: Romina. Según el libro que Abuelas divulgó al cumplir 30 años de su fundación en 2007 “Ximena pudo ser localizada el 1984, cuando tenía ocho años, gracias a una denuncia que llegó a la institución. Darwinia, acompañada por otras Abuelas, visitó la casa de la apropiadora y cuando la vio no dudó: era la cara de aquella beba de nueve meses con ocho años más. El examen de ADN, realizado en enero de 1986, lo confirmó” (VV.AA., 2007: 80).

En una exigua divergencia, el diario Página 12 en 1989 afirmaba que: “En 1983 fue el primer contacto de las Abuelas con la adoptante –Siciliano– (…) después de que la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) recibiera una denuncia sobre el paradero de la pequeña. Según esta denuncia, Ximena llegó a la Casa Cuna vistiendo el mismo jardinero con que había sido fotografía –por su tía Silvina– horas antes de su secuestro” (25).

Sin embargo, la versión de la adoptante era distinta. Afirmaba que la beba había sido dejada en la casa de su hermano por una empleada doméstica que trabaja allí, quien nunca volvió a buscarla. Cuando volvió a ver a su abuela en 1984, continúa Página 12: “(…) hubo un objeto que disparó su memoria: Darwinia llevaba un medallón, el mismo que usaba cuando la acunaba antes de la desaparición, y la niña en seguida lo reconoció” (26).

Darwinia recordaba que un día viajando en un tren una señora reconoció la foto de Ximena en una revista y le dio datos sobre su apropiadora y su domicilio. Y también que una médica que era compañera de Siciliano en el momento de la apropiación, hizo la denuncia a Abuelas, a quienes les contó que Siciliano le habría dicho en aquel entonces que era una nena que dejaron en la Casa Cuna y ella se la llevó (27).

Cuando Darwinia descubrió el paradero de Ximena la discusión sobre la tenencia volvió al fuero judicial, que en 1981 le había otorgado la guarda definitiva de la nena a Siciliano. La causa quedó a cargo del juez Federal Juan Fégoli desde mediados de 1984. El magistrado dispuso entonces que Ximena permaneciera con su apropiadora, lo que hizo que Darwinia apelara el fallo.

Abuelas de Plaza de Mayo anunció oficialmente el 15 de abril de ese mismo año la localización e identificación de Ximena e informó que esperaban una pronta resolución del juez Fégoli para lograr la restitución a su familia biológica. Apuntaron también que la causa había sido iniciada a mediados de 1984 y que en noviembre de 1985 “recién se realizaron los análisis genéticos, debiéndose apelar a la forma compulsiva, pues la apropiadora se negó reiteradamente a facilitar los análisis de la niña” (28).

Inés Cozzi estuvo al lado de Darwinia desde el hallazgo de Ximena y durante todo el tiempo que se prorrogó la restitución definitiva a su abuela, por eso puede darnos algunos detalles que no encuentran en los diarios. Así, ella sostiene que: “Las abogadas de Abuelas en ese momento eran Mirta Guarino y Mirta Boxer que Darwinia las quería muchísimo. (…) Y la que se la termina restituyendo fue la –jueza María– Servini de Cubría, ella siempre la reivindicaba porque decía que gracias a ella, ella tenía a su nieta. Bueno le hicieron las mil y unas a Darwinia, una vez que localizó a su nieta. Primero le fijaron un régimen de visitas, ella iba a Buenos Aires a verla, y la mayoría de las veces volvía sin haber podido hacerlo, ya que la apropiadora alegaba que estaba enferma, que no la quería ver y miles de excusas. Pero Darwinia no se amilanó y siguió yendo. Inclusive tuvo que soportar amenazas telefónicas y ataques a su domicilio. En una oportunidad le tiraron bosta a todo el frente de su casa. Pero ella siguió firme. Eso demuestra el temple y el carácter de esta mujer maravillosa” (29).

Darwinia intentó que sea una restitución gradual. Pero al plantearse los trámites de la restitución, Siciliano inició una campaña mediática para recuperar a la niña. El momento más crítico sucedió en los primeros días de enero de 1989. El día 2 del mencionado mes, la Cámara Federal porteña ordenó la restitución de Ximena a su familia biológica, medida que el juez Juan Fégoli llevó a cabo al día siguiente.

Por entones, los fiscales federales Aníbal Ibarra y Mariano Ciafardini (30), junto con el secretario de la Procuración General Juan Carlos López, que actuaron en la causa, publicaron un comunicado en donde sostenían que los medios debían contribuir a la preservación de la menor. Además presentaron un escrito al juez Fégoli para pedirle que se cumpliera con la Ley 20.058, que en su artículo 1º prohíbe la publicidad de sucesos referentes a menores víctimas de delitos y que el menor sea escuchado o exhibido públicamente, ante lo cual el magistrado envió un oficio a los medios de comunicación. Nada de esto fue tenido en cuenta. La restitución se llevó a cabo en el palacio de Tribunales de Capital Federal donde Siciliano y Ximena arribaron en un móvil policial y tras largas horas la nena, que estaba por cumplir 13 años, se quedó con su familia biológica, en medio de una multitud de periodistas que llamados por la apropiadora, reproducían las imágenes de ella junto a Ximena negándose a acatar la resolución de la justicia.

Por esos días, 3 y 4 de enero, la prensa alegaba que la niña se oponía a la restitución y que había amenazado con suicidarse si tenía que ir a vivir con su abuela. Alguna declaraciones de Ximena, sin embargo, no eran ofensivas hacia Darwinia, más bien todo lo contrario, aunque persistía la negativa de ir con su abuela: “Me puse contenta cuando supe que tenía otra abuela, pero no quiero que me saquen de mi casa” (31); “Yo conozco hace cuatro años a mi abuela, he salido con ella, e incluso en algunas oportunidades mi mamá nos acompañó, pero no quiero ir a vivir con ella, ningún chico quiere ir a vivir con sus abuelos” (32). La cobertura mediática de la prensa escrita sobre el tema fue impresionante, siendo incluso muchas veces nota de tapa. Darwinia conservaba en su archivo personal las notas que por entonces sacaron Página 12, Crónica, Clarín, La Nación, La Prensa, La Capital y hasta El Cronista Comercial, además de algunas revistas semanales de opinión.

Mientras tanto, aún se estaba a la espera de una resolución del juicio de nulidad de la adopción fraudulenta que el juez Héctor Nattero, del juzgado de Morón donde se había producido la adopción, debía resolver. Y esto, por supuesto, le generó muchos inconvenientes, como la acreditación de su identidad, ya que Ximena seguía teniendo el documento nacional de identidad con un nombre falso. “Como no estaba resuelto, ella todavía tenía el documento Siciliano, entonces la Darwi me dice ‘¿qué hago?’ y le digo ‘mirá la partida que vale es la primera’. Ella estaba anotada acá en Rosario. Entonces la Darwi va y saca el documento, y me dice: ‘cuando se entere la jueza se va a enojar pero bueno que se enoje porque Ximena va a ir a la escuela (fue al Normal 3) como corresponde, como Ximena Vicario’ y así fue” (33), nos dice Cozzi.

No obstante, la historia no concluyó allí. El 5 de septiembre de 1989, un fallo de la Corte Suprema de la Nación resolvió dejar en suspenso lo actuado por considerar que los abuelos no pueden ser parte de los incidentes tutelares.

Entretanto, Ximena mantenía un régimen de visitas con Siciliano, y según un informe que la Facultad de Psicología de la UBA le presentó al juez Fégoli; la relación entre Siciliano y la joven presenta “características perversas, con un elevado potencial patógeno” (34).

Pese a esto último, el 12 de enero de 1990 el juez Fégoli, dando cumplimiento a ese régimen de visitas establecido por Siciliano, ordenó a Ximena pasar 31 días de vacaciones con ella. Pero la reacción de Ximena no fue la esperada por su apropiadora, cuando la joven envió una carta al juez exponiendo las razones de su oposición a acatar tal orden (35).

Finalmente, recién el 10 de octubre de 1991 Nattero anuló la adopción y confirmó la restitución de su identidad original a Ximena Vicario, así como la tenencia en manos de su abuela. “Estamos muy contentas. Tenía mucha fe en la Justicia y llegó, un poco lenta, pero llegó” (36), afirmó Darwinia en una nota del diario La Capital.

Susana Siciliano fue acusada de ocultar la verdadera identidad de la menor y de haber aportado información falsa al trámite de adopción (AA.VV., 2007). La lentitud de la justicia y la exposición que hicieron los medios de comunicación del tema dejó huellas imborrables en la vida de Ximena y de Darwinia que, a pesar de reencontrarse relativamente temprano, no pudieron disfrutar plenamente de eso hasta que Ximena fue una adolescente.

En el año 2005, cuando las Abuelas habían logrado restituir la identidad de 81 niños apropiados, Darwinia afirmaba: “(…) empecé la búsqueda que me costó lágrimas de sangre, pero felizmente pude recuperarla. Fui de las privilegiadas que tuve mi nieta de las 81, pero tengo hasta 300 para recuperar todavía”. Y al instante explicaba a qué se referían las Abuelas cuando hablaban de recuperación: “Cuando uno dice recuperar, no es que tomás algo como objeto, sino recuperar la historia, la identidad que es lo importante, lo valioso; lo que has logrado en tu vida, saber por qué papá y mamá te engendraron, qué nombre te pusieron, es un discurso que se han robado” (37).

 

Consideraciones finales

Darwinia nos dejó el 28 de noviembre de 2008. La defensora de los derechos humanos e integrante de las agrupaciones Madres y Abuelas de Plaza de Mayo 25 de Mayo de Rosario, falleció en el Hospital Italiano de nuestra ciudad víctima de una afección cardíaca.

Luchó por la restitución de los niños apropiados y por la memoria de lo sucedido en la última dictadura militar hasta sus últimos días. Caminó cada jueves por la Plaza 25 de Mayo, como lo había hechos por cuarteles, comisarías, cárceles, iglesias, juzgados y tribunales de todas partes. Como lo siguió haciendo por escuelas, facultades, centros culturales y medios de comunicación, para contar su historia que no es más que la historia reciente del país, aún con la particularidad de nuestra ciudad.

Antes de su muerte, otros habían comenzado a tomar todo lo que ella había trabajado. En 2003, Abuelas de Plaza de Mayo logró que la Unión Europea aprobara un proyecto para sistematizar su trabajo, educar sobre el derecho a la identidad y propagar su lucha hacia el interior del país, que fortalecería las filiales de la asociación y creaba una red de colaboradores para la búsqueda de nietos. En este marco, la filial de Rosario recibió colaboración para poder comenzar a funcionar en oficinas apropiadas para atender consultas. Hasta ese momento siempre había funcionado en la casa de Darwinia (AA.VV., 2007). En 2004 la filial firmó un convenio con la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Santa Fe mediante el cual el organismo provincial facilitó un espacio físico para que la entidad pueda desarrollar sus tareas. En 2009, ya sin Darwinia, la filial adquiere un local propio en Laprida 563 de la ciudad de Rosario. Es la primera filial que, después de la muerte de Darwinia, queda a cargo de un nieto, Iván Fina.

Sin embargo, Darwinia fue sin duda una referente –como a ella le gustaba decir– no sólo de Abuelas sino de todo el movimiento por los derechos humanos en Rosario. Entregó su vida a una lucha que fue mucho más allá de su propia búsqueda.

La restitución de Ximena fue una gran alegría pero también estuvo cargada de situaciones difíciles y traumáticas. Ella misma lo recordaba así: “(…) fue muy sacrificado todo porque pasar a lo mejor de ir a Buenos Aires de paseo y estar en un hotel o ir a función de teatro o de conciertos, pasar a veces a dormir en un colchón y gracias que las Abuelas me permitieron y prácticamente me mantenían para que lograra lo que logré. Pero costó mucho, costó mucho” (38).

Sin embargo, ella nunca bajó los brazos. Cuando la muerte la sorprendió, llevaba más de treinta años pidiendo justicia. No llegó a ver los juicios por delitos de lesa humanidad realizados en su ciudad, pero se alegraba con un proceso de cambio que estaba comenzando. No supo nunca más nada sobre el destino de su hija, de su yerno y de su empleado, pero insistió cada día por su memoria. La sociedad rosarina alguna vez valorará los esfuerzos que ella hizo para dejarnos un país más justo y sin impunidad. 

 

Notas

(1) Este trabajo es la revisión de la ponencia presentada en las XIII Jornadas Interescuelas-Departamentos de Historia, Catamarca, 2011. Asimismo, es un adelanto de una investigación más amplia para mi tesis de licenciatura que versa sobre los orígenes de las Madres de Plaza 25 de Mayo de Rosario. No quiero dejar de expresar mi enorme gratitud para con mis amigos y colegas Leonardo Simonetta, por su predisposición para la búsqueda de archivos en el Centro Documental “Rubén Naranjo” del Museo de la Memoria de Rosario donde él se desempeña; y a Horacio Zapata y Pamela Gerosa, esta última integrante de Abuelas filial Rosario, por su atenta lectura y sus comentarios.

(2) En 1995, al manifestarse algunas diferencias con las Madres de Plaza de Mayo de Buenos Aires la agrupación rosarina adopta el nombre de Madres de Plaza 25 de Mayo.

(3) Entrevista realizada por el equipo de trabajo del Museo de la Memoria de Rosario. Carpeta Nº G-0005/D-A, Entrevista Nº 1, Mónaco, Darwinia, Madre de Stella Maris Gallicchio, Fecha 24 de octubre de 2005, Duración 55 minutos, Testimonio tomado por Sandra Cachenot, Registro textual ampliado: 1.

(4) “Restituirán a su familia a una niña que fue localizada”. 1986, abril, 16. Clarin. Buenos Aires.

(5) Entrevista realizada por el equipo de trabajo del Museo de la Memoria de Rosario. Carpeta Nº G-0005/D-A, Entrevista Nº 1, Mónaco, Darwinia…, cit.: 2.

(6) Entrevista a Norma Vermeulen realizada por el equipo de trabajo del Grupo de Apoyo a Madres de Plaza 25 de Mayo, 14 de noviembre de 2009.

(7) Entrevista realizada para la investigación “Huellas del campo teórico y clínico de la psicología a través de testimonios de actores de la red social de psicólogos y estudiantes de psicología víctimas del terrorismo de Estado”, dirigida por Cristina Viano, radicada en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario y en el Colegio de Psicólogos Provincia de Santa Fe 2º circunscripción, Código del Proyecto 1PSI121. Entrevista a Darwinia Mónaco de Gallicchio. Miércoles 18 de agosto de 2004, 15 horas, en casa de Darwinia, Entrevistadores David Fuks y Laura Capella, Desgravada por Laura Capella, 2004: 2.

(8) Entrevista realizada por el equipo de trabajo del Museo de la Memoria de Rosario. Carpeta Nº G-0005/D-A, Entrevista Nº 1, Mónaco, Darwinia…, cit.: 3.

(9) “Testimonios de algunos familiares de desaparecidos”. 1986, octubre, 1. Diario Rosario. Rosario.

(10) Entrevista a Norma Vermeulen…, cit.

(11) Entrevista realizada por el equipo de trabajo del Museo de la Memoria de Rosario. Carpeta Nº G-0005/D-A, Entrevista Nº 1, Mónaco, Darwinia…, cit.: 4.

(12) Ídem: 5.

(13) No cuento con demasiados datos sobre la formación de Abuelas de Plaza de Mayo, filial Rosario, exceptuando la prensa escrita. Ni en la filial que funciona actualmente en Laprida 563 de la ciudad de Rosario, ni en la Colección Darwinia Gallicchio, Centro Documental “Rubén Naranjo”, Museo de la Memoria de Rosario, consta un Acta de fundación y/o algo similar que lo atestigüe. Resta realizar un relevamiento documental de los archivos de la central de Abuelas de Plaza de Mayo.

(14) “Desaparecidos: otras denuncias”. 1984, abril, 12. Democracia. Rosario.

(15) Dicha versión surge de la investigación más amplia que estoy realizando sobre los orígenes de Madres de Plaza 25 de Mayo de Rosario.

(16) Se refiere a Adela “Lila” Forestello. Su hija y su nieta de un año y medio fueron secuestradas el 19 de agosto de 1978. Desde entonces Lila comenzó a buscarlas. 15 días después de la desaparición de ambas, Lila asistió al Juzgado de Menores, donde un secretario llamado Artigas le dijo que su nieta se encontraba en la Policía de Menores, donde se la restituyeron con signos de maltrato y abandono. “La voz que perdura”. Revista Alapalabra. 2006. Rosario. Según Alicia Lesgart, militante histórica en derechos humanos, también participó de la formación de la filial de Abuelas Laura Elsa Tasada, quien recuperó a su nieta casi inmediatamente en un caso similar al de Forestello. Entrevista a Alicia Lesgart realizada por la autora, 3 de mayo de 2011.

(17) Entrevista a Inés Cozzi realizada por la autora, 8 de abril de 2011.

(18) Ídem.

(19) “Abuelas de Plaza de Mayo. Declaración acerca de niños desaparecidos”. 1984, mayo, 26. La Capital. Rosario. “La filial local de Abuelas de Plaza de Mayo pide informes”, Diario Rosario. 1984, mayo, 26.

(20) Carta enviada por Abuelas de Plaza de Mayo a sus filiales, fechada el 10 de octubre de 1985, firmada por María I. CH. de Mariani, presidenta, y Estela B. de Carlotto, vicepresidenta, (21) Entrevista a Inés Cozzi realizada por la autora, 8 de abril de 2011.

(22) Ídem.

(23) Íbidem.

(24) FREIDENBERG, Leonardo. “Ximena Vicario. Un largo camino a casa”. 1989, febrero, 3 al 9. Revista El Periodista. Buenos Aires  Nº 228.

(25) “Abuelas de Plaza de Mayo. Ximena, después de la tormenta”, 1989, Enero, 5. Página 12. Buenos Aires.

(26) “Desde ayer, Ximena Vicario reside con su verdadera abuela”. 1989, enero, 4. Página 12. Buenos Aires.

(27) Entrevista realizada por el equipo de trabajo del Museo de la Memoria de Rosario. Carpeta Nº G-0005/D-A, Entrevista Nº 1, Mónaco, Darwinia..., cit.: 7.

(26) “Abuelas de Plaza de Mayo. Ximena, después de la tormenta”. 1989, enero, 5. Página 12. Buenos Aires.

(27) “Hija de desaparecidos. El conflicto del retorno”. 1989, enero, 3. Página 12. Buenos Aires.

(28) “Restituirán a su familia a una niña que fue localizada”. 1986, abril, 16. Clarin. Buenos Aires.

(29) Habían sido designados para intervenir en las causas de menores secuestrados por la dictadura militar luego de que María Isabel Chorobik de Mariani, “Chicha”, Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, le solicitara a Alfonsín que designara un defensor para los niños desaparecidos.

(30) “Hija de padres desaparecidos, será entregada hoy a su abuela sanguínea. Justicia ordena la restitución”. 1988, enero, 3. Crónica. Buenos Aires.

(31) “Hija de desaparecidos entregarán a su abuela”. 1988, enero, 3. La Capital. Rosario.

(32) Entrevista a Inés Cozzi realizada por la autora, 8 de abril de 2011.

(33) “Hoy Ximena es una adolescente que conoce su historia y lucha por defenderla. La fuerza de la verdad”. 1990, marzo. Periódico Madres de Plaza de Mayo. Buenos Aires.

(34) “Caso Ximena. Una nueva forma de violencia”. Página 12. Buenos Aires.

(35) Ídem.

(36) “Nueva sede para Abuelas”, Revista Alapalabra, 2004. Rosario.

(37) Entrevista realizada por el equipo de trabajo del Museo de la Memoria de Rosario. Carpeta Nº G-0005/D-A, Entrevista Nº 1, Mónaco, Darwinia…, cit., p. 5.

(38) Entrevista a Darwinia por Luis Saavedra en su programa radial Hipótesis, 30 de abril de 2007.

 

Bibliografía

DE VECCHI GERLI, María. 2010. “Las Abuelas de Plaza de Mayo y sus nietos: el tema de la identidad de los niños apropiados ilegalmente durante la dictadura como problema público”, En: III Seminario Internacional Políticas de Memoria Recordando a Walter Benjamin. Justicia, Historia y Verdad. Escrituras de la Memoria, Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, Buenos Aires, Argentina.

GATTAZ, André. 1999. “La búsqueda de la identidad en las historias de vida”. Secuencia. Revista de Historia y Ciencias Sociales, Nº  43, Instituto de Investigaciones Dr. José Luis María Mora, México D.F.

VV. AA. 2007. La Historia de Abuelas. 30 años de búsqueda. 1977-2007, Buenos Aires.

PASQUALI, Laura; Guillermo RÍOS; Cristina VIANO. 2006. “Culturas militantes. Desafíos y problemas planteados desde un abordaje de historia oral”. En: Taller. Revista de Sociedad, Cultura y Política, Vol. 8, Nº 23, Ed. Asociación de Estudios de Cultura y Sociedad, Buenos Aires. 61-73. ISSN 0328-7726.

RAMOS PADILLA, Juan Martín. 2006. Chicha. La fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, Capital Federal: Editorial Dunken.

 

Fuentes documentales

Colección Darwinia Gallicchio, Centro Documental “Rubén Naranjo”, Museo de la Memoria de Rosario

Diarios Rosario y Democracia, Hemeroteca de la Biblioteca Argentina, Municipalidad de Rosario.

Diario Rosario 12, on line,  http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/index.html (consultado abril 2011).

Revista ALAPABRA, Resistir para vencer. La revista de Madres de Plaza 25 de Mayo y Abuelas de Plaza de Mayo Rosario.

 

Entrevistas

Entrevista realizada para la investigación Huellas del campo teórico y clínico de la psicología a través de testimonios de actores de la red social de psicólogos y estudiantes de psicología víctimas del terrorismo de Estado, dirigida por Cristina Viano, radicada en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario y en el Colegio de Psicólogos Provincia de Santa Fe 2º circunscripción, Código del Proyecto 1PSI121. Entrevista a Darwinia Mónaco de Gallicchio. Miércoles 18 de agosto de 2004, 15 horas, en casa de Darwinia, Entrevistadores David Fuks y Laura Capella, Desgravada por Laura Capella (noviembre de 2004). Copia en el Museo de la Memoria de Rosario.

Entrevista realizada por el equipo de trabajo del Museo de la Memoria de Rosario. Carpeta Nº G-0005/D-A, Entrevista Nº1, Mónaco, Darwinia, Madre de Stella Maris Gallicchio, Fecha 24 de octubre de 2005, Duración 55 minutos, Testimonio tomado por Sandra Cachenot, Registro textual ampliado.

Entrevista realizada por el equipo de trabajo del Museo de la Memoria de Rosario. Carpeta Nº G-0005/D-A, Entrevista Nº2, Mónaco, Darwinia, Madre de Stella Maris Gallicchio, Fecha 1 de noviembre de 2005, Duración 15 minutos, Testimonio tomado por Sandra Cachenot, Registro textual ampliado.

Entrevista a Darwinia por Luis Saavedra en su programa radial Hipótesis. 30 de abril de 2007.

Entrevista a Norma Vermeulen realizada por el equipo de trabajo del Grupo de Apoyo a Madres de Plaza 25 de Mayo. 14 de noviembre de 2009.

Entrevista a Inés Cozzi realizada por la autora. 8 de abril de 2011.

Entrevista a Alicia Lesgart realizada por la autora. 3 de mayo de 2011.

 

 

*Profesora de Historia por la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Adscripta de la cátedra “Teoría Económica” y Tesista de la Licenciatura en Historia. Integrante de un proyecto de investigación con Financiamiento Científico y Tecnológico de la UNR y de otro radicado en el Museo de la Memoria de Rosario. Actualmente se desempeña en la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Santa Fe y en el Archivo Provincial de la Memoria, dependiente de dicha secretaría. Ha participado de varias jornadas y congresos como expositora y asistente de mesas temáticas relacionadas con el mundo del trabajo y con la historia reciente, principalmente vinculados a los procesos de conflictividad social en la última dictadura argentina. Ha publicado artículos en revistas afines sobre las mismas problemáticas.

 

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