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Aletheia es una revista electrónica semestral sobre problemáticas de historia y memoria colectiva en torno al pasado reciente argentino y de las sociedades latinoamericanas, en sus aspectos sociales, económicos, políticos y culturales.

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Entrevista al Dr. Aldo Marchesi: “En Uruguay todavía hay una carencia importante de archivos vinculados al período de la historia reciente”

Aletheia, volumen 6, número 11, octubre 2015. ISSN 1853-3701

Alonso y Lastra/Entrevista en PDF

Jimena Alonso*

FHCE-UdelaR

Montevideo, 2015

jimena8581@gmail.com

 

Soledad Lastra**

FAHCE-UNLP

La Plata, 2015

lastra.soledad@gmail.com

 

 

Aldo Marchesi, es Profesor de Historia egresado del Instituto de Profesores Artigas (Uruguay), Magíster en Historia Latinoamericana y del Caribe y Doctor en Historia por New York University. Docente vinculado al Centro de Estudios Interdisciplinarios Uruguayos (CEIU) de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (UdelaR) desde el año 2000, ha asumido la Dirección de dicho Centro en 2014.

El CEIU fue creado como área académica de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación en el año 1985 –en los inicios de la restauración democrática y de finalización de la intervención de la Universidad- como un ámbito universitario de investigación, docencia y extensión especializado en el estudio de la historia reciente y la dictadura en el Uruguay desde un enfoque interdisciplinario. Desde su creación, ha desarrollado una política activa vinculada a archivos de historia reciente, no solamente en cuanto a su preservación, sino también en cuanto a distintas actividades de intercambio con otros especialistas e investigadores de la región con el objetivo de problematizar distintos aspectos vinculados a este tipo de documentación sensible.

Hoy en día, el Archivo CEIU conserva material documental de la historia reciente del Uruguay y de la región que cubren una amplia gama de problemas: cuenta con documentos sobre partidos y organizaciones políticas, organismos de derechos humanos, sindicatos, sobre las experiencias del exilio y de la solidaridad internacional, además de la prisión política y las actividades de denuncia ante las torturas y la desaparición de personas en el marco de las dictaduras cívico-militares del Cono Sur. El archivo resguarda documentos de diversa naturaleza: además de documentos escritos, incluye registros fotográficos y en soportes sonoro y audiovisual. Sumado a la importante labor de preservación de este material, el CEIU cuenta con dos importantes bibliotecas vinculadas a estas temáticas. Su catálogo puede consultarse en:

http://www.fhuce.edu.uy/index.php/estudios-interdisciplinarios/centro-de-estudios-interdisciplinarios-uruguayos/archivo

 

Contános sobre el proceso de creación del archivo ¿de dónde surgió la idea, cómo se fue gestando?

La idea del Archivo CEIU, viene de las últimas décadas del siglo XX, aunque la mayor parte de su desarrollo fue en el siglo XXI. Yo en ese momento no era el Director y tenía un grado bajo dentro del CEIU pero inicialmente fue formándose el archivo a partir de donaciones personales que fueron llegando y a partir de donaciones de prensa. Esos son los dos ejes que tiene hasta hoy el archivo del CEIU. Por un lado, es un archivo bastante importante en términos de la prensa escrita que va desde los años 1960 hasta los 80’, no solo la prensa diaria sino una infinidad de publicaciones que se desarrollaron fundamentalmente en los 60´ pero también en los 80´, publicaciones que tienen cuatro o cinco números, de semanarios, revistas quincenales, etc. 

Yo creo que el crecimiento del archivo se da en los primeros años de este siglo, un poco a tono con un retorno del pasado reciente en la discusión pública, y también empieza a haber un aumento en las donaciones de material que son muy diversos. Hoy tenemos, alrededor de quince colecciones personales, es decir, de una persona que dona su archivo, algunas de estas colecciones tienen que ver con trayectorias personales, por ejemplo: Guillermo Waksman [periodista uruguayo que estuvo en el exilio en México], y Hugo Cores [líder político y sindicalista uruguayo vinculado en sus orígenes al anarquismo y luego fundador del Partido por la Victoria del Pueblo]. Pero también hay otras colecciones que si bien son donadas por personas, representan a colectivos más amplios, el caso paradigmático es el de David Cámpora, un militante del Movimiento de Liberación Nacional- Tupamaros (MLN-T), que donó una colección que si bien había recaído sobre su responsabilidad, básicamente es el archivo del MLN-T, una colección importante y que recorre la historia del MLN desde los 60´, pasando por todas las fracciones y su prácticamente disolución sobre los 70´, los diferentes recorridos en el exilio y la reconstitución de la organización en los 80´. Es un archivo muy importante porque tiene publicaciones, correspondencia, documentos internos, actas de diferentes congresos, simposios, etc., y a la vez tiene un trabajo agregado de recopilación de prensa sobre el MLN, no sólo en el Uruguay sino también en otras partes del mundo.

            El año pasado, nos llegó la donación de Henri Pascal, un francés que había sido miembro del Comité de Solidaridad con los Presos Políticos Uruguayos en Francia, donó su archivo completo y no era un archivo personal, sino que era el archivo del mismo Comité. Es una colección que tiene alrededor de quince cajas y tiene toda la información de las actividades de solidaridad en el exilio europeo en relación a los presos políticos en Uruguay pero también de otros países del Conosur. Es un archivo que esta ultra cuidado, ultra sistematizado. Quiero decir, con estos ejemplos, que son archivos personales pero que también dan cuenta de experiencias de estas personas en relación a organizaciones sociales o políticas. En ese mismo sentido, está la colección de Gustavo Vilaró y Marta Ponce [ambos dirigentes de los Grupos de Acción Unificadora. Gustavo estuvo detenido en el FUSNA en Montevideo y Marta parte al exilio en Holanda], que tiene fundamentalmente que ver con actividades en el exilio. En fin, hay un montón de colecciones con esas características.

            Después el otro ámbito de desarrollo, es todo lo que tiene que ver con la prensa. También se han ido armando colecciones, acá sí de sucesivas donaciones que van llegando, de gente muy diversa, que entre otros motivos quiere limpiar su casa y esas colecciones terminan en el CEIU. No siempre es fácil armar eso, porque implica un trabajo de reprocesamiento de todo lo que se dona, pero a esta altura tenemos una abundante colección. En términos de la prensa diaria, quizás no es tanto y es lo que uno puede encontrar en la Biblioteca Nacional, pero sí en relación a otro tipo de publicaciones periódicas, hay mucha cosa. Hace un año, recibimos también en materia de prensa la donación del archivo de Inteligencia de la Policía que se estaba desarmando [Dirección Nacional de Información e Inteligencia dependiente del Ministerio del Interior], y donaron toda la prensa que tenían del período 1960-1989.

 

¿Es prensa general o es sólo prensa de izquierda?

 

            Son semanarios, no hay diarios. Sí, y son de izquierda. En realidad, relativamente porque en los 80´es más general, es prensa de oposición, digamos. No solo de izquierda, esta Opinar, El Correo, La Semana y de principios de los 60´esta La Escoba, que no es de izquierda, estaban más bien vinculados a grupos de extrema derecha. Pero mayoritariamente de izquierda. Ahí también, hay muchas colecciones de diarios que salieron por período cortos. Y es interesante, porque por un lado están todos esos materiales, pero por otro lado, hay todo una perspectiva particular para estudiar esos materiales porque por ejemplo, en algunas publicaciones uno encuentra anotaciones sobre los diarios, anotaciones hechas por el personal de Inteligencia. O sea que también hay una posible lectura de cómo ellos analizaban la prensa. Hemos tratado de preservar la información, y de dónde viene cada material, justamente para que pueda ser trabajado por alguien que esté interesado en esos asuntos.

 

¿El ordenamiento de cada colección lo hace el CEIU o viene con un orden dado por los donantes?

 

Eso ha ido variando, de hecho ahora estamos en todo un proceso de reorganización del archivo. Porque una cosa que me olvidé de mencionar, que además de esas colecciones personales y de esa colección de prensa, también tenemos dos bibliotecas. Tenemos una biblioteca sobre “Asuntos uruguayos” que se ha ido armando también a través de donaciones personales y otra biblioteca de “Marxismo y pensamiento crítico en América Latina” que se armó este año fundamentalmente a partir de la donación de Manuel Claps [Escritor argentino, que pasó la mayor parte de su vida en Uruguay. Miembro de la corriente literaria conocida como Generación del 45, estuvo vinculado a las revistas Clinamen, Numero y el semanario Marcha], un académico de la Facultad vinculado a la Filosofía y a las Letras, que su viuda donó su biblioteca, pero a la vez se le han ido agregando otras cosas. Y, en general, por ejemplo lo que hemos tratado es en las colecciones personales respetar el orden de lo que viene. Cuando son donaciones que se hacen a la biblioteca, en general tratamos de preservar el origen del libro. Si alguien tiene interés en estudiar la obra de Claps, y ver lo que leía Claps, sepa que libros provienen de allí, sepa como ubicarlos, etc. Pero esos libros se agregan a la biblioteca sobre “Marxismo y pensamiento crítico”.

            Pero todas estas cosas se van organizando sobre la marcha. De hecho el Archivo del CEIU no tiene un archivólogo, ha sido hecho con un trabajo bastante artesanal, en ese sentido, desde siempre. Incluso hay criterios que han ido cambiando. Ahora conseguimos un fondo para ir mejorando el material, que es lo que estamos tratando de mejorar en este último tiempo. Uno de los problemas que hemos tenido es que recibimos mucho más material del que podemos procesar y eso incluso nos ha llevado a momentos críticos y en momentos en los cuales hemos logrado organizar esto, pero tenemos que frenar un poco las donaciones. No damos a basto.

 

¿Hay algún criterio para las donaciones o cualquiera que tenga algo más o menos interesante sobre el período que el CEIU trabaja se recibe?

 

Ahora tenemos un proyecto sobre archivos financiado por la CSIC [Comisión Sectorial de Investigación Científica de la Universidad de la República] y una de las cuestiones que queremos hacer es definir protocolos en cuanto a la donación, o sea: cómo se dona, a qué se compromete el que dona, cuáles son las responsabilidades a las que se compromete el CEIU en tanto receptor de esa donación. Hasta el momento era una cosa muy personalizada, venía el que venía y se recibían sus materiales. Pero queremos sistematizar un poco, por ejemplo, una cosa que nos ocurre todo el tiempo es que viene gente que quiere donar sus bibliotecas, quiere donar sus colecciones de diarios, y eso que antes era una ventaja ahora es un problema. Entonces, lo que queremos es tener un catálogo claro de lo que tenemos y recibir las donaciones en función de eso. En relación a las colecciones personales, sí es una cuestión bastante abierta. De hecho, han sido figuras que por un motivo u otro han sido relevantes en la vida política y social nacional, de lo que llamamos “historia reciente”. Mayoritariamente son gente de izquierda, pero no necesariamente, por ejemplo tenemos el fondo de Óscar Magurno, un líder colorado, conservador, vinculado a la Secta Moon. Es decir, en ese sentido no hemos hecho un recorte, siempre la prioridad ha sido salvar las cosas que no se sabe a dónde pueden ir a parar, eso ha estado siempre presente.

 

Claro, el criterio es temporal: son materiales de historia reciente más allá de la vinculación de origen partidario.

 

Claro, ahí si hay un recorte que es la historia reciente. Incluso, en materia de prensa hemos tratado de mantener colecciones completas hasta los años 1989-1990 pero no más. Después de eso, tener dos o tres colecciones, pero casi que como consulta, que son Brecha y Búsqueda, pero después no vamos a tener diarios, ni ninguna publicación más, sencillamente porque no nos da el espacio y eso nos obliga a hacer recortes.

 

¿Fue una política institucional armar el archivo o se fue dando a partir de una primera solicitud?

 

Se fue dando. Es algo que yo no lo tengo tan claro, pero estoy casi seguro que en ningún momento hubo una definición de armar un archivo y luego se va a ir llenando, sino que alguien donó su colección y de ahí se fue abriendo al resto.

 

Desde el punto de vista del acceso, ¿es abierto?

 

El acceso es totalmente abierto, no hay ninguna condición. Se pueden fotografiar los materiales y estamos tratando de agregar otra serie de materiales digitales, que en el futuro van a ser parte del archivo. Tenemos ya una colección, construida a partir de la digitalización del Departamento de Estado norteamericano sobre Uruguay. El año pasado, enviamos a dos colegas a  Estados Unidos a que fueran a digitalizar esos materiales y eso después quedó en una computadora del CEIU y también hay acceso online a través de la página del Grupo de Estudios Interdisciplinarios sobre el Pasado Reciente (GEIPAR) [Puede consultarse en: http://www.geipar.udelar.edu.uy/documentos/estados-unidos/]. Pero así como está ese material, el CEIU está embarcado en un proyecto con el Ministerio del Interior para digitalizar el archivo de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia de la Policía, y aspiramos a que a fines de este año, principios del año que viene, ya haya parte de ese archivo digitalizado que pueda ser consultado en el CEIU.

 

Lo que te preguntaba sobre el acceso, iba más bien no por el lado de la política del CEIU sino si alguno de los donantes puso alguna condición.

 

No, no hay. Es totalmente abierto.

 

¿Cuáles son las principales dificultades que han tenido aparte del espacio físico o de no contar con un archivólogo?

 

Las dificultades tienen que ver con eso. Me parece que inicialmente la concepción era que había que guardar y guardar y guardar y un archivo no es solo guardar materiales para mantenerlos para el futuro, sino guardarlos pero eso requiere de todo un trabajo de organización, selección, categorización, que es necesario para que el archivo esté vivo, sino es meramente un depósito. Ese trabajo requiere muchas horas hombre y no tenemos los recursos para eso, porque no somos un archivo en un sentido estricto, somos un centro de investigación donde una parte de su trabajo derivó en una línea archivística. Pero no somos un archivo presupuestado por la Universidad, para hacer solamente esta tarea, entonces realmente nos faltan cosas. También tenemos otros proyectos, vinculados a la preservación, por ejemplo una de las cosas que hay son decenas de cassettes, varios de entrevistas que se han hecho a lo largo del tiempo, y también están las grabaciones de las audiciones de Germán Araujo [periodista y político uruguayo vinculado al Frente Amplio. Sus audiciones radiales fueron consideradas un símbolo de la lucha contra la dictadura en Uruguay] en CX30. Esos cassettes ya se están deteriorando, y hay que hacer un trabajo de digitalización de esos audios. Y otra de las ideas es hacer una especie de banco de historia oral, ya ha venido más de un investigador que ha preguntado dónde puede donar las entrevistas que hizo para su trabajo. Es una cosa bastante razonable, uno termina su investigación, tiene todas esas entrevistas en su casa, de gente que ya esta vieja, empieza a pensar en su futuro y dice: yo quiero que esto quede y el CEIU podría ser un buen lugar para recibir eso.

 

En algunos casos podría evitarse también, sobre todo vinculado a testimonios sobre violaciones a los Derechos Humanos que la persona tenga que relatar muchas veces su experiencia con la carga que eso implica.

 

Sí, sí, exacto. Después, se ha hecho el trabajo de generar archivo, más allá de la parte de recolección de materiales. Por ejemplo, la experiencia de “Memorias para amar”, que fue una convocatoria a testimonios o relatos vinculados al pasado reciente desde una perspectiva de género, es un ejemplo claro de un caso donde vos construís un archivo, llamás a que la gente cuente un testimonio y eso es parte ahora de este archivo. Y de esas iniciativas se podrían hacer muchas más. De hecho estamos pensando en algunas características de una convocatoria como esa para el año que viene. Pero esas son las cosas en las que nos topamos con el problema de los recursos.

 

Desde el punto de los usuarios ¿quiénes son los que vienen a consultar el archivo?

 

Fundamentalmente investigadores nacionales, pero también de la región y más extranjeros. Yo creo, que el valor que tiene el archivo para la región es que una de las cuestiones de las que más se ha recolectado es material sobre el exilio en diferentes vertientes, desde el archivo de Cámpora que está vinculado al MLN y que tiene la experiencia de varios militantes del MLN en diferentes países del mundo y sus encuentros con otros militantes de otros países, hasta el archivo de Pascal sobre Francia que también tiene actividades de solidaridad con las víctimas de las dictaduras del Conosur, hasta lo de Waksman, digamos que muchos de esos archivos que son sobre el exilio uno encuentra no solo información sobre Uruguay, sino muchísima información sobre la región. En ese sentido, me parece que es bastante útil, para pensar fundamentalmente el momento del exilio regional.

 

¿Hay diálogo con otras instituciones que puedan hacer uso de estos materiales? Pienso, por ejemplo, en el Museo de la Memoria.

 

Sí, hay algo con el Museo, con el Archivo General de la Universidad que está trabajando la historia de la Universidad sobre la dictadura y tenemos un proyecto en común. Y hay veces que tenemos intercambio de materiales, sí, con el Museo de la Memoria también.

 

Lo último que te pedimos, es una breve reflexión sobre el lugar que tiene este archivo en el marco de los temas de la memoria y el pasado reciente en el Uruguay y la región.

 

Podríamos decir que es un archivo importante para pensar todos los temas de los que estuvimos hablando. De hecho, en Uruguay todavía hay una carencia importante de archivos vinculados al período, si bien el Archivo General de la Nación ha estado integrando colecciones vinculadas al período, es una política relativamente nueva y son pocos los lugares donde podemos encontrar este tipo de materiales que trascienda la mera prensa, que de hecho también hay lugares donde ni siquiera eso se encuentra. Entonces, realmente creo que es un archivo relevante. 

 

 

*Jimena Alonso es Licenciada en Ciencias Históricas (Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, de la Universidad de la República); becaria de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación para Doctorados en el Exterior y alumna del Doctorado en Historia (FAHCE-UNLP).

** Soledad Lastra es Socióloga y Doctora en Historia (Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, UNLP); actualmente se desempeña como docente en la carrera de Sociología de la UNLP y es becaria posdoctoral de CONICET en el Instituto de Altos Estudios Sociales (UNSAM). 

 

 

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